Usualmente empiezo a redactar mis columnas cuando estoy en casa, sentado en mi escritorio y rodeado de objetos y sonidos familiares. Estoy comenzando a escribir esta columna en particular con una vista a la Basílica de San Pedro y con el ruido de la ciudad de Roma que llega hasta mi habitación. Sin embargo, los problemas son los mismos desde casa o desde Roma. Estamos a punto de cambiar de estaciones, no solo las estaciones meteorológicas, sino las estaciones litúrgicas. Nuestra vida de oración está muy influida por el mundo natural, es tiempo de la cosecha y los días se acortan. Hay un frío en el aire. Las lecturas del domingo se vuelven más intimidantes, llenas de advertencias para estar pendientes y atentos, no solo al mundo que nos rodea, sino a los cambios que están por ocurrir dentro de nosotros.
Estamos a punto de entrar en la estación de Adviento, un tiempo que a menudo se considera de entusiastas expectativas. Este Adviento también marcará el comienzo del Año Jubilar 2025. El tema del año jubilar es ‘Peregrinos de la Esperanza”. La ciudad de Roma ya se está preparando para un gran momento festivo de oración y peregrinaciones. Se están acondicionando nuevas instalaciones para los servicios de transporte, tiendas y restaurantes para recibir y albergar a más de 40 millones de peregrinos, que se prevé llegarán a Roma llenos de esperanza y con el deseo de dejar atrás el pasado reciente, caracterizado por guerras muy frecuentes, la mortal pandemia y la severa violencia que afecta constantemente a nuestro mundo actual. Necesitamos la esperanza que un Año Santo nos trae para establecernos metas positivas para el futuro. Aquí en la Arquidiócesis de Washington nosotros también designaremos momentos y eventos especiales para celebrar el Año Santo.
El Adviento es un preludio apropiado para el Año Santo que se avecina, al ser una estación litúrgica llena de esperanza que marcará el comienzo de un año entero, caracterizado por el anhelo de Esperanza que el Señor nos promete. Nosotros celebraremos el Año Santo aquí en la Arquidiócesis de Washington designando a nueve parroquias en las que se realizarán eventos especiales de oración, así como celebraciones que permitirán a nuestra gente seguir este Año de Esperanza en sus comunidades locales y con grandes oportunidades espirituales. La lista de esas parroquias se publicará oportunamente cuando nos acerquemos al comienzo del Adviento.