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La presencia hispana

Monseñor Wilton Gregory arzobispo de Atlanta, habla durante una conferencia de prensa sobre su reciente nominación como séptimo arzobispo de Washington. (Foto/cortesía Radio Inmaculada)

La presencia hispana en la Iglesia de Estados Unidos es “un regalo de Dios, una bendición por la vitalidad, la esperanza de su maravillosa vida familiar y su profunda religiosidad”, destacó el arzobispo Wilton D. Gregory, quien pronto será instalado como el nuevo arzobispo de Washington el próximo 21 de mayo.

En conferencia de prensa realizada el martes en Atlanta, Georgia, Gregory expresó su profundo amor por nuestra comunidad que ha sido, para él, “una fuente de energía y luz”.

Precisó que la comunidad hispana -que es muy diversa e incluye personas que han estado aquí durante generaciones, así como los recién llegados- transmitió en el V Encuentro sus sueños, su esperanza, su visión y su deseo de trabajar con sus compañeros católicos para construir la vida de fe en esta nación.

Sobre su nueva responsabilidad como el próximo arzobispo de Washington, Gregory dijo que tiene que conocer esa iglesia local, como llegó a conocer a la iglesia de Atlanta. Mas, para establecer la confianza hay que comenzar con la verdad, que es el primer paso y después de eso tiene que ser paso a paso, afirmó.

Al responder preguntas, reiteró su compromiso -que compartió con la prensa de Washington, DC- de hablar la verdad en todas sus relaciones y decisiones, aun a sabiendas que lo que vaya a decir pueda ser que algunos no quieran oír o no ser todo lo que ellos esperaban saber.

En sus años como arzobispo de Atlanta, Gregory dijo que ha visto un crecimiento extraordinario, la expansión de comunidades parroquiales y el establecimiento de nuevas parroquias que son un reflejo de la gran diversidad y entusiasmo de la fe de esa iglesia local.

Agradeció, asimismo, al pueblo de Georgia por los “catorce maravillosos años de servicio” que han sido los más felices de su vida y por haber sido formado por ellos en su ministerio como obispo. Ellos -sacerdotes y ministros religiosos de todas las comunidades- han hecho posible que “estuviera presente de muchas diferentes maneras”.

Extendió también su agradecimiento a las parroquias de Atlanta por haber sido una familia para él.

Atlanta –indicó- es una familia amorosa y como en cualquier familia hemos tenido nuestros desacuerdos, pero si algunos están diciendo 'no en mi familia', entonces no han prestado atención: “La vida familiar consiste en dar, recibir y perdonar pero es el espíritu de familia que llevaré directamente conmigo en el avión a Washington”.

A propósito de la encíclica 'Laudato Si' del papa Francisco, señaló que en Atlanta desarrollaron “un plan de acción único en Estados Unidos” para responder a los desafíos sobre el medioambiente, la ecología y el cuidado de la tierra.

Añadió que el plan pastoral para dar respuesta a 'Laudato Si' ha ganado atención nacional e internacional y el interés en otras diócesis donde lo están utilizando y adaptándolo a sus propias realidades.

De otro lado, dijo que la intolerancia -que enfrentamos- dirigida a católicos, judíos o afroamericanos “nos unió para trabajar juntos en una serie de proyecto donde compartimos nuestra música, amor por las escrituras y nuestro compromiso por la justicia social”.

Como el primer arzobispo afroamericano de Washington espera que su nombramiento envié un mensaje para los hispanos, afroamericanos, asiáticos o de cualquier otro origen, de que se puede soñar en grande. Y como dijo un gran arquitecto en Chicago: “No hay que hacer ningún plan pequeño y espero que nuestros jóvenes no hagan ningún plan pequeño en sus vidas”.

Recalcó que nunca se olvidará de las personas que necesitan ayuda o que han sido perjudicados por la Iglesia o por otras personas: “Ellos serán una prioridad para mí”.

Dijo, además, que viene a una arquidiócesis (de Washington) que tiene una larga historia del catolicismo negro y que espera aprender de ellos cómo se relacionan con su historia.

Sobre el racismo, que la declaración más reciente la identifica por primera vez como una dificultad y que tiene sus raíces en la experiencia americana negra, precisó que ahora la experimentan nuestros hermanos latinos, así como otros inmigrantes y las minorías como, por ejemplo, la comunidad islámica.

Tenemos que ampliar nuestro horizonte y no descuidar el hecho de que el racismo tiene una voz única en la comunidad afroamericana y que ha contaminado también nuestra relación con otros grupos que han sufrido a manos de los que odian, en vez de dar la bienvenida.

Sus catorce años como arzobispo de Atlanta le han permitido vivir por primera vez en el sur del país, amén de experimentar la gran gentileza sureña que es también respeto por las afiliaciones religiosas: “Nuestras iglesias están más llenas que otras iglesias del país y creo que es porque la fe todavía goza de una alta prioridad en el sur”.

La comunidad de Atlanta le ayudó a comprender los problemas de raza en la casa de Martin Luther King Jr., un pionero organizador del movimiento de Derechos Civiles: “Me siento un hombre bendecido por haber vivido en la ciudad del Dr. King y haber presenciado el orgullo tan merecido que esta ciudad tiene por él”.

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