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Domingo de Ramos y coronavirus, sin misas, pero con palmas

Gloria Casillas, indígena nativa de Jalisco, muestra las palmas que vende en línea en Phoenix, aRIZONA. Foto/EFE 

Por primera vez en su vida, una vendedora de palmillas santas no salió el Domingo de Ramos a las iglesias de Arizona a ofertar sus productos elaborados de la hoja de palma y decoradas con imágenes religiosas. Debido al coronavirus, la venta la realizó por internet y fueon bendecidas en las televisadas.

Gloria Casillas, una indígena nativa del Tonalá, en el estado mexicano de Jalisco, confecciona las tradicionales palmas desde que tenía siete años, una tradición que heredó de sus ancestros y que trajo a Estados Unidos cuando emigró hace más de dos décadas.

"En los 26 años que tengo aquí es el primer año que pasa esto, cada año vendíamos sin falta afuera de las iglesias. Allá andábamos corriendo con nuestras palmas, ya teníamos cuatro años que no nos correteaban las autoridades por vender en las calles y ahora ocurrió esta desgracia", dice a Efe Casillas.

Este fin de semana se llevó a cabo la celebración del Domingo de Ramos, donde se conmemoró la entrada de Jesucristo a Jerusalén, dando inicio a la Semana Santa, y donde miles de fieles solían acudir a las iglesias con hojas de palma en recuerdo a dicha festividad.

Pero debido a la pandemia que azota a Estados Unidos, quien ya superó a China en número de muertes confirmadas por COVID-19, las misas en el país se han suspendido, en medio de una de las celebraciones más esperadas por los fieles católicos, como lo es la Semana Santa.

Las diócesis de diferentes estados del país han anunciaron previamente que se bendecirán a las familias y las palmillas en las misas televisadas del Domingo de Ramos, así que los fieles que suelen adquirir dichos productos durante la temporada de abril podrán bendecir sus palmillas de forma virtual.

“Una señora se llevó cerca de cincuenta palmas. Vieron que me estaba anunciado en las redes sociales y llegaron, querían sus palmas para bendecirlas en la misa televisada del domingo", explica.

Menciona que el producto es muy respetado por los creyentes, y una vez que la palma se seca, los sacerdotes las queman y las utilizan al año siguiente en el tradicional Miércoles de Ceniza, otra festividad que antecede a la Semana Santa.

"A las palmitas les ponemos las estampitas de diferentes santitos. La gente elige a la Virgen de Guadalupe, a San Judas, a San Martin Caballero, a la Sagrada Familia, al Angelito de la Guarda, a la Divina Providencia, así como la palomita de la paz. Hay tanto santo que uno nunca acaba", comenta.

Casillas asegura que ha vivido de las "hierbitas" toda su vida, pues es hija de agricultores y tiene un pequeño vivero en su casa.

Y confía en seguir haciéndolo, a pesar de que la pandemia del coronavirus se cobra más vidas día tras día.

"No le tengo miedo a esta enfermedad, más bien tengo tristeza de tanta gente que tiene terror y no debe de ser así, encomendemos a Dios y a roguemos para que se realice su voluntad", dice la mujer, madre de cuatro hijos. EFE

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