Ha habido un derroche de emociones en la comunidad hispana este mes de mayo debido a la temporada de graduaciones a todo nivel educativo. Y es que graduarse no es una gran alegría y una meta lograda solamente para el estudiante, es también un logro de los padres y una alegría para toda la familia. Así lo considera Elena Visoso Muñoz (18), recién graduada de la escuela secundaria católica Elizabeth Seton de Bladensburg, Maryland.
"Estoy muy contenta y sé que no es sólo un logro mío, sino también de mis papás y de mi familia", dijo muy contenta. Se le hace difícil explicar, en simples palabras, lo agradecida que está con sus padres María del Mar y Rafael. "Lo que sí puedo decir es que les agradezco por siempre estar a mi lado, por hacerme ver que yo tengo la capacidad de lograr lo que sueño".
Esta estudiante reconoce que han sido buenos modelos y siempre le han apoyado. "Admiro la dedicación que le ponen a sus trabajos y cómo tratan a
todas las personas que conocen con respeto."
Escuelas impulsoras
Contó que, en su escuela católica, exclusivamente para jovencitas, encontró una comunidad que le apoyó y le preparó para la universidad. "Los maestros quieren verte triunfar y siempre están dispuestos a ayudarte."
Considera que los cuatro años en la escuela secundaria estuvieron llenos de muchas oportunidades y logros, pero también llenos de mucho trabajo y estrés. "Aun así, sabía que Dios me estaba cuidando y que me estaba preparando para mi futuro", que para la joven Dios es una fuente de fortaleza en su vida.
Está muy agradecida con las dos escuelas parroquiales de Maryland donde ha estudiado porque le han dado sólida formación académica y espiritual. Reconoce que le han enseñado cómo vivir su fe católica todos los días. "No sólo cuando voy a misa, sino en mis acciones, pensamientos y en cómo trato a la gente."

Le agradece también a la escuela "St. Francis International School" de Silver Spring, donde inicialmente recibió una buena base y habilidades que le ayudaron a tener éxito en la escuela secundaria. "Además me dio oportunidades para cultivar mis intereses en las artes escénicas", agregó.
Confiesa y agradece que ha hecho, en las dos escuelas, valiosas amistades con sus compañeras de clase que durarán por toda la vida.
La lista de reconocimientos de Elena incluye premios por sus calificaciones, sus talentos musicales y servicio al prójimo: National Honor Society, Tri-M Music Honor Society, National School Choral Award y The Elizabeth Seton High School Service Award.
Por sus buenas notas, esta joven fue aceptada en siete de las nueve universidades en las que sometió una solicitud de ingreso. Escogió estudiar en la Universidad Regis en Denver, Colorado.
"Mi sueño no es sólo graduarme de la universidad, sino tener éxito y hacer el bien durante mi tiempo allí", dijo quien va a estudiar español y otro idioma, sociología y posiblemente música.
"Siempre me ha gustado aprender de otras culturas y lenguas, entonces quiero dedicarme a eso. Además, creo que la comunicación es importante y espero usar mis habilidades lingüísticas para conectarme con la gente y crear relaciones entre personas de diferentes culturas", dijo quien tiene raíces españolas y mexicanas.
Afirma que le gustaría ayudar a la comunidad hispana cuando se gradúe de la universidad. "No importa de qué país vengan, yo les quiero ayudar a todos. Espero usar mis habilidades para ayudar a nuestra comunidad y crear más oportunidades. También quiero demostrar que se pueden hacer grandes logros siendo hispana."
Elena tiene la esperanza de un mundo mejor. "Todos tenemos algún don que nos ha dado Dios, lo único que tenemos que hacer es buscar diferentes maneras de usar ese don para ayudar a la gente y a nuestro mundo."
Sin duda, sus palabras bien reflejan lo aprendido en las aulas católicas, valores que perdurarán en las 125 chicas egresadas.
Jesús está en el bote
"¡Finalmente lo lograron! Dios siempre es bueno", les dijo monseñor Raymond East, párroco de la Iglesia Santa Teresa de Ávila de Washington, el 28 de mayo durante una misa especial antes de la graduación que fue en la basílica.
"Bien vale la pena lo que pagaron en matrícula por sus increíbles hijas", les dijo entre sonrisas a los padres que les acompañaron. "Se han sacrificado, pero les dieron a sus hijas un tesoro especial."
Les explicó a las estudiantes que sus padres les dieron la luz. "Ahora la luz de Cristo está brillando en ustedes por el resto de sus vidas", dijo en su homilía subrayando que aprendieron a amar y servir a Dios.
Las considera jóvenes líderes que muestran unidad, que han aprendido a respetar al Señor, a su creación y a sus padres. "Ustedes crecieron y caminan en la gracia de Dios", les dijo advirtiéndoles que, aunque venga la tormenta en algún momento en sus vidas, pueden estar seguras de que Jesús está en el bote.
"Jovencitas de hoy, nuestras líderes del mañana", reza el eslogan de Elizabeth Seton High School, escuela administrada desde 1959 por las Hijas de la Caridad.
Es un lugar donde las jovencitas son las protagonistas y son impulsadas a aprender, liderar y servir a los demás.
La escuela ofrece un ambiente donde las estudiantes pueden expresarse libremente y desarrollar mejores habilidades cognitivas, aumentar su autoestima y ampliar sus intereses.
Para mayores detalles sobre esta escuela de la Arquidiócesis de Washington, visite: setonhs.org.