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Sonría, por favor. Salvador Dalí quiere hacerse un selfie con usted

Grupos de personas visitan la exposición “Dali Vive” en St. Petersburg, Florida. (Foto/EFE)

"Un, dos y tres", Salvador Dalí sonríe al tiempo que se hace un selfie con los visitantes al museo en su honor de St. Petersburg, en Florida (EE. UU.), que se asombran del nuevo homenaje al genial pintor español: una representación virtual casi tan excéntrica como el original.

 En opinión del que fuera uno de los máximos representantes del surrealismo, su arte con la fotografía es tan perfecto como sus pinturas y asegura que hace unas imágenes "atómicas".

 "Oh, la, la, muy guapo", dice esta recreación de Dalí al ver la foto recién tomada, aunque reconoce que parte del mérito corresponde a la "fotogenia" del retratado, que se puede llevar una copia digitalizada de la misma.

 Esta es la última gran novedad del Museo Dalí de St. Petersburg, que cuenta con más de 2.000 obras, desde óleos, dibujos y acuarelas hasta grabados, fotografías, esculturas, documentos, libros y objetos artísticos del pintor de Figueras (1904-1989).

 Se trata de tres "portales" repartidos por la institución en los que el catalán da muestra de su particular imagen y forma de ser.

 Habla en todo momento en presente. "Es genial estar de vuelta", dice, pasando por alto el hecho de que sus huesos yacen desde hace 30 años en España.

 Dalí aguarda sentado tranquilamente mientras tamborilea los dedos hasta que alguien le "llama" y entonces se acerca a dar charla al visitante, al que incluso menciona el tiempo que hace ese día.

 Con un marcado acento, el pintor se atreve incluso a gastar bromas, como sacar una elegante pitillera, de la que no ofrece cigarros al personal, sino imitaciones de su famoso bigote.

 Y, cómo no, también hace gala de su enorme ego al decir, entre otras vanidades, que se trata de la persona "más sublime de siempre", al tiempo que reconoce que la modestia no es su "especialidad".

Utilizar la inteligencia artificial de vanguardia brinda a los visitantes de los museos la oportunidad de aprender más sobre la vida de Dali. (Foto/EFE)

 La reacción habitual es una sonrisa, medio de sorpresa y medio de alegría por estar frente al maestro del surrealismo, vestido con chaqueta y chaleco plateado a juego con el puño del bastón que lució durante años.

 "Es genial, está muy bien logrado", dice a Efe Mary Johnson, de Kansas, antes de adentrarse en los "misterios" de la mente del genio de la pintura.

 El interés por su obra y su personalidad la lleva a pulsar de nuevo el botón para iniciar este particular encuentro una y otra vez.

 Y puede hacerlo numerosas veces antes de que el de Figueras se repita, pues el museo cuenta con 45 minutos de esta representación repartidos en 125 diferentes intervenciones.

 Las excentricidades de las que hace gala el pintor son el principal motivo de risa en los presentes.

 Pero este Dalí todavía no interactúa con los visitantes, pues la apuesta por la "autenticidad" ha hecho al museo dejar para más tarde el desarrollo de esta opción, explican fuentes de una institución que reúne la colección de "dalís" atesorada por el empresario y filántropo Albert Reynolds Morse y de su esposa Eleanor Morse, amigos del artista español y de su musa, Gala.

 Tras asombrarse con este Dalí, virtual pero de cuerpo entero, Claire Say, vecina del estado de Florida, explica a Efe que lo conseguido por el museo es algo "único", tal y como sus obras.

 Pero reconoce que, al igual que le sucede con sus cuadros, para ella es muy "difícil" entender lo que dice este "genio", que va más allá de las "estructuras" mentales a las que está acostumbrada.

 "La diferencia entre un hombre loco y yo es que yo no estoy loco", dice repitiendo una de sus frases más icónicas un Dalí que se ve a sí mismo como una paradoja de ser sumamente "excéntrico" y "concéntrico" a la vez.

 Además de disfrutar de esta recreación del pintor, escultor y escenógrafo español, los visitantes del museo pueden explorar su visión creativa a través de la realidad virtual.

 En este particular universo, uno puede ver símbolos creativos como sus habituales hormigas, la imagen de un padre y un hijo de la mano o una menor saltando a la cuerda y permite estar cerca de las frágiles y alargadas patas de sus característicos elefantes.

 Tiene lugar también en este desértico lugar el roquero estadounidense Alice Cooper, del que el genio español dijo que era el "mayor artista vivo" de la época, el "mejor exponente de la confusión total", según destaca el museo.

 El museo quiere ir más allá, y el próximo 15 de junio inaugurará una iniciativa en la que la tecnología vuelve a jugar un papel fundamental.

 Desde ese día, con un teléfono celular, los visitantes tendrán una comprensión más profunda del significado detrás de trabajos de Salvador Dalí de más de cinco pies de altura o anchura a través de la tecnología de realidad aumentada, que agrega elementos virtuales como información adicional en forma de gráficos o imágenes. EFE

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