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Tropezando de nuevo con la misma piedra

Los salvadoreños Ladislao Montes e Ignacio Villatoro, beneficiados con el programa TPS, sueñan con obtener la residencia permanente. Foto/MV

Una vez más los inmigrantes indocumentados protegidos por el Estatus de Protección Temporal (TPS) y el programa de Accion Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), así como los “trabajadores esenciales” que se mantuvieron en sus puestos durante la pandemia del convid-19, “tropiezan” con la indiferencia pétrea del Congreso. El anuncio de Elizabeth MacDonough, una figura no partidista encargada de interpretar las reglas del proceso legislativo, indica que los demócratas no pueden incluir su reforma migratoria en un plan de gasto social de 3,5 billones de dólares. 

La inesperada situación hoy obliga a los legisladores a ignorar el pronunciamiento de MacDonough porque jurídicamente “no vinculante” o encontrar otras alternativas legales que permitan cumplir con el “sueño” de la legalidad de los “tepesianos”, “soñadores” y “esenciales”, que en conjunto podrían llegar a ocho millones de personas. 

Los activistas Gustavo Torres (Casa), Lorella Praeli (Community Change Action), y Greisa Martínez Rosas (United We Dream Action) fueron los primeros en expresar sus discrepancias con el anuncio y pidieron a las dos cámaras del Congreso que aprueben el plan de gasto que incluye beneficios migratorios para los que tienen TPS, DACA y han sido calificados como “esenciales”.  

“No podemos aceptar nuevas postergaciones. La opinión de Elizabeth MacDonough es respetable, pero el Congreso tiene el poder de aprobar el plan de gastos y ayudar a millones de indocumentados. La comunidad inmigrante siempre esta presente cuando la nación los necesita y ahora no vamos a retroceder en nuestra lucha por conseguir la residencia legal de nuestra gente”, dijo Torres. 

Praeli recordó que la opinión de MacDonough no puede ser entendida como una norma constitucional o una ley federal, por lo que ahora les toca a los legisladores de ambos partidos respetar los consensos alcanzados y aprobar el plan de gastos. “No vamos a retroceder. Se pueden añadir nuevas alternativas, procedimientos e interpretaciones a las normas vigentes, pero sería grave que los parlamentarios se nieguen a otorgarle la legalidad a millones de inmigrantes indocumentados”.

Martínez indicó que llegó la hora de las decisiones tanto para demócratas como republicanos. “Nadie va a negar el poder del voto hispano. En las próxima elecciones parlamentarias y presidenciales nadie a preguntar quienes intentaron aprobar una reforma migratoria, sino quienes cumplieron o no con sus promesas electorales”. 

Los tres activistas consideran que todo depende del líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, quien podría pedir una votación para ignorar la decisión de MacDonough.

 

Agonía migratoria

Ladislao Montes e Ignacio Villatoro son conscientes de las grandes oportunidades laborales y migratorias que lograrían si los congresistas aprobaran el mencionado proyecto, pues es obvio que se necesitan trabajadores que respondan en situaciones graves como las vividas durante la pandemia del covid-19.

“Consideramos que hace rato nos ganamos la residencia permanente. Durante la pandemia nunca dejamos de trabajar, de pagar impuestos, nunca pedimos nada y después de tantos años queremos que se acabe esta agonía migratoria y nos den la residencia permanente”, dijeron los inmigrantes de origen salvadoreño.

Según Rubén Rojas, estudiante universitario de origen hondureño y beneficiado con DACA, muchos no saben el drama diario que viven las familias indocumentadas, pues el miedo a una deportación inesperada o perder de la noche a la mañana todo lo vivido en este país, genera mucha inestabilidad.

“Una vez más veo que se tropieza con la misma piedra. Siempre que estamos cerca de encontrar una solución migratoria definitiva todo termina tambaleándose o derrumbándose. Nos pasó primero con el proyecto bipartidista del presidente Barack Obama que nunca entró a debate, luego con las falsas promesas del presidente Donal Trump y ahora podría repetirse la historia con el presidente Joe Biden. Seguiremos luchando, pero no es justo lo que nos pasa”, comentó Rojas. 

La guatemalteca Lucero García, quien pertenece al grupo de los trabajadores indocumentados “esenciales”, expresó su angustia ante la posibilidad de no lograr la legalidad migratoria. “No entiendo mucho de política ni de leyes, pero se que durante la pandemia del covid-19 los hispanos permanecimos en nuestros puestos de trabajo sin protestar. Yo laboro para una compañía que brinda servicio de limpieza a consultorios médicos de emergencia y me tocó trabajar hasta dos turnos durante la pandemia, la mayoría tenía miedo de infectarse. Aceptando el reto de no abandonar mi puesto de trabajo, creo que gane con creces la residencia permanente”. 

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