La iglesia sigue movilizándose para ayudar a las familias en necesidad en medio de la pandemia que agobia especialmente a los más vulnerables.
Veinte toneladas de alimentos, artículos personales, abrigos y más ropa se descargaron el jueves 26 de febrero en la parroquia Santa María de Piscataway gracias al programa "Food for The Poor".
Parroquias católicas como San Juan El Evangelista de Clinton, San Felipe, San Ignacio de Oxon Hill, Santa Columba y otras van a recoger estos productos para entregarlos a los más necesitados. El Centro para Embarazadas de Forestville y "Little Sisters of the Poor" recibirán también estos bienes de primera necesidad.
La Iglesia Católica trabaja de la mano con iglesias de otras denominaciones en un esfuerzo por servir a aquellos abatidos por el coronavirus, el desempleo o la crisis económica. Iglesias locales episcopales, luteranas, pentecostales y otras sin denominación, también recogerán productos en Santa María, ubicada en Clinton, Maryland, y fundada en 1640.
"Este esfuerzo de cooperación interreligioso para luchar contra la hambruna, es una forma muy práctica y eficiente mediante la cual la Arquidiócesis de Washington está respondiendo simultáneamente para combatir el hambre, reunir a hermanos cristianos y encaminarlos a afrontar seriamente la creciente pobreza en el amplio sector del área metropolitana hasta la región de Baltimore", dijo el padre Michael Briese de Santa María.
Este sacerdote tiene una nueva misión de desarrollar el ministerio de servicio a los pobres en el sur del condado de Prince George y del estado de Maryland. Desde hace pocos días, el padre reside en Santa María, pero pasará la mayor parte del tiempo fuera de la parroquia para poder 'llegar a las periferias' -como bien nos insta el papa Francisco.
"Pude ayudar a la comunidad hispana de Silver Spring en la parroquia San Miguel Arcángel. Pude coordinar con Caridades Católicas en Wheaton -dijo- a fin de recoger 400 libras de arroz en el banco alimenticio del sur de Maryland", contó el sacerdote. Se refiere a una despensa de alimentos cristiana con la cual también trabaja.
El padre reconoce que "hay hambre y la misma continuará creciendo en la región arquidiocesana", que abarca el Distrito de Columbia y el sur de Maryland. Asegura que nuestra población católica ahora tiene, probablemente, más gente pobre y de bajo ingreso que no se veía desde los años posteriores a la II Guerra Mundial. "Los católicos pobres son nuestro futuro y si no les suplimos de las necesidades básicas como alimento, ropa y vivienda adecuada; les fallaremos a los más pequeños de entre nosotros, las mismas personas a las que Cristo siempre trató de servir", dijo el padre Briese.
"Food for the Poor" es una organización interreligiosa para el desarrollo y alivio cristiano. Sirven a los pobres en 17 países de Latinoamérica y el Caribe, donde brindaron más de 117 millones de comidas a niños desnutridos y sus familias -solo en un semestre del 2020-. Trabajan con pastores, misioneros, iglesias, hospitales y grupos caritativos para distribuir alimentos, útiles educativos y médicos, contruir casas e instalar fuentes de agua potable.
En los primeros meses desde que empezó la pandemia ha enviado más de 200 cargamentos de productos de alivio a los países en los cuales sirven -alimentos, productos médicos, de limpieza y de higiene, medicinas y equipo de protección personal.
En agosto ya habían descargado un camión de 53 pies en el sur de Maryland con 20 toneladas de productos de higiene personal y alimentos para los pobres de ese sector.
Para más detalles sobre la parroquia Santa María de Piscataway, visite: https://saintmaryspiscataway.net/
