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Salvadoreños celebran, en DC, la fiesta de San Oscar Romero, obispo y mártir

Feligreses salvadoreños, vestidos con trajes típicos, saludan al cardenal Wilton Gregory en la misa conmemorativa de la fiesta de San Óscar Romero celebrada en el santuario del Sagrado Corazón en Washington, DC, el 24 de marzo de 2023. Fotos/Mihoko Owada

Con mucho entusiasmo y devoción centenares de familias salvadoreñas se congregaron para conmemorar la fiesta de San Oscar Romero, obispo y mártir de El Salvador, en una misa celebrada en el santuario del Sagrado Corazón en Washington, DC, la noche del viernes 24 de marzo.

En la misa se agradeció el apoyo permanente que el cardenal Wilton Gregory, arzobispo de Washington, brinda a la comunidad hispana y se recibió de manera oficial a monseñor Evelio Menjívar, primer obispo salvadoreño nombrado en Estados Unidos. Como invitado especial asistió monseñor Oswaldo Escobar, obispo de la diócesis de Chalatenango, El Salvador.

A pesar de la persistente lluvia y las gélidas temperaturas, muchos fieles de diferentes edades ingresaron al templo luciendo los trajes típicos de El Salvador, portando imágenes de San Oscar Romero y llevando velas en memoria de los 75.000 fallecidos durante la guerra civil salvadoreña de los años 70. 

La celebración no solo convocó a feligreses de habla hispana, sino que se observó también la presencia de representantes de las comunidades de Brasil, Vietnam, Estados Unidos y Haití, al igual que sacerdotes de diferentes parroquias de la arquidiócesis. 

Feligresas salvadoreñas celebran, con mucha devoción, la fiesta de San Óscar Romero en el santuario del Sagrado Corazón en Washington, DC, la noche del 24 de marzo de 2023.

En su homilía, el obispo Evelio Menjívar hizo un breve recuento del legado pastoral de San Romero y de la importancia de estar siempre del lado de los pobres, de los que sufren, de los que claman justicia y de los que defiende la vida.

“Hoy el legado de San Romero sigue vigente. Él fue un pastor de la Iglesia con olor a oveja. Con su ejemplo nos mostró el camino hacia la santidad, a vivir en comunidad y no ser indiferentes ante el dolor de los demás. Él fue valiente como lo es ahora nuestra comunidad inmigrante en Estados Unidos, que siempre eleva los brazos para pedir a Dios que le muestre el camino hacia la justicia, el amor y la verdad”, dijo monseñor Menjívar.

El obispo Evelio Menjívar durante su homilía en la misa celebrada en conmemoración de la fiesta de San Óscar Romero en el santuario del Sagrado Corazón en Washington, DC. 

También hizo alusión al libro del obispo Oswaldo Escobar "Romereando por Chalatenango”, donde se describe el lado humano de San Romero, lo cual nos hace reflexionar sobre las importantes contribuciones de los fieles hispanos -en especial salvadoreños- que no solo ayudan al desarrollo del país que generosamente nos cobija, sino que revelan que ahora estamos “Romereando por Washington, DC”. 

“Me siento orgulloso de ser hispano. Nosotros nunca nos quedamos quietos antes los problemas, siempre salimos con mucha fe y valentía en busca de soluciones y ofrecer nuestra ayuda para corregir los problemas. El ejemplo de San Romero nos indica que Dios es la fuerza, la vitalidad e inspiración para ser buenos cristianos que buscan la santidad”, aseveró el obispo auxiliar de Washington, Evelio Menjívar. 

Arriba: El niño Saúl Alvarenga, en “representación” de San Óscar Romero se dirige a saludar al cardenal Wilton Gregory. Abajo: El niño Saúl Alvarenga posa junto al cardenal Wilton Gregory. Observan la escena, de pie, monseñor Oswaldo Escobar (izq.) y monseñor Evelio Menjívar (der.)

Voces 

Durante el servicio religioso se advirtió la presencia de 21 miembros hispanos de la Sociedad de Católicos Laicos Caballeros de Colón-San Oscar Romero, quienes pertenecen a la parroquia Sagrado Corazón. Ellos se encuentran en el tercer grado de formación y cumplen labores de asistencia humanitaria, desarrollo comunitario, apoyo en labores formativas de jóvenes y participan en programas de evangelización. En breve, todos ascenderán al cuarto grado, lo que significará un importante apoyo al trabajo pastoral del Sagrado Corazón.

“Los Caballeros de Colón, fundado en 1882, cuentan en la actualidad con cerca de dos millones de miembros en todo el mundo y, en estos momentos, estamos ayudando a un grupo de hermanos centroamericanos en la reparación de las bancas de la parroquia”, dijo Willians Castillo, formador y miembro hispano de los Caballeros de Colón en Maryland. 

Al concluir la misa, los obispos Evelio Menjívar y Oswaldo Escobar bajaron al sótano de la parroquia para compartir refrescos, pupusas y chicharrones con los fieles salvadoreños residentes en el barrio de Mount Pleasant. Carmen Lara, presidenta de la organización católica “Casa Betania”, fue la encargada de coordinar la preparación de los típicos manjares cuscatlecos.

“Desde años nuestra organización ayuda económicamente a la diócesis de Chalatenango en el mantenimiento de obras sociales, especialmente a las madres solteras, ancianos y niños abandonados. Hoy hemos donado los alimentos para que todos los fieles puedan compartir con sus sacerdotes y obispos que siempre huelen a oveja”, comentó Lara. 

El libro 

El libro del obispo Oswaldo Escobar "Romereando por Chalatenango”, describe de manera primordial el lado humano de San Romero, cómo cuando se detuvo a tomar una taza de café y comer un pastel con los campesinos o cuando se detuvo a observar el bello paisaje del lugar aprovechando que el ómnibus que les transportaba se había malogrado.

A pesar de que existe abundante literatura sobre San Romero y su visión teológica, política, e históricamente, el obispo Escobar en su libro se ha esforzado en mostrar el lado humano de un pastor y su rebaño, especialmente en los momentos más sangrientos del conflicto salvadoreño. 

La celebración de la fiesta de San Óscar Romero no solo convocó a feligreses de habla hispana, sino que se observó también la presencia de representantes de las comunidades de Brasil, Vietnam, Estados Unidos y Haití.

Cabe señalar que San Romero en esos tiempos hablaba de la muy ignorada y golpeada región de Chalatenango durante su programa de radio y en artículos que destacaban crímenes en los rincones remotos a los que nadie prestó mucha atención, clamando justicia para los catequistas asesinados y otros ministros católicos, sacerdotes y religiosos que fueron desmembrados y desfigurados en El Salvador en las décadas de 1970 y 1980.

"Nadie ha amado a Chalatenango más que San Romero", señaló el obispo Escobar en su libro, quien pudo cumplir su deseo de asistir a la primera ceremonia de canonización de un santo salvadoreño en el Vaticano en octubre de 2018.

Monseñor Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980, durante la guerra civil salvadoreña, por un francotirador desconocido mientras oficiaba una misa en la capilla del hospital de cáncer La Divina Providencia, en San Salvador.

Un informe de la Comisión de la Verdad de la ONU, que investigó las violaciones a derechos humanos durante la guerra salvadoreña (1980-1992), determinó que el ex mayor del Ejército y fundador del partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista (Arena), Roberto D'Aubuisson, dio la orden de asesinar a monseñor Romero.

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