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Remesas en dólares o bitcoin, dilema salvadoreño

Un trabajador salvadoreño muestra la pantalla de su celular para evidenciar que cuenta con la aplicación “Chivo Wallet”. Foto/EFE

El uso legal de las criptomonedas en El Salvador sigue generando confusión y temor en muchos inmigrantes salvadoreños del área metropolitana. El dilema semanal radica en enviar las remesas familiares en bitcoin, usando la billetera digital del Gobierno (Chivo Wallet), o dólares a través del sistema bancario tradicional.

Mientras la primera opción exige tener un teléfono inteligente y bajar la aplicación “Chivo Wallet” para pagar o cambiar dinero, la segunda alternativa sigue siendo ir al banco y recibir en efectivo los billetes de dólares. Para los jóvenes, profesionales y hombres de negocios la alternativa electrónica es algo sencilla, pero las personas mayores, que viven en las zonas rurales y no están familiarizadas con la tecnología, el cambio representa un verdadero “dolor de cabeza”.    

Hace unos días en la puerta de “La Chiquita Express” de Langley Park (Maryland) los inmigrantes cuscatlecos Dina Villatoro, Isabelina Medrano y Ezequiel Reyes compartían sus inquietudes sobre cuál debería ser la manera más segura de enviar las remesas a El Salvador. Desde septiembre de 2021 la preocupación de los tres radica en las complicaciones para que sus seres queridos tengan su dinero a tiempo y de manera sencilla.

Para Dina Villatoro es “más fácil y seguro” enviar sus remesas en dólares de la forma tradicional, pues no entiende nada sobre las fluctuaciones del valor del bitcoin en el mercado, ni mucho menos sobre los riesgos que implican las criptomonedas.

“Mi madre tiene 67 años, vive en el cantón Chiquirín del municipio de La Unión y solo sabe recoger el dinero en una sucursal del Banco Agrícola. Ella vive sola, es sobreviviente de cáncer, no tiene correo electrónico, no sabe usar computadora y con las justas contesta el teléfono celular. La viejita tiene miedo que el cualquier momento se dejen de usar los billetes y no sepa cómo hacer para pagar sus alimentos o medicinas”, dijo Villatoro.

Isabelina Medrano tampoco puede ocultar sus temores, pues su abuelita cuida de sus hijos pequeños de 5 y 7 años en el cantón La Laguna, departamento de Morazán, hasta donde todas las quincenas le llevan el dinero en efectivo porque no tiene movilidad para salir al pueblo.

“Eso del bitcoin no lo entiende nadie. Mi abuela a sus 72 años con las justas atiende a mis niños y el dinero lo administra siempre en efectivo. No sabe nada de tarjetas de crédito o pagos por internet. Estoy preocupada porque la empresa que brinda el servicio de llevar el dinero hasta la casa ya aviso que, si el Gobierno sigue con la idea de limitar al máximo la circulación de los dólares, simplemente suspenderán sus servicios. Eso sería un serio problema para mi familia”, manifestó Medrano. 

Ezequiel Reyes piensa que la adopción de bitcoin como moneda de uso legal en El Salvador solo ha traído confusión entre las familias pobres que dependen de las remesas familiares para subsistir. Según el, las personas mayores y los niños son los más perjudicados, porque ahora dependen de que alguien sepa usar la aplicación “Chivo Wallet” o recurrir a los “cambistas callejeros” que te entregan el efectivo si alguien del exterior les deposito previamente a su cuenta.

“En El Salvador todos ‘inventan’ rápido. Los pandilleros ya empezaron a robar celulares para ver si existen bitcoins disponibles, los ‘culebras’ (prestamistas) te aseguran dólares a bajos intereses y el gobierno sigue con su mensaje de que somos el primer país del mundo en apostar por las criptomonedas. En mi caso, solo tengo un hijo que estudia medicina y él no tiene problemas en hacer sus operaciones ‘on line’. Pero pregunto, ¿Qué va a ocurrir con las personas que desconocen el mundo cibernético?”, acotó Reyes. 

Dina, Ezequiel e Isabelina coincidieron en señalar que entre los salvadoreños que viven en el exterior existe el gran temor que al final el bitcoin sea usado para lavar dinero proveniente de la corrupción o el crimen organizado, con lo cual se agravaría la situación política, económica y social de El Salvador. 

Hasta el momento los grandes centros comerciales y establecimiento como McDonald’s y Starbucks aceptaban el bitcoin sin mayores inconvenientes, pero no sucede lo mismo en los mercados, tiendas de barrios y transporte público de la ciudad.

En cambio, para los dueños de pequeños negocios la implementación de esta billetera virtual es totalmente innecesaria, ya que lo que ha venido a ocasionar son complicaciones y está lejos de promover el dinamismo económico.

Recientemente, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, reiteró que la adopción del bitcoin debe ser visto como “un beneficio” por los más de 2.5 millones de salvadoreños que viven en el extranjero, quienes ahora podrán evitar el pago de comisiones para las remesas que envían a sus familiares, que el año pasado sumaron casi 6.000 millones de dólares.

Asimismo, la Conferencia de Obispos Católicos de El Salvador dijo en un comunicado que la implementación del bitcoin como moneda de curso legal genera preocupación y temor de gran parte de la comunidad salvadoreña, pidiendo a la Asamblea Legislativa que reforme la ley a fin de eliminar su uso obligatorio.

Denuncia y desconfianza 

Hace unos días los representantes de la organización de derechos humanos Cristosal presentaron una denuncia ante la Fiscalía por el uso ilegal de datos personales mediante la billetera digital del Gobierno (Chivo Wallet), que otorga un bono en bitcoin equivalente a 30 dólares para impulsar su uso.

En la denuncia se indica que el uso de identidad sin autorización en la aplicación “Chivo Wallet” afecta a más de mil usuarios, quienes figuran en la lista de ciudadanos que cobraron el bono del gobierno, lo cual es falso.

El problema radica en que la aplicación “Chivo Wallet”, que pertenece la empresa Chivo S.A. de CV, recibió del Gobierno más de 200 millones para la adopción del bitcoin, de los que se desconoce al detalle su uso. Hoy los usuarios están temerosos con la forma de operar de esa compañía. 

Cabe recordar, que el 7 de septiembre de 2021 El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en darle curso legal al más popular de los criptoactivos.

 

 

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