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Niños de escuela San Martín de Tours oran por fallecidos en la frontera en el Mes de la Hispanidad

Los estudiantes de la escuela parroquial San Martín de Tours de Gaithersburg, Maryland, oraron por los inmigrantes e hispanos más vulnerables en la misa celebrada en el inicio del Mes de la Hispanidad por el arzobispo de Washington, Wilton Gregory, el 15 de septiembre.

Los niños ingresaron a la iglesia ondeando pequeñas banderas de los países latinoamericanos y durante las intenciones en el servicio alzaron su voz a Dios: “Oremos por todos los fallecidos trágicamente en su intento de acceder a una mejor vida en una nueva tierra, para que descansen en la paz del Señor por siempre”.

Los pequeños aprovecharon para rogarle al Señor por “todos los jóvenes hispanos, para que puedan germinar sus sueños, para que sus esperanzas florezcan y sean atraídos a una relación más plena con Cristo”.

A Dios padre dirigimos nuestra confiada oración por todas las comunidades hispanas, subrayaron, para que con sus dones y carismas ayuden a la Iglesia en su misión de evangelizar.

Igualmente, oraron por todas las familias hispanas, para que en medio de los retos y dificultades puedan crecer en una comunidad de amor y paz al estilo de la Sagrada Familia de Nazaret.

Además, pidieron que no haya exclusión en la Santa Iglesia, “para que sea un instrumento y canal para construir un mundo de fraternidad y justicia”. 

Oraron para que el Gobierno promueva leyes equitativas y justas para los indocumentados, los ‘dreamers’ y los tepesianos.  

En la misa se instó también a los presentes a desarrollar “la capacidad de reconocer y celebrar las diferencias como un regalo de Dios y ser arquitectos del respeto y amor”.

Por su parte, el cardenal Gregory se enfocó en la Virgen María al emitir su mensaje a los niños: “Estamos unidos a nuestra madre desde los primeros momentos de nuestra existencia dentro de su vientre. Ellas llevan a sus hijos cerca de su corazón desde esos primeros meses de vida y continúan haciéndolo toda la vida”.

Jesús desarrolló una entrañable relación con su madre y de allí en más se desarrolló “una relación eterna entre la bendita madre y todos sus hijos a lo largo de los tiempos”, precisó. Es la razón, dijo, por la que los católicos continuamos siguiendo un legado de rica devoción a la bendita madre que apreciamos y que atesoramos. “Al fin y al cabo, es nuestra propia madre”, subrayó. 

Explicó que los católicos otorgamos muchos títulos diferentes a María, (siendo muy creativos los hispanos en este sentido) debido a nuestro afecto y nuestra relación estrecha con esta mujer maravillosa. “Ella pertenece a todas las culturas, a todas las razas y a todas las comunidades étnicas”. 

Los católicos honramos, dijo, los muchos privilegios de que goza María dentro del reino de Dios: La inmaculada, la reina del cielo y de la tierra, la sede de la sabiduría, la madre de la misericordia, y así sucesivamente…

El cardenal notó el nombre de Nuestra Señora de los Dolores, que evoca el sufrimiento de la Virgen María al ver a Jesús ser crucificado, su gran dolor como madre al ser testigo de la muerte de su hijo.

“Sabemos, por experiencia personal de primera mano que podemos ser responsables cuando adoptamos un comportamiento que le produce dolor a nuestra madre. Genera dolor a la Virgen cuando usamos un vocabulario rudo o poco amable al comunicarnos con los demás, cuando actuamos con violencia y odio directamente hacia los vecinos, cuando rechazamos a nuestras hermanas y hermanos a causa de la raza, la cultura, la religión, o cualquier otra cualidad distintiva. Ella no sólo sufrió cuando fue testigo del sufrimiento de Jesús, sufre cuando nos ve participar en un comportamiento que es pecaminoso y destructivo para la armonía de la familia de Dios.”

Instó a los niños a abandonar cualquier actitud que fracture la unidad de cualquier familia de creyentes: Los vecinos de esta parte de la Arquidiócesis de Washington deben ver como nuestra juventud, de la comunidad hispana, vive en unidad, paz y amor. Somos todos muy afortunados hijos al tener una madre tan maravillosa.

Al final de su homilía, destacó que María solo merece ser honrada por su paciencia y amor.

El Mes de la Herencia Hispana se conmemora del 15 de septiembre al 15 de octubre a nivel nacional.

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