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Misa jubilar por “V centenario del cristianismo en Filipinas”  

Religiosas y fieles de origen filipino llevan en procesión una imagen de la Virgen María antes del inicio de la misa en la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción. Foto/Andrew Biraj

Con mucha devoción cientos de fieles participaron el sábado 18 de la misa jubilar por el “V centenario del cristianismo en Filipinas” y en honor a los santos Lorenzo Ruiz de Manila y Pedro Calungsod. En la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción todos recordaron a los misioneros españoles que llegaron a ese país para evangelizar en nombre de Dios, establecer las bases de la fe católica e inculcar el amor a la Virgen María.

El obispo Mario Dorsonville destacó durante su homilía la profunda fe de los filipinos, su fidelidad a la Iglesia durante quinientos años y su vocación de santidad que nace desde el señor familiar.

Dijo que el ejemplo de vida de ambos santos es una evidencia clara de la aceptación del pueblo filipino que Cristo es la verdad y la salvación.  

“No olvidemos que San Lorenzo de Manila nació en el seno de una muy familia católica, la cual le transmitió su fe desde que era pequeño y que luego lo llevó hasta alcanzar la santidad”, señaló el obispo Dorsonville.

Asimismo, dijo que la pandemia ha hecho que muchos fieles filipinos vivan momentos muy difíciles, pero eso también ha servido para acercarlos más a Dios a través de la oración, unificar a las familias e implorar la bendición de la Santísima Virgen María.    

“Ustedes debe mantener vivo el legado de los santos Lorenzo Ruiz de Manila y Pedro Calungsod, pues ambos son ejemplos de sacrificio, fidelidad y amor a la Iglesia”, manifestó el obispo auxiliar de Washington. 

Antes del inicio de la misa jubilar, los fieles presentes en la basílica rezaron el Santo Rosario y rindieron un especial homenaje a la Virgen María. Varios de los asistentes exhibieron trajes típicos de diversas regiones de Filipinas. 

La devoción que conlleva la festividad de San Lorenzo Ruiz de Manila y Pedro Calungsod tienen como día central el 28 de septiembre. 

Es importante señalar, que el papa Francisco envió un mensaje a los fieles filipinos del mundo en donde daba las gracias por la alegría que traen al mundo entero y a las comunidades cristianas. “Su presencia discreta y trabajadora ha sabido ser un gran y autentico testimonio de fe".

Vidas ejemplares

Lorenzo Ruiz fue monaguillo y calígrafo en la iglesia de Binondo, en Manila, pero tuvo que huir con los misioneros dominicos a Japón para escapar de una falsa acusación. Allí fue martirizado en 1637 por el shogunato Tokugawa, el gobierno militar feudal de Japón, por negarse a renunciar a su fe.

Tres siglos más tarde, Lorenzo Ruiz fue elevado a los cielos como el primer mártir y santo filipino. En sus memorables palabras, san Lorenzo dijo que prefería morir "mil veces" antes que negar al Salvador. Su fiesta se celebra el 28 de septiembre.

Pedro Calungsod, el segundo filipino canonizado por la Iglesia Católica Romana, fue un joven catequista misionero que murió mártir en 1672. Esto ocurrió cuatro años después de que viajara con el padre Diego Luis San Vitores y otros jesuitas para evangelizar a los chamorros, el pueblo indígena de la isla de Guam. Después de que se extendiera el rumor de que el agua bautismal de los jesuitas estaba envenenada, los chamorros se volvieron contra los misioneros. Calungsod fue alcanzado por una lanza en el pecho al interponerse entre el padre Diego y dos atacantes nativos. Casi tres siglos y medio después, Calungsod, el primer mártir de las islas Bisayas, fue proclamado santo.

Calungsod fue santificado por Juan Pablo II y el 2 de abril es su fiesta central.

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