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Miles de jóvenes dijeron ‘SÍ’ a la vida y ‘NO’ al aborto en Washington

A pesar del intenso frío invernal, miles de jóvenes participaron en las actividades de la XLIX Marcha por la Vida. Representantes de parroquia San Pablo de Delaware se hicieron presentes en Washington. Foto/Javier Díaz

Miles de jóvenes católicos desafiaron el frío invernal y marcharon hoy -viernes 21- por las calles de la capital para reiterar su rechazo al aborto. Protegidos con abrigos, guantes, bufandas, gorros y mascarillas para evitar contagios con el covid-19, los jóvenes se unieron a la “XLIX Marcha por la Vida” rumbo a la Corte Suprema para pedir a los magistrados que revoquen el fallo de 1973 (Roe vs. Wade) que legalizó el aborto. 

Frente del Capitolio se levantó un escenario para que los participantes puedan escuchar a los oradores de la jornada, quienes coincidieron en señalar que ha llegado el momento para que los miembros de la Corte Suprema tomen la decisión de anular la ley que permite el aborto e impide el derecho a la vida de millones de nonatos.

Jeanne Mancini, presidenta de la Fundación por la Educación y Defensa de la Marcha por la Vida, dijo que legisladores federales y jueces supremos no solo tienen que escuchar los gritos de la calle de “NO al aborto”, sino entender que la marcha anual que se realiza en Washington, DC, es una de la más grande concentración de personas en defensa de los derechos humanos.

“Estamos en oración y mantenemos viva la esperanza que este año se produzca un cambio histórico en defensa de la vida, en defensa de los no nacidos”, manifestó Mancini.

Mike Schmitz, sacerdote católico de Duluth (Minnesota) pidió a la multitud que recuerden siempre que todos los fetos y niños importan, que todas las mujeres siempre son importantes para la Iglesia y que el regalo divino de la vida jamás nos puede dejar de importar. 

“Ante los ojos de Dios todos importamos. Somos sus hijos y el nos regala la vida. Nunca dejemos de defender la vida, nunca”, puntualizó el religioso en medio de aplausos. 

La “Marcha por la Vida” se celebra en Washington, DC, desde 1974, un año después de que el Supremo garantizara el aborto legal en el país, pero en esta ocasión se pudo percibir entre los manifestantes un ambiente de “celebración” por la prohibición de ese servicio médico en varios estados de la nación.

Terreno legal

La Corte Suprema tiene previsto decidir en junio o julio sobre un veto parcial al aborto en Mississippi, y en una audiencia en diciembre sobre ese caso, la mayoría conservadora del tribunal insinuó que se inclina a favor de imponer nuevos límites al derecho al aborto en el país.

El fallo de “Roe vs. Wade” de 1973 legaliza el aborto hasta el momento de "viabilidad" del feto fuera del vientre materno, un límite que ahora está en torno a las 23 o 24 semanas de embarazo, aunque muchos estados conservadores han aprobado leyes que incumplen esa garantía, como el veto casi total en Texas.
 

En el caso que los jueces deroguen el precedente de 1973, se espera que 26 estados de tendencia conservadora tomen medidas para restringir o prohibir del todo el derecho al aborto en su territorio, según el centro de investigación sobre salud reproductiva Guttmacher Institute.

Hispanos presentes 

Para Augusto Sierra y Dina López, feligreses de la parroquia San Pablo de Delaware, participar en la “Marcha por la Vida” es importante para demostrar a las autoridades y miembros de la Corte Suprema que el aborto no puede ser visto como una “respuesta” a un problema, pues ninguna ley terrenal puede atentar contra el don divino de la vida. 

“La vida es un regalo de Dios y no existe una ley en el mundo que pueda ir en contra de un mandato divino. Un niño es un regalo de Dios y eso no tiene nada que ver con una simple ley terrenal", señalaron Sierra y López.

Añadieron que es una “vergüenza” que durante 49 años los jueces de la Corte Suprema sigan permitiendo que el aborto sea legal en Estados Unidos e ignoren el clamor de millones de personas que defienden la vida. 

Los hermanos Carlos, Elena y Rocío Cruz, fieles de la parroquia St. Anthony de Virginia, señalaron que el país exige que se respete la vida y los jueces no pueden seguir viendo el aborto como un simple caso legal.

“Está claro que el derecho a la vida no se puede medir por la ley de los hombres, los jóvenes que creemos en Dios, que nos esforzamos en vivir el Evangelio y formamos parte de la Iglesia, tenemos la obligación se exigir que se respete el derecho divino", puntualizaron los hermanos Cruz.

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