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Inmigrantes reciben con esperanza cambio de Gobierno

Los inmigrantes hispanos tienen puestas sus esperanzas enuna reforma migratoria con la llegada del presidente Joe Bide. Foto/archivo

Millones de inmigrantes en Estados Unidos, blanco de las políticas más crudas de la Administración de Donald Trump, tienen puestas sus esperanzas en la llegada a la Presidencia del demócrata Joe Biden, que ha prometido lo que han estado esperando por tres décadas, una reforma migratoria que les conduzca a la residencia legal.

Cumpliendo una promesa de campaña, Biden presentó el miércoles, tras jurar al cargo como el presidente 46 de EEUU, un proyecto que abre el camino para legalizar a 11 millones de indocumentados que cumplan ciertos requisitos, que tras décadas de vivir, trabajar y formar una familia, finalmente tendrán la oportunidad por la que han luchado, al contrario de lo que caracterizó el Gobierno de Trump.

Sonia, que por dos décadas se ha ganado la vida vendiendo comida en las calles de Nueva York -como millones de otros indocumentados para mantener a sus familias- da la bienvenida a la iniciativa pero pide al nuevo presidente que no se olvide de los indocumentados que no calificarán para legalizar su estatus.

"Es un buen plan para gente que estamos sin estatus legal; nos ayudaría a seguir trabajando y continuar con nuestras vidas después de tanta controversia con inmigración", dijo la mexicana, perteneciente a uno de los grupos más atacados por las políticas de la pasada Administración y que siempre ha pagado sus impuestos, uno de los requisitos de la propuesta migratoria.

"Creo que nos merecemos un alivio, pero hay que empujarlo más para que sea más flexible para los que no califiquen", afirmó Sonia, que llegó al país hace 24 años y tiene cuatro hijos y un nieto nacidos en Nueva York.

Durante sus cuatro años de gestión, Trump emitió varias ordenes ejecutivas para limitar la entrada a EEUU de musulmanes, derogar el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y el Estatus de Protección Temporal (TPS), negar la residencia a quienes se hubieran acogido a beneficios sociales y aumentar los arrestos de inmigrantes.

El cuatrienio se caracterizó también por la reducción del número de refugiados, la cruel separación de los niños de sus familias en la frontera y la violación de derechos humanos en centros de detención.

Según ha trascendido, la legislación que propone el nuevo Gobierno para aquellos que hayan entrado al país antes del 1 de enero de 2021 -que ya se ha tropezado con críticas de republicanos- prevé crear una ruta que permita a millones de inmigrantes aspirar a la naturalización en ocho años, establecer un programa de procesamiento en el extranjero para refugiados que busquen ingresar al país e impulsar el uso de tecnología para vigilar la frontera.

De ser aprobada la ambiciosa propuesta, que incluye también un plan para ampliar las políticas de asilo, supondría la mayor reforma migratoria desde el Gobierno del republicano Ronald Reagan (1981-1989), que legalizó a tres millones de indocumentados en 1986.

"Esperemos que cumpla con todo lo prometido, que no sean solo promesas para llegar al poder porque estaríamos decepcionados", afirmó Sonia, de 50 años, que recordó el gran apoyo que recibió Biden en las urnas de la comunidad latina.

A su vez Edith López, una "soñadora" (beneficiaria de DACA), espera que el cambio de gobierno le traiga la paz que perdió luego de que su esposo Eved Sánchez fuera arrestado camino a su trabajo por un agente migratorio en febrero del año pasado.

Tras desatarse la crisis de la covid-19 Sánchez quedó en libertad a mediados de abril pero debe reportarse en febrero con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), pero aún desconoce si debe acudir en persona y si será deportado.

"La angustia está todo el día, desde que me levanto hasta dormir porque no sé si ICE regresará a la casa, porque saben donde vivimos, y eso no se me quita del pensamiento si lo buscan a la casa o al trabajo", señaló a Efe la inmigrante, quien recordó que antes de arrestar a su esposo el agente de inmigración y un policía estuvieron en su hogar en Nueva York con la excusa de que buscaban a un hombre, cuya foto le mostraron.

El agente esperó que la pareja saliera de su hogar y les detuvo, arrestando a Sánchez, un obrero de construcción.

"ESPERANZA, ALIVIO Y SEGURIDAD”


De acuerdo con López, de 30 años, la llegada de Biden a la Presidencia significa "esperanza, alivio y seguridad” de que llegarán a su fin las políticas antiinmigrantes como la que amenaza con separarle a ella y su hija de ocho meses de su esposo.

De aprobarse el proyecto, como beneficiaria del DACA para López sería más rápido el camino a legalizar su estatus. "Es un alivio saber que está en camino (el proyecto); es algo estable. Da tranquilidad porque uno sabe que está haciendo las cosas bien y sería para algo seguro en este país. Con la otra Administración era miedo, desesperación, angustia", indicó.

Elvis, una transgénero hondureña que solicitó asilo el pasado año al llegar a territorio estadounidense, espera que el cambio se traduzca en políticas humanas para miles de indocumentados en los centros de detención como en el que estuvo en Nuevo México durante 11 meses.

"Estuve en una 'hielera', una habitación muy fría donde pueden haber hasta 150 personas, durmiendo en el suelo, un solo baño donde haces tus necesidades delante de todo el mundo, una especie de cobija de aluminio para cubrirte que no sé de qué está hecha que nos hacía sangrar por la nariz, y un trato inhumano. Ahí la gente pide auxilio por el frío y los oficiales se ríen", contó a Efe.

Recordó que salió de su país tras un ataque homofóbico en el que fue acuchillada y perdió los genitales, lo que requirió de dos cirugías, y al llegar a la frontera de EE.UU se entregó a las autoridades migratorias.

"Llegué con heridas de cuchillo en mi abdomen. Venía con muchos problemas pero las heridas eran lo más serio; se me abrieron y cogí infección. Yo me tiraba al suelo, gritaba (de dolor), les decía que necesitaba un médico, que tenía fiebre. Cuando comencé a sangrar los demás que estaban ahí comenzaron a golpear la puerta y gritar que había un herido", tras lo cual, dice, fue atendida.

"Me limpiaron la herida y me cosieron con grapas sin anestesia y me regresaron a la hielera", donde en total estuvo 21 días para luego ser llevada a un "corralón" (centro de detención con unas 50 personas en una habitación pero con camas) donde tenía que bañarse con hombres, lo que luego pudo negociar con las autoridades para hacerlo de forma individual, recordó.

Finalmente pudo salir con la ayuda de la organización Las Américas, de El Paso, Texas, que pagó su fianza de 20.000 dólares, apoyada por una pareja de patrocinadores.

"Las expectativas que tenemos son muchas con Biden porque si de verdad cumple, la situación de inmigrantes y de los que solicitamos asilo son esperanzadoras. Sus promesas de campaña hablan muy bien", aseveró. EFE

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