La tarde del martes 18 de abril en la escuela elemental católica St. Anthony de Brookland (Distrito de Columbia) se vivió una verdadera fiesta donde la religiosa Mary Olivia Shirley, O.P., maestra del cuarto grado, fue galardonada con el premio “Golden Apple 2023” que anualmente otorga la Arquidiócesis Católica Romana de Washington. La buena noticia cogió por sorpresa a la educadora, quien al ingresar al auditorio fue recibida con aplausos y cantos de alegría.   

Michael Thomasian, director de la escuela, fue el encargado de preparar la fiesta sorpresa en complicidad con los profesores y alumnos, mientras que Christian Buchleitner, superintendente asociado de las escuelas católicas arquidiocesanas, fue el encargado de hacer el anuncio oficial de la distinción y destacar sus cualidades como religiosa y educadora excepcional.  

En un video grabado con anticipación los maestros compartieron su alegría porque este año el premio “Golden Apple 2023” fue concedido a la Mary Olivia Shirley. También los estudiantes como Eliot W. (4 grado), Nathaniel F. (5 grado), Lidya G. (6 grado), Braylen B. (7 grado) y Noah E. (8 grado) le dedicaron palabras de agradecimiento por ser una profesora exigente, alegre y preocupada por el bienestar de los alumnos. 

“Sor Mary Olivia Shirley es una persona increíble. Siempre está presente en todo, para dictar clases, cuando se necesita coordinar reuniones con los padres de familia o cuando escasean los alimentos para el almuerzo. Ella trabaja en la escuela los fines de semana, apoya en las misas y atiende a las familias de los estudiantes que enfrentan algún tipo de necesidades. Ella representa el espíritu de fe y trabajo de la escuela elemental católica St. Anthony, por eso hoy le decimos ¡gracias!”, dijo el director Thomasian. 

El párroco Fred Close también destacó la dedicación de sor Mary Olivia Shirley, quien es un ejemplo de educadora y de religiosa, preocupada de difundir el Evangelio entre los niños e interesada en que sus estudiantes reciban una educación de alta calidad. “Es una bendición para todos tenerla en esta escuela”. 

La emoción de la religiosa, alimentada por los constantes gritos de los más de trescientos niños reunidos en el auditorio principal de la escuela, la obligó solo a decir “gracias, muchas gracias” y abrazar a los estudiantes que coreaban su nombre.  

Historia 

Las Hermanas Benedictinas de Elizabeth, Nueva Jersey, llegaron al barrio de Brookland en 1905. Al año siguiente, abrieron la Academia St. Benedict. La madre de una de las hermanas compró la mansión Brooks para el convento y la pequeña escuela. Antes de que la parroquia St. Anthony abriera la escuela, muchos de los niños asistían a la antes mencionada academia.  

En 1922 la academia se convirtió en Northeast Catholic High School y la educación de los estudiantes más jóvenes pasó a ser responsabilidad de la parroquia local. 

La parroquia de St. Anthony, bajo la dirección del párroco Patrick E. Conroy, construyó una escuela primaria cerca de la esquina de las calles 12 y Lawrence, al noreste de Washington. Inicialmente se llamó Thomas E. Shields Memorial School, en honor al gran sacerdote y educador de la Universidad Católica de América.  

Pero fue en 1927 cuando las Hermanas Benedictinas acordaron servir en la escuela elemental con el nombre St. Anthony. Durante 75 años, las religiosas implementaron su tradición educativa centenaria. La excelencia académica, la evangelización y el servicio a la comunidad eran aspectos del carisma benedictino. En 1997, las hermanas terminaron su fructífero mandato escolar. 

Hoy el centro educativo St. Anthony es miembro del Consorcio de Academias Católicas de la Arquidiócesis de Washington y sigue siendo una parte vital de la comunidad parroquial. En el 2022 ofrece un programa académico riguroso basado en estándares para estudiantes de Pre-K3 a octavo grado.