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Escuelas católicas apoyan lecciones de fe que nacen en el hogar, dijo cardenal Gregory con ocasión del inicio del año escolar

María Joya, gerente de programa en la escuela del Sagrado Corazón en Washington, DC, fue reconocida por su 25 aniversario. (De izq. a der.) El cardenal Wilton Gregory, María Joya y Christian Buchleitner, superintendente asistente de la arquidiócesis para operaciones escolares y servicios estudiantiles. Foto/Andrew Biraj

Los maestros y la escuela, por sí solos, no pueden formar a un ciudadano de bien. Es en el hogar donde un niño conoce a Jesús, donde aprende a identificar el bien del mal, donde se convierte en un adulto cristiano que ama a los demás como a sí mismo y está dispuesto a respetar y servir a su vecino. La escuela, su entorno y varios otros factores influyen en un trabajo mancomunado que empieza en la familia a fin de crear a los seguidores de Cristo.

"Las escuelas católicas son escenarios donde se construyen la sabiduría y la fe que los niños deben encontrar primero en sus hogares. Las escuelas católicas no pueden trabajar en el vacío; no pueden proporcionar fe si no hay semillas de fe en el hogar; no pueden sustituir los valores espirituales de los padres si éstos están ausentes", expresó el arzobispo de Washington, cardenal Wilton Gregory, en su homilía del lunes 30 de agosto con ocasión del inicio del año escolar en la Arquidiócesis de Washington.

"Sin embargo, cuando estas virtudes y valores fundamentales se encuentran en el hogar y en la vida de los padres, las escuelas católicas pueden convertirse en un trampolín para el crecimiento. Pueden apoyar y tratar de apoyar las lecciones de fe que los jóvenes descubren primero en la vida de sus padres y abuelos en beneficio de su crecimiento en Cristo", dijo instando una vez más a los padres a ser partícipes de la educación de sus hijos y comprometidos catequistas en el hogar.

El arzobispo subrayó que en la Arquidiócesis de Washington somos muy afortunados por contar con excelentes escuelas católicas, pero notó que "ahora nos enfrentamos al reto de mantenerlas fuertes, especialmente a la luz de nuestras actuales limitaciones pandémicas" -agregó durante la misa en la cripta de la basílica de la Inmaculada Concepción, ubicada en el Distrito de Columbia.

Explicó que el sistema escolar arquidiocesano representa la grata asociación de padres, administradores, maestros, feligreses y pastores que combinan sus esfuerzos y medios para proporcionar a estas instituciones los recursos y convertir a los estudiantes en los exitosos que son.

En su homilía, el cardenal mencionó el libro "Todo lo que realmente necesito saber lo aprendí en preescolar", de Robert Fulghum, y la serie de televisión ¿Eres más inteligente que un alumno de quinto grado?".

En ese programa, los concursantes adultos eran emparejados con un panel de niños de 5º grado y los adultos tenían que intentar responder a preguntas que ellos mismos probablemente estudiaron por primera vez cuando tenían 10 ó 11 años. 

La pregunta, dijo el cardenal, sigue siendo pertinente para estudiantes, profesores y padres. "Es un valioso recordatorio de que parte de la información básica de nuestra vida nos llegó cuando éramos niños. Hay lecciones básicas para vivir que aprendemos en la infancia y que seguimos necesitando y consultando a lo largo de nuestra vida adulta".

Fue entonces, cuando se refirió a Las Bienaventuranzas como una lista básica de la moral cristiana que la mayoría de nosotros escuchamos por primera vez cuando éramos niños. "Representan una primaria visión de fe de la vida que sigue siendo profundamente importante durante toda la vida. Resumen los principios morales y las enseñanzas de Jesús con una sabiduría y una reflexión espiritual simples, pero profundas".

Las Bienaventuranzas, dijo, siguen siendo una fuente de sabiduría para todos los días que Dios nos concede a todos nosotros. 

El cardenal aplaudió a todos los que fueron reconocidos en la misa por sus contribuciones a las escuelas católicas en la Arquidiócesis de Washington. Agradeció especialmente a los padres que han confiado sus hijos a las escuelas católicas de Washington y Maryland para que sean cuidados y formados en la fe. "Esperamos que lo que hacemos en colaboración con ustedes les permita recordar y vivir esos principios básicos de la fe que deben permanecer con todos nosotros durante toda nuestra vida hasta la vida eterna", dijo el cardenal Gregory. Durante el servicio religioso, se ofrecieron oraciones para que los estudiantes y las escuelas avancen en sabiduría y conocimiento, para que los alumnos "aprendan a conocer y amar a Dios y experimenten su presencia en clase". También oraron para que los educadores y empleados tengan el coraje y la fortaleza de evangelizar con alegría a sus estudiantes cada día.

Los educadores hicieron una promesa de servir y continuar creciendo como discípulos misioneros del Señor y se comprometieron en su importante rol de participar en el ministerio y la misión de la Iglesia.

"Deben continuar creciendo en santidad y enseñar la plenitud de la fe católica con gentileza, paciencia y preocupación por los estudiantes", les dijo el cardenal a los educadores. Con su ejemplo ustedes moldean la vida de los jóvenes y con su propia vida son un modelo para ellos de vida cristiana -les dijo.

La misa contó con limitada presencia, debido al COVID-19, se ofreció de modo virtual especialmente para educadores, empleados, padres y estudiantes del sistema escolar de Washington y puede verse en este enlace: https://cathstan.org/news/local/at-annual-opening-of-schools-mass-educators-called-to-teach-the-fullness-of-the-catholic-faith

Varias escuelas fueron homenajeadas y varios educadores fueron honrados por sus años de servicio y contribuciones a las escuelas católicas de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington.

A continuación la lista de los homenajeados:

45 años: Cheryl Hanton, Saint Augustine Catholic School, Washington, DC. 

40 años: Claire Brinkmann, Georgetown Visitation Preparatory School, Washington, DC;  Sue Foreman, Georgetown Visitation Preparatory School, Washington, DC; Ed King, DeMatha Catholic High School, Hyattsville, Maryland; Kenny Purcell, Georgetown Visitation Preparatory School, Washington, DC; James Roper, DeMatha Catholic High School, Hyattsville, Maryland.

35 años: Christine Brant, Saint Mary of the Mills School, Laurel, Maryland; Mary Ruth Clark, Holy Redeemer School, Kensington, Maryland; Virginia Cooper, Saint Bernadette School, Silver Spring, Maryland; Debra Corradini, Saint Pius X Regional School, Bowie, Maryland; Bernadette McDonnell, Saint Pius X Regional School, Bowie, Maryland; Margaret Ruppert, Saint John the Evangelist School, Silver Spring, Maryland

30 años: Delores Grymes, Saint Augustine Catholic School, Washington, DC; Henry Herrera, Saint Francis International School, Silver Spring, Maryland; Vaughn Holsey, DeMatha Catholic High School, Hyattsville, Maryland; Tom Krawczewicz, DeMatha Catholic High School, Hyattsville, Maryland; Luis Lopez, Georgetown Visitation Preparatory School, Washington, DC; Eileen Perkins, Georgetown Visitation Preparatory School, Washington, DC; Pepe Plaza, Georgetown Visitation Preparatory School, Washington, DC; Marsha Raymond, Saint Mary of the Mills School, Laurel, Maryland; Grace Slattery, Saint Francis International School, Silver Spring, Maryland; Elizabeth Smith, Saint Bernadette School, Silver Spring, Maryland; Theresa Taylor, Saint John's School, Hollywood, Maryland.                 

25 años: Chris Benedick, DeMatha Catholic High School, Hyattsville, Maryland; Tom Brett, Saint Peter School, Waldorf, Maryland; Joseph Cabigas, Our Lady of Good Counsel High School, Olney, Maryland; Carol Cipollone, Archbishop Neale School, La Plata Maryland; Father James Day, O.SS.T., DeMatha Catholic High School, Hyattsville, Maryland; David Freeman, Saint Mary of the Mills School, Laurel, Maryland; Janet Cardona Glotnis, Saint Andrew Apostle School, Silver Spring, Maryland; Charlene Howard, Archbishop Carroll High School, Washington, DC; Maria Joya, Sacred Heart School, Washington, DC; Margaret Konieczka, Saint Andrew Apostle School, Silver Spring, Maryland; Kelly Lama, DeMatha Catholic High School, Hyattsville, Maryland; Hilary Lewis, Jr., Georgetown Visitation Preparatory School, Washington, DC; Wanda Lovette, Saint Mary's School of Piscataway, Clinton, Maryland; Susan McDonough, Saint John's School, Hollywood, Maryland; Julia Zaera Meade, Blessed Sacrament School, Washington, DC; Laurie Quirk, Georgetown Visitation Preparatory School, Washington, DC; Stephanie Rico, Saint John the Evangelist School, Silver Spring, Maryland; Jennifer Rison, Archbishop Neale School, La Plata Maryland; Cathy Robinson, Archbishop Neale School, La Plata Maryland; Maire Russo, Saint Joseph Regional School, Beltsville, Maryland; Jim Turk, DeMatha Catholic High School, Hyattsville, Maryland; Kimberly Wood, Saint Thomas More Catholic Academy, Washington, DC; Dr. Rick Wood, Saint Mary's Ryken High School, Leonardtown, Maryland; Michele Young, Saint Mary of the Assumption, Upper Marlboro, Maryland.

Durante la misa se le presentó la bendición papal a varias escuelas que cumplen aniversario de su fundación:

60 años: Connelly School of the Holy Child, Potomac, Maryland; Saint John the Evangelist School, Clinton, Maryland; Holy Cross School, Garrett Park, Maryland.

 70 años: Saint Ambrose School, Cheverly, Maryland; Archbishop Carroll High School, Washington, DC. 

75 años: DeMatha Catholic High School, Hyattsville, Maryland.

80 años: Our Lady of Lourdes School, Bethesda, Maryland.

90 años: Holy Redeemer School, College Park, Maryland.

100 años: Saint Vincent Pallotti High School, Laurel, Maryland.

170 años: Saint John's College High School, Washington, DC.

200 años: Gonzaga College High School, Washington, DC.

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