La escuela elemental católica St. Anthony al cumplir cien años de existencia se convierte un ejemplo de formación continua de fe y excelencia académica en Washington, DC, brindando a miles de estudiantes la opción de tener las mejores oportunidades educativas posibles, dijo el cardenal Wilton Gregory durante la celebración de una misa por el centenario de esa institución educativa.
“St. Anthony es ejemplo de buena educación y formación continua de fe. De aquí han salido jóvenes comprometidos con el Evangelio, entusiastas líderes católicos, exitosos profesionales y ejemplares padres de familia. Gracias al apoyo de las familias católicas del vecindario de Brookland, la escuela ha podido mantener sus puertas abiertas a las minorías con la gracia de Dios”, manifestó el arzobispo de Washington.
Agregó que en reiteradas oportunidades ha visitado la escuela, conversado con los estudiantes y profesores, pero también ha podido compartir con los padres de familia, porque en St. Anthony existe una verdadera familia de fe, trabajo y oración.
“El éxito de St. Anthony no podría haberse logrado sin la ayuda de los maestros, padres de familia y benefactores. Todos debemos pedir siempre a Dios que nos ilumine para conseguir el apoyo requerido para que nuestros niños, incluyendo a los más pobres, tengan buenas oportunidades educativas”, enfatizó el cardenal Gregory.
Antes de concluir la misa el párroco Frederick Close, agradeció al cardenal Wilton Gregory por aceptar ser el celebrante principal de la misa por el centenario de la escuela St. Anthony, así como bendecir la estatua restaurada de St. Anthony que, no hace mucho, fue vandalizada por desconocidos.
Michael Thomasian, director de la escuela, fue el encargado de presentar a la alcaldesa Muriel Bowser, quien, en su condición de católica y máxima autoridad pública del Distrito de Columbia, leyó una proclama municipal donde se reconoce la valiosa contribución educativa de la escuela St. Anthony en Washington, DC.
Historia
Las Hermanas Benedictinas de Elizabeth, Nueva Jersey, llegaron al barrio de Brookland en 1905. Al año siguiente, abrieron la Academia St. Benedict. La madre de una de las hermanas compró la mansión Brooks para el convento y la pequeña escuela. Antes de que la parroquia St. Anthony abriera la escuela, muchos de los niños asistían a la antes mencionada academia.
En 1922 la academia se convirtió en Northeast Catholic High School y la educación de los estudiantes más jóvenes pasó a ser responsabilidad de la parroquia local.
La parroquia de St. Anthony, bajo la dirección del párroco Patrick E. Conroy, construyó una escuela primaria cerca de la esquina de las calles 12 y Lawrence, al noreste de Washington. Inicialmente se llamó Thomas E. Shields Memorial School, en honor al gran sacerdote y educador de la Universidad Católica de América.
Pero fue en 1927 cuando las Hermanas Benedictinas acordaron servir en la escuela elemental con el nombre St. Anthony. Durante 75 años, las religiosas implementaron su tradición educativa centenaria. La excelencia académica, la evangelización y el servicio a la comunidad eran aspectos del carisma benedictino. En 1997, las hermanas terminaron su fructífero mandato escolar.
Hoy el centro educativo St. Anthony es miembro del Consorcio de Academias Católicas de la Arquidiócesis de Washington y sigue siendo una parte vital de la comunidad parroquial. En el 2022 ofrece un programa académico riguroso basado en estándares para estudiantes de Pre-K3 a octavo grado.