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El éxito de las campañas de reciclaje

Los contenedores de reciclaje son visibles y de fácil acceso en la gran mayoría de establecimientos comerciales. Foto/MV

Las campañas de reciclaje y eliminación del uso de bolsas plásticas ya forman parte de la mayoría de supermercados de la capital. Respetando el lema de las 3 R’s (Reducir, Reusar y Reciclar) hoy se puede observar que muchos clientes llevan sus productos en bolsos hechos de telas y depositan sus desechos en los contenedores colocados a la entra o salida de los establecimientos.

Y es que el saber que a nivel mundial se utilizan cinco billones de bolsas al año, lo que representa diez millones de bolsas por cada minuto y que anualmente implica que ocho millones terminen en los océanos, ha terminado por sensibilizar a muchos en el mundo entero. En Estados Unidos se entregan 100 billones de bolsas plásticas a los consumidores cada año.

No hay duda que hacer del reciclaje un hábito diario ha dado sus frutos, al punto que jóvenes y adultos ahora aceptan su responsabilidad en el cuidado del planeta. Un importante sector de la comunidad hispana ya se encuentra comprometida con todo lo referente al cuidado medioambiental, especialmente después que el papa Francisco publicara su encíclica “Laudato Si” en el 2015. 

Para los inmigrantes hispanos les resulta sencillo seguir con la tradición de “no botar nada” y “heredar” la ropa de los tíos, que los hijos mayores entreguen sus camisetas, pantalones y casacas favoritas a sus hermanos menores o las entreguen en donación al final de la misa dominical.  

Muchas tiendas y establecimientos comerciales con alta rotación de público quieren que sus clientes los asocien con las campañas de reciclaje, ahorro de agua y protección de la biodiversidad. Harris Teeter, Giant Food, H&M, Subway y JD Sports son algunos ejemplos del cambio estratégico. 

Todo indica que los denominados “millennials” (personas nacidas entre 1981 y 1996) y los “zillennials”, nacidos a inicios de los 2000, son los que más se preocupan por el reciclaje, por lo que la educación es la “clave” para mantener el interés en la protección del medioambiente. 

Por ejemplo, en las escuelas católicas pertenecientes a la Arquidiócesis Católica Romana de Washington el reciclaje se ha vuelto una rutina, pues todos están comprometidos en hacer su parte por el planeta, reciclando todo lo que pueden a diario para que se envíe menos a los vertederos. Definitivamente, se ha vuelto más fácil de reciclar porque ya existen contenedores diseñados para hacer más fácil la tarea, como lo recomienda el “Plan de Acción local de Laudato Si” impulsado por el cardenal Wilton Gregory. 

El mencionado plan incluye medidas simples y de bajo costo que los hogares, las parroquias y otros pueden tomar para conservar el agua y la electricidad y para proteger los recursos naturales. También tiene videos relevantes y enlaces a recursos como solicitudes de subvenciones, guías de estudio y eventos locales centrados en el medio ambiente.

Asimismo, clasifica las actividades sugeridas en una escala que va desde “fácil,” como “reducir los plásticos de un solo uso,” hasta “moderada,” incluyendo “incorporar la justicia y el cuidado de nuestra casa común en los programas de formación de la fe en todos los niveles,” y algunas actividades “avanzadas” como la obtención de abono a base de los residuos de alimentos.

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