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Cultivando el talento hispano, cumbre sobre educadores en escuelas católicas

Dra. Melodie Wyttenbach, Directora Ejecutiva del Centro Roche, y Dr. Hosffman Ospino, Profesor Asociado de la Facultad de Teología y Ministerio, Universidad Boston College. Foto/Caitlin Cunningham

Una conferencia pionera con el título “Cultivando el talento: Cumbre nacional sobre educadores hispanos en las escuelas católicas” organizaron, el pasado octubre, el Centro Roche de Educación Católica y la Facultad de Teología, ambos de la universidad Boston College, para analizar un estudio nacional publicado por el citado centro a principios de 2022. 

La conferencia fue la primera gran iniciativa que tuvo su origen en un informe elaborado en conjunto por Melodie Wyttenbach, directora ejecutiva del Centro Roche; y por Hosffman Ospino, profesor de la Facultad de Teología, labor que contó con el apoyo de la Fundación Crimsonbridge. 

El informe, fruto de la citada conferencia, versó sobre las singulares ventajas que tienen los maestros y administradores hispanos que se desempeñan en las escuelas católicas, y sobre vías factibles para captar y desarrollar el talento de las comunidades hispanas.

Los autores del estudio y su equipo de colaboradores llevaron a cabo una exhaustiva investigación sobre las realidades que enfrentan los administradores y maestros hispanos en las escuelas católicas de Estados Unidos, en la que se plantearon el contexto, el marco, el proceso, los hallazgos y los resultados de una visión pionera para este sector, que es de crucial importancia para el personal docente y administrativo de la educación católica.

A la conferencia -en la que se dieron cita profesores, teólogos, investigadores, superintendentes, filántropos- asistieron seis profesionales de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington y Caitlin Mayo, directora de programas de Crimsonbridge, quien intervino como panelista en la Cumbre. 

Wyttenbach señaló que “con un universo de más de 29 millones de católicos hispanos, que representan el 42 por ciento de los casi 70 millones de católicos que hay en Estados Unidos, el futuro del catolicismo y de las escuelas católicas que sirven a la Iglesia estará definido significativamente por la población hispana”.

Dijo, además, que la cumbre reunió “a las múltiples partes interesadas con que cuenta el mundo de la educación católica con el propósito de analizar y debatir sobre los resultados del estudio nacional -que tuvo el objetivo de prever estrategias de apoyo a los maestros y directivos hispanos, así como a las escuelas católicas en las que prestan servicios estos educadores”. 

La oradora principal de la jornada inaugural, Amanda Fernández, directora ejecutiva y cofundadora de Latinos for Education, dijo que los educadores latinos a veces se sienten aislados por ser “de color” en sus escuelas, y empiezan a dudar del sentido de su vida y de su valor como personas y, por esa razón, muchas veces abandonan la profesión o se trasladan a escuelas en las que sean apreciados como maestros.

Por ese motivo, señaló Fernández, crear redes de aprendizaje profesional y grupos de afinidad para latinos y otros maestros de color son estrategias de importancia crucial que pueden implementarse inmediatamente y crear así un sistema de apoyo.

Latinos for Education, con sede en Belmont (MA), es la primera institución nacional fundada y dirigida por latinos y dedicada exclusivamente a abrir vías de desarrollo de liderazgo para educadores hispanos emergentes. 

Un ejemplo de cómo se puede cultivar el talento hispano fue presentado por Elena Sada, directora de Two-Way Immersion Network for Catholic Schools (TWIN-CS), que forma parte del Centro Roche. Esta red es una colaboración nacional de 24 escuelas católicas bilingües dedicada a compartir investigaciones, ideas, técnicas y recursos para ayudar a los alumnos a ser bilingües, bialfabetizados y biculturales. 

En consulta con instructores, administradores escolares y maestros de la región que comprende la red TWIN-CS, Sada orienta el diseño y la refinación de los planes de estudios y las evaluaciones de rigor; organiza la academia anual bilingüe de verano del programa, y contribuye a reforzar la identidad católica, la cultura escolar, la excelencia académica y la vitalidad operativa de los centros.

“Nuestra Red TWIN-CS trabaja para que los alumnos prosperen en su identidad en las escuelas con el español como lengua de enseñanza dominante en los cursos de primaria, y donde se celebran el multilingüismo y el multiculturalismo”, agregó Sada, señalando además que la popularidad de la red está creciendo en todo el país. “El Boston College desempeña un papel líder a nivel nacional en la transformación de nuestro sistema escolar católico; y, reconociendo los cambios demográficos ocurridos en nuestro país, tenemos una gran oportunidad de aprovechar la riqueza cultural y lingüística de esta comunidad creando vías para que los educadores hispanos prosperen.”

El orador principal del segundo día, monseñor Nelson J. Pérez, arzobispo de Filadelfia, quien compartió haber experimentado sucesos personales de racismo y discriminación, subrayó que, a pesar de todo, la comunidad católica hispana ha perdurado y florecido. Hizo hincapié en que las parroquias y las escuelas católicas deberían ser auténticos lugares de acogida para esta comunidad tan próspera y llena de fe en los cuales se escuchen idiomas de diversos orígenes y florezcan las tradiciones culturales. Es un campo en el que se puede hacer mucho más.

La Fundación Crimsonbridge, con sede en Washington, se asoció con el Centro Roche para colaborar con la investigación y la conferencia como parte de su programa Education Imperative que, en términos generales, procura involucrar a toda la colectividad en la organización de comunidades escolares que sean acogedoras e inclusivas para las familias hispanas y latinas. 

Crimsonbridge, que ha tenido una figuración muy importante en la promoción de la participación de las familias hispanas y en el aumento de la matrícula de alumnos latinos en las escuelas católicas, propicia la colaboración con establecimientos educacionales, organizaciones sin fines de lucro y oficinas diocesanas con el fin de hacer realidad un cambio sistémico para que las escuelas sean más acogedoras e inclusivas para las familias latinas.

Y, al mismo tiempo, enriquecer la experiencia de los estudiantes y sus familias en las escuelas católicas, así como potenciar la vitalidad de dichas escuelas. Para tales efectos, invierte recursos para la enseñanza del idioma español y el desarrollo de capacidades culturales, estrategias de perfeccionamiento profesional, programas de asistencia económica para sufragar la matrícula y para la instrucción del idioma inglés para adultos.

El propósito de esa laudable labor es propiciar el trabajo de las escuelas católicas de modo que prosperen y cuenten con un elevado número de alumnos matriculados, sean escuelas que contribuyan a la vitalidad de la parroquia y de la Iglesia de un modo acogedor para los alumnos y las familias y promuevan la vida sacramental de la Iglesia; y para que, además, sean entidades escolares firmemente comprometidas con las familias y con escuelas que sean representativas de la abundante y hermosa diversidad de la Iglesia Católica en Estados Unidos.

Reforzar la presencia de niños y familias hispanas es una prioridad para las escuelas católicas, así como aumentar la presencia y el apoyo de profesores y administradores hispanos en estas instituciones -afirmó Ospino-. La evidencia sugiere que los profesores y directivos hispanos desempeñan un papel significativo en la transformación de la cultura escolar, haciendo que las escuelas católicas sean lugares donde los niños hispanos prosperen y se sientan como en casa.

Sin embargo -añadió-, cuando se preguntó a los profesores y líderes hispanos quién les había motivado a convertirse en educadores de escuelas católicas, con mucha frecuencia dijeron que fueron sus amigos, parientes y profesores y no tanto los párrocos y otras autoridades de la Iglesia. 

Si realmente creemos que las escuelas católicas están al servicio de la evangelización, es preciso cambiar esta situación, acotó Ospina, precisando que “es necesario que los párrocos, los obispos y otros directivos eclesiales consideren más proactivamente a los profesores y administradores hispanos para que trabajen en estas instituciones.”

Wyttenbach afirmó que tanto el Roche Center como la Facultad de Teología y Ministerio del Boston College seguirán colaborando en la investigación de la diversificación de la cantera de educadores católicos, y ampliarán sus programas para respaldar el desarrollo de la docencia y el liderazgo en escuelas culturalmente sostenibles. 

* Esta nota está basada en un artículo escrito por Phil Gloudemans, Director Asociado de Comunicaciones del Boston College.

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