Con un llamado a permanecer unidos como Iglesia y vivir con alegría el regalo de amor que representa la Santísima Trinidad, el cardenal Wilton Gregory celebró una misa especial para celebrar los 50 años de fundación de la parroquia St. Rosa de Lima de Gaithersburg (Maryland).

En su homilía el cardenal Gregory dijo que en la fiesta de la Santísima Trinidad se evidencia la preocupación de Dios y su fidelidad hacia los hombres, pues con su presencia siempre inspira amor, comprensión, paciencia e inspira paz en los corazones de sus hijos.

“La Santísima Trinidad es sinónimo de amor. Padre, Hijo y Espíritu Santo una sola persona, pero independientes a la vez. Esto es posible por la naturaleza singular de Dios, quien siempre está en el centro de todo, pero comparte la vida con su hijo y el Espíritu Santo. Este misterio divino no necesita se entendido, sino vivido a plenitud por los creyentes”, manifestó el arzobispo de Washington.

Agregó que el reinado de Cristo tiene su fundamento en la doctrina de la Iglesia sobre la Encarnación, aclarando que Jesús es plenamente Dios y plenamente hombre. “Pidamos al Señor que nos ayude a amarlo y siempre tengamos en el corazón que la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son tres personas y un solo Dios verdadero”.

El cardenal Gregory felicitó a todos los integrantes de la parroquia St. Rosa de Lima por mantener su fe en la Iglesia y por trabajar en difundir el Evangelio durante 50 años de manera ininterrumpida. “Felicito a todos los fieles que dan vida a esta parroquia. Ustedes hoy cumplen cinco décadas de existencia, pero dejen me decirles, que a pesar del tiempo transcurrido ‘lucen bien’. Felicitaciones”.

Antes de concluir la misa el padre Agustín Mateo Ayala, párroco de la parroquia St. Rosa de Lima, tuvo palabras de agradecimiento por el apoyo permanente del cardenal a la parroquia y le entregó una placa de recordatoria, lo cual fue respaldado con aplausos por los feligreses presentes.

“Gracias por estar presente en los 50 años de nuestra parroquia. Nosotros también queremos felicitarlo por sus 50 años de vida sacerdotal”, dijo el padre Mateo en medio de aplausos y sonrisas de los fieles.

Como se sabe, la parroquia St. Rosa de Lima toma el nombre una santa de origen peruano, cuyo nombre era Isabel Flores de Oliva. Ella nació en Lima, en 1586, y fue la primera mujer americana declarada santa por la iglesia católica. La bautizaron como Isabel, pero su madre -al ver que con el paso de los años su rostro se volvía sonrosado- la empezó a llamar con el nombre de Rosa.

Su fama de santidad era tal, que es la primera santa que antes de ser canonizada fue proclamada, de manera excepcional, patrona del Perú, del Nuevo Mundo y de Filipinas. Fue canonizada por el papa Clemente X en 1671, y se convirtió en la primera santa de América.