En un reciente diálogo sobre justicia racial y equidad social con estudiantes de la Universidad Católica de America (CUA), el arzobispo de Washington, Wilton Gregory, les alentó “a mantener viva la lucha por la inclusividad social, ya que aún queda mucho camino por recorrer”.

En el diálogo virtual, que tuvo como moderador al profesor de ética de la facultad de Teología y Estudios Religiosos de la CUA, William Barberi, se abordaron las profundas desigualdades que existen en Estados Unidos y que afectan la vida diaria de los afroamericanos, quienes ven sus derechos vulnerados en la justicia, por las diferencias en cuanto a ingresos, por el trato que reciben. 

La indignación por la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd desencadenó multitudinarias protestas por todo el país, lo cual, según el cardenal Gregory “es positivo, ya que el foco de atención en el ámbito público está cada vez más centrado en la diversidad e inclusividad racial; y no me refiero solo a las personas de color, sino también a nuestros hermanos y hermanas hispanos, a la comunidad asiática”. 

En el encuentro virtual, el arzobispo Gregory, el primer cardenal afroamericano de la iglesia católica estadounidense, aprovechó la ocasión para alentar a los estudiantes que lo escuchaban a que mantengan viva esta lucha por la inclusividad social, ya que aún queda mucho camino por recorrer.

Cuando el Dr. Barberi le preguntó al cardenal acerca del movimiento Black Lives Matter, éste señaló: “A pesar de que dicho movimiento tiene distintas dimensiones, algunas de las cuales se podrían cuestionar o desafiar, si el enfoque es resaltar las áreas de nuestra vida que como nación necesitamos reconocer y cambiar, entonces el movimiento es bueno”. 

Con relación al planteamiento de si los problemas de raza o racismo han recibido una respuesta de cauce internacional o más bien local, el cardenal sentenció que la trayectoria del papa Francisco está mostrando la importancia que para él tiene el diálogo interreligioso. 

Muestra de dicho diálogo interreligioso es el documento “Fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común”, que se firmó en Abu Dhabi el 4 de febrero de 2019 entre el papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb; “una invitación a la reconciliación y a la fraternidad entre todos los creyentes, incluso entre creyentes y no creyentes, y entre todas las personas de buena voluntad”, tal como señala el propio texto. 

Durante la Conferencia Mundial de la Fraternidad Humana, el Santo Padre se refirió a dicho documento asegurando que “Las religiones no pueden renunciar a la tarea urgente de construir puentes entre los pueblos y las culturas (…). Nuestras tradiciones religiosas son una fuente necesaria de inspiración para fomentar una cultura del encuentro”.

En relación con los desafíos que la iglesia católica ha enfrentado a lo largo de la historia, el cardenal destacó la importancia de entender el movimiento de reconciliación: “Desde un punto de vista individual, tenemos que plantearnos si somos parte del problema o si somos la solución a éste”. 

Y en cuanto a las manifestaciones públicas acaecidas recientemente y que han acabado derribando estatuas públicas y quitando títulos honoríficos a aquellos que promovieron la segregación racial a través de las leyes Jim Crow, el cardenal Gregory señaló: “No me importa si derribas una estatua de un racista, o si cambias el nombre de un edificio por el de alguien prominente en la comunidad afroamericana, hispana o asiática, ya que no estás cambiando tu corazón. Así que es importante que nos cuestionemos qué es lo que hemos hecho en nuestro propio círculo para desafiar el lenguaje o el comportamiento que aprueba o ignora el tema de la injusticia racial en nuestro mundo o en nuestro círculo”. 

Finalmente, el cardenal Gregory, como miembro de la Junta de Síndicos de la Universidad Católica de América, alentó a los estudiantes de dicha institución a que contribuyan a la historia de ésta y a que animen a sus compañeros de color en el mismo sentido.