Catholic Standard El Pregonero
Clasificados

Buscando un mejor futuro

Josué (der.), acompañado de su hermana, conversa con una abogada y la traductora durante la clínica realizada por Pro bono Resource Center of Maryland. (Foto/Javier DÍaz)

Aproximadamente un 13 por ciento de los arrestos en la frontera sur corresponde a niños que llegan solos al país -según datos del Centro de Investigación Pew del año pasado que muestran un leve incremento del 2 por ciento en relación con 2015.

Un total de 1.872

menores arrestados han sido entregados a familiares (o guardianes) entre

octubre del 2018 y marzo del 2019 en Maryland -según datos de la

oficina de reasentamiento de refugiados de la oficina para la

administración de menores y familias en EEUU.

Josué (nombre ficticio) fue uno de ellos y compartió su historia con El Pregonero.

"En Honduras, vivía con mi mamá y cinco hermanos. Sólo estudié hasta sexto grado y a los 14 años empecé a trabajar en un taller mecánico", contó hace unos días en Riverdale, Maryland. Disfrutaba del trabajo, pero ganaba unos 50 dólares al mes. "Trabajábamos tres en casa, pero no alcanzaba".

Un día al salir del trabajo, cuando tenía 15, le atacaron los pandilleros para robarle y le cortaron la cara. "Me siguieron amenazando para pedir dinero. Allá tienes que darles -como mínimo- la mitad de lo que ganas porque sino te matan. En ese barrio hay mucho trafico de drogas y la policía nunca llega cuando uno hace una denuncia", dijo el adolescente de 16 años.

En vista de las amenazas contra él y su familia, Josué tuvo que tomar la decisión de abandonar su tierra natal.

"Salí con 350 dólares y con un grupo de 15 personas hacia Guatemala, luego tomamos una lancha a México. El grupo fue aumentando, parte lo hicimos en bus y parte a pie, hasta que tuvimos que cruzar el Río Bravo", dijo quien ingresó a Estados Unidos en diciembre.

La travesía del joven duró un mes con carencia de comida y pasando frío. "Los centros de la Iglesia Católica nos iban ayudando en el trayecto", contó luego de participar en una clínica legal organizada especialmente para menores que cruzaron sin acompañante la frontera.

Josué dijo que su intención era que la patrulla fronteriza lo agarrara. En efecto, llegaron seis oficiales en una camioneta para arrestar a 80 personas. "Nos llevaron a la 'hielera' en Texas", dijo en referencia al centro de detención donde los inmigrantes tienen que soportar deplorables tratos y muy bajas temperaturas.

Las autoridades de inmigración en Texas contactaron a su madre en Honduras, quien dio la autorización, y luego llamaron a su hermana Carolina (23), residente del condado de Prince George, Maryland, para que se haga responsable del menor. Fue en enero que pudo darse el encuentro de los hermanos y así comenzó una nueva etapa en la vida de Josué.

"En mi país sentía que no iba a prosperar y llegué aquí buscando un mejor futuro", dijo quien aspira someter la solicitud de asilo en este país.

Expertos en inmigración de Caridades Católicas afirman que la violencia que Josué vivió en Honduras no le ayudará a calificar para asilo, pero tal vez le beneficiará que su padre lo abandonó completamente. Hay un recurso legal, llamado en inglés Special Immigrant Juvenile, que le otorgaría el estatus permanente o green card. Es para menores que han sido abusados, abandonados o maltratados por uno de sus padres. Inf: uscis.gov/es/tarjeta-verde/sij

"La corte de familia del condado donde vive el joven deberá determinar que el padre lo abandonó y que es del mejor interés del joven quedarse en Estados Unidos", dijo Celia Rivas, coordinadora de los Servicios de Inmigración del Centro Católico Hispano.

Este joven fue uno de los 14 menores que se presentaron -con el familiar que le respalda legalmente- en la clínica realizada por el Centro de Recursos Probono de Maryland (PBRC) y sus asociados (Centro Latinoamericano de la Juventud y Centros Juveniles Multiculturales de Maryland).

Josué pudo reunirse con la abogada voluntaria Annie Alexander, quien evaluó su caso. Igualmente le asistió Tatiana King, una intérprete voluntaria.

La abogada Catherine Scenna explicó que el propósito de esta clínica es brindar información a las migrantes sobre sus casos legales, mientras buscan un abogado que los represente. De este modo pueden tener un panorama más claro de lo que les espera a futuro -dijo quien dirige el proyecto de asistencia legal del inmigrante en Maryland.

PBRC cuenta con 40 abogados voluntarios y 30 intérpretes. Tiene voluntarios en la corte, quienes se acercan a los inmigrantes -que están esperando presentarse ante un juez- y les ofrecen consulta legal. Responden sus inquietudes y les explican los argumentos que pueden usar en la corte y les conectan con organizaciones que pueden llevar sus casos de inmigración gratis o a bajo costo (por ejemplo, Caridades Católicas). Esta clínica legal se ofrece los martes y miércoles de 9AM a 1PM en la corte de inmigración de Baltimore, MD.

Residentes de Maryland, que encaran procedimiento de expulsión del país, pueden comunicarse en español al (443)703-3054 o escribir a [email protected] para recibir orientación legal en sus casos.

Igualmente, PBRC buscan abogados voluntarios para ayudar a estos menores que llegan al área. Pueden participar en las clínicas legales y también representar a los niños que buscan un hogar seguro. Interesados, escriban en inglés a [email protected].

Estas familias en necesidad pueden conseguir alimentos gratis el tercer jueves del mes en Center for Educational Partnership (6200 Sheridan St., Riverdale, MD). Próximas distribuciones serán el 16 de mayo y el 20 de junio a las 9:30AM en punto.

Por su parte, las autoridades locales se esfuerzan por responder de modo oportuno y eficiente ante esta nueva ola de niños y jóvenes migrantes que llegaron solos.

El concejal Gabe Albornoz del condado de Montgomery, Maryland, ha visitado la frontera (McAllen, TX) en enero para ver de primera mano lo que acontece y ha dicho hace pocos días que hará todo lo que pueda para identificar recursos a fin de ayudar a que los buscadores de asilo puedan sanar del trauma y convertirse en residentes productivos en el condado.

El concejal Craig Rice, también se ha comprometido en proveer los recursos necesarios para los menores que llegaron solos a Estados Unidos, escapando de la violencia y la pobreza en sus países de origen.

Las escuelas son el punto clave para que estos niños se conecten con adultos confiables, reciban alimentos de modo regular, tengan acceso a salud mental y servicios de salud y aprendan inglés -dijo-. "Depende de nosotros ayudarlos a navegar en este nuevo capítulo en sus vidas y crear oportuniddes para que ellos prosperen y logren sus sueños".

Secciones
Buscar