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Órdenes Ejecutivas de Trump podrían redefinir política migratoria de EEUU

Migrantes hacen filas en Tapachula en el estado de Chiapas (México). Los migrantes varados en la frontera sur de México se debaten entre persistir en su viaje o volver a sus países ante las restricciones del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y las repatriaciones anunciadas por la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum. Foto/EFE/ Juan Manuel Blanco

En su primer día de regreso al poder, el presidente Donald Trump firmó un conjunto de órdenes ejecutivas destinadas a “restaurar la seguridad nacional" y "proteger la soberanía estadounidense". Entre las más destacadas, está la que establece que la frontera Sur está bajo una invasión por parte de inmigrantes ilegales y cárteles. En el texto, el presidente argumentó que este flujo migratorio constituye una amenaza existencial, citando la sección cuarta de la Constitución de EEUU, que garantiza la protección de los estados contra invasiones externas.

El abogado de inmigración Héctor Quiroga, de Quiroga Law Office, PLLC, criticó el uso del término "invasión" como parte de una retórica que distorsiona la realidad migratoria. "El lenguaje utilizado en esta orden tiene implicaciones profundas, no solo en términos políticos, sino también legales. Definir la migración como una 'invasión' podría abrir la puerta a medidas extremas que contravienen principios de derechos humanos y tratados internacionales," señaló.

Emergencia nacional: ¿justificada o exagerada?

La declaración de emergencia nacional en la frontera Sur es una de las acciones más controvertidas. El despliegue de Fuerzas Armadas y la reactivación de proyectos de construcción del muro fronterizo reviven políticas que fueron ampliamente debatidas durante su primera administración. Es fundamental tener en cuenta que para que la medida sea aplicada, se deben cumplir con criterios objetivos y verificables. En el caso de la "invasión" mencionada, se debe examinar si los flujos migratorios actuales constituyen una amenaza inmediata y extraordinaria que no puede ser gestionada mediante los mecanismos regulares del gobierno.

"Declarar una emergencia nacional requiere pruebas contundentes. La administración actual está utilizando narrativas de miedo en lugar de hechos verificables para justificar medidas extremas. Sin pruebas tangibles, el uso de este recurso legal podría ser visto como un abuso del poder presidencial, susceptible de ser impugnado en los tribunales”, subrayó el abogado Quiroga.

Ataques a la ciudadanía por nacimiento

La orden introduce cambios en la interpretación de la Decimocuarta Enmienda. En esencia, busca limitar la ciudadanía automática a los hijos de ciudadanos o residentes permanentes legales, excluyendo a los nacidos de padres en situación migratoria irregular o temporal.

Al respecto, el abogado Héctor Quiroga, quien anticipó desde ya que la medida podría enfrentar desafíos legales inmediatos, indicó que "la Decimocuarta Enmienda es clara en cuanto a la concesión de ciudadanía. Cualquier intento de reinterpretarla mediante una orden ejecutiva es probable que sea impugnado en las cortes y visto como una violación directa de la Constitución. Ahora tendremos que esperar los debates que se den en los tribunales y en la corte de apelaciones, que seguramente conducirán a una decisión de la Corte Suprema", argumentó.

Organizaciones criminales bajo la lupa

Otra orden ejecutiva clave designa a cárteles internacionales como "Organizaciones Terroristas Extranjeras" (FTO) y "Terroristas Globales Especialmente Designados" (SDGT). Entre los grupos identificados figuran el Tren de Aragua y MS-13. La medida permite al gobierno imponer sanciones severas y utilizar herramientas de contraterrorismo para desmantelar estas organizaciones.

Aunque la intención de combatir el narcotráfico y la violencia es completamente válida, el abogado Quiroga advirtió sobre posibles abusos. "Si bien designar a los cárteles como organizaciones terroristas puede fortalecer el marco legal, también podría usarse como justificación para acciones unilaterales que afecten a comunidades enteras, incluyendo a inmigrantes vulnerables".

Un programa de refugiados en suspensión

El Programa de Admisiones de Refugiados de EEUU (USRAP) también fue suspendido temporalmente, con una reevaluación programada en 90 días. El decreto argumenta que la capacidad del país para absorber refugiados se ha visto comprometida por la crisis migratoria actual. Sin embargo, defensores de derechos humanos advierten que esta medida podría violar compromisos internacionales como la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.

"Suspender el USRAP sin una solución viable podría exponer a miles de personas a condiciones inhumanas y despreciar los principios de asilo establecidos," aseguró el abogado de inmigración Héctor Quiroga.

Impactos sociales y económicos

Las órdenes ejecutivas no solo afectan a los inmigrantes, sino también a los gobiernos locales y a la economía. La revocación de políticas como el "catch-and-release" aumenta la carga sobre los centros de detención, mientras que la colaboración obligatoria de estados y ciudades santuario podría desatar conflictos legales.

"Estas medidas podrían fragmentar a las comunidades locales y obstaculizar la economía en sectores clave como la agricultura, donde los trabajadores inmigrantes son esenciales," advirtió el abogado Quiroga.

El enfoque adoptado por Trump reaviva debates fundamentales sobre los límites del poder presidencial y los derechos de los inmigrantes. "No podemos sacrificar principios constitucionales y derechos humanos en nombre de la seguridad nacional," concluyó el abogado de inmigración Héctor Quiroga, quien dejó un llamado a la reflexión en una de las cuestiones más divisivas de la historia reciente de Estados Unidos.



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