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Obispos católicos: 'Encuentren a Cristo en los migrantes y respondan con compasión'

Migrantes venezolanos cruzan el Rio Grande con la esperanza de llegar a Estados Unidos. Foto/OSV/Daniel Becerril, Reuters

En un mensaje previo a la 110ª Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, el presidente del comité de migración de los obispos de Estados Unidos subrayó el llamamiento del papa Francisco a la solidaridad con los migrantes, "recordándonos que sus travesías reflejan el Éxodo bíblico, con Dios como su guía y compañero".

"(El Papa) enfatiza que cada encuentro con los migrantes es un encuentro con Cristo, instándonos a responder con compasión, reconociendo sus luchas como un reflejo de nuestro viaje compartido hacia el Reino de los Cielos", dijo el obispo Mark J. Seitz de El Paso, Texas, presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), según un comunicado de prensa del 19 de septiembre.

El comunicado de la USCCB destacaba el inicio de la Semana Nacional de la Migración, que este año se celebra del 23 al 29 de septiembre. Durante la semana que precede a la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado -- que tiene lugar el último domingo de septiembre -- la Iglesia Católica en EEUU, pone en relieve "los desafíos que enfrentan los migrantes y refugiados, desde su país de origen hasta su destino, y cómo la enseñanza de la Iglesia llama a los católicos a responder con actos compasivos de amor".

Diócesis e instituciones católicas de todo EEUU se han ido preparando para conmemorar esta semana con eventos como misas especiales, oportunidades de voluntariado y clínicas legales de inmigración, continuó el comunicado.

En su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado de este año, el papa Francisco enfatizó que "Dios camina con su pueblo", y camina dentro de su pueblo, particularmente los pobres y los marginados.

"Es posible ver en los emigrantes de nuestro tiempo, como en los de todas las épocas, una imagen viva del pueblo de Dios en camino hacia la patria eterna", escribió el Papa en su mensaje anual. "Sus viajes de esperanza nos recuerdan que nosotros somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el Señor Jesucristo' (Flp 3, 20)".

El Papa dijo también que, como el pueblo de Israel en tiempos de Moisés, "los migrantes huyen a menudo de situaciones de opresión y abusos, de inseguridad y discriminación, de falta de proyectos de desarrollo". Como el pueblo judío en el desierto, los migrantes se enfrentan a obstáculos como la sed, el hambre, el agotamiento por el trabajo y se ven tentados por la desesperación.

Sin embargo, "Dios no sólo camina con su pueblo, sino también en su pueblo", en el sentido de que "se identifica con los hombres y las mujeres en su caminar por la historia -- especialmente con los últimos, los pobres, los marginados --, como prolongación del misterio de la Encarnación". Y muchos emigrantes se confían a Dios durante su peligrosa travesía buscando refugio seguro y consuelo en medio del desánimo, añadió el Papa.

"Imaginemos cuántas biblias, evangelios, libros de oraciones y rosarios acompañan a los emigrantes en sus viajes a través de desiertos, ríos y mares, y de las fronteras de todos los continentes", exclamó el Santo Padre.

Según estimaciones de las Naciones Unidas, en 2020 había unos 281 millones de migrantes internacionales en el mundo (lo que representa el 3,6% de la población mundial). La agencia de la ONU para los refugiados ha dicho que, en 2023, el mundo contaba con 117,3 millones de personas desplazadas por la fuerza -- categoría que incluye a refugiados, solicitantes de asilo, personas que necesitan protección internacional y desplazados internos.

En su mensaje anual, el papa Francisco recordó la insistencia de Jesucristo en que sus seguidores ayudaran a los necesitados, tal y como se relata en el pasaje bíblico de Mateo 25. Dijo que el encuentro con el migrante, como con cada hermano y hermana necesitados, es también un encuentro con Jesús.

"Cada encuentro a lo largo del camino es una oportunidad para encontrar al Señor", dijo el Papa. "Es una oportunidad cargada de salvación, porque en la hermana o en el hermano que necesitan nuestra ayuda, está presente Jesús. En este sentido, los pobres nos salvan, porque nos permiten encontrarnos con el rostro del Señor".

La declaración de la USCCB remitió a la gente a su página web Justicia para los Inmigrantes para que encontraran sugerencias sobre cómo caminar con los inmigrantes durante la Semana Nacional de la Migración a través de la oración y la acción.

El sitio web incluye un kit sobre la Semana Nacional de la Migración, que sugiere formas de ofrecerse como voluntario, remite a la carta pastoral conjunta que los obispos de EEUU y México publicaron en 2003 y enumera formas de ofrecer acompañamiento en el contexto de la migración. Algunas de estas formas de acompañar a los migrantes incluyen ayudar a los migrantes con el transporte a los procedimientos judiciales y citas médicas, ayudar a los padres a inscribir a sus hijos en las escuelas, y estar presente para escuchar sus historias.

La declaración de la USCCB del 19 de septiembre también remite a recursos preparados por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano.

"Los migrantes son un ícono contemporáneo de este pueblo en camino, de la Iglesia en camino y, al mismo tiempo, es en ellos y en todos nuestros hermanos y hermanas vulnerables donde podemos encontrar al Señor que camina con nosotros", señala una página web del dicasterio, que comparte información y vídeos sobre una campaña de comunicación que invita a todas las personas de buena voluntad a organizar iniciativas con migrantes, refugiados, personas vulnerables.

"En esta Jornada dedicada a los migrantes y refugiados, unámonos en oración por todos aquellos que han tenido que abandonar su tierra en busca de condiciones de vida dignas", dijo el Papa al concluir su mensaje.

"Ayúdanos a no dejar nunca de caminar junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes hacia la morada eterna que tú nos has preparado", rezó el papa. "Abre nuestros ojos y nuestro corazón para que cada encuentro con los necesitados se convierta también en un encuentro con Jesús, Hijo tuyo y Señor nuestro".



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