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Subida del nivel del mar duplica su velocidad por un calentamiento que bate récords

Olas revientan las costas de Viña del Mar (Chile). Foto/EFE/Sebastian Cisternas/archivo

La subida del nivel del mar ha más que duplicando su velocidad en la última década debido a un calentamiento global que no cesa y que en 2024 ha dejado un récord de temperatura media en superficie por décimo año consecutivo y de contenido de calor del océano por octavo año seguido, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Detrás de la aceleración en la subida del nivel del mar está el hecho de que cerca del 90 % del calor adicional que queda atrapado en la atmósfera por los gases de efecto invernadero es absorbido por el océano, que al calentarse se "expande". A esto hay que sumar el deshielo de hielo marino y glaciares.

En su informe del estado del clima de 2024, la OMM destaca que el nivel medio del mar a en todo el mundo alcanzó un máximo histórico y la tasa a largo plazo de aumento del nivel marino se ha más que duplicado desde el inicio del registro satelital, aumentando de 2,1 milímetros (mm) por año entre 1993-2002 a 4,7 mm/año entre 2015-2024.

Cientos o miles de años

En el documento, el organismo, dependiente de la ONU, advierte de que los efectos del aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos serán irreversibles durante cientos, si no miles, de años.

Además, la mayoría de las megaciudades del mundo, recuerda la OMM, se encuentran en zonas costeras. Millones de personas viven en zonas litorales de baja elevación (ZCE) y el aumento del nivel del mar, aunque sea sólo de unos pocos milímetros, puede tener un gran impacto en esas poblaciones: desde daños por inundaciones a intrusión salada de las aguas dulces subterráneas.

Superamos 1,5°C. Gases de efecto invernadero en máximos

El documento, que recoge datos de diferentes sistemas satelitales, como el europeo Copernicus, confirma que, por primera vez, la temperatura media superó en más de 1,5 grados respecto a la media de la era preindustrial (1800-1900), el límite marcado por la ciencia como calentamiento máximo que el mundo puede soportar sin sufrir consecuencias irreversibles y recogido en el Acuerdo de París. El calentamiento fue de 1,55 grados y 2024 fue el año más cálido desde que hay registros (175 años).

No obstante, recuerda la OMM, esto no significa que vayamos a incumplir el Acuerdo de París, pues el objetivo de calentamiento en él recogido hace referencia a temperaturas medias a largo plazo, es decir, que lleguemos a finales de siglo superando los 1,5 grados durante décadas.

Así, el nivel medio actual a largo plazo del calentamiento global inducido por el hombre se estima en 1,34-1,41 °C por encima de la referencia de 1850-1900, según el informe, que recoge que la concentración de atmosférica de dióxido de carbono, principal causa del aumento global de las temperaturas, está en los niveles más altos de los últimos 800.000 años.

En 2023, (último año del que hay cifras mundiales consolidadas), las concentraciones de CO2 fueron de 420,0 ± 0,1 partes por millón (ppm), 2,3 ppm más que en 2022 y el 151 % por encima de niveles preindustriales (1750).

Según los expertos, las temperaturas globales récord de 2023 y 2024 se debieron, principalmente, al aumento continuo de las emisiones de gases de efecto invernadero, unido al cambio de ciclo en el Pacífico, pues se pasó de La Niña (enfriamiento) a El Niño (calentamiento).

También pudieron contribuir cambios en el ciclo solar, una erupción volcánica masiva y una disminución de los aerosoles de enfriamiento.

Impacto en y desde los océanos

En 2024, el contenido de calor del océano alcanzó su nivel más alto en el registro de observación de 65 años y batió máximos por octavo año consecutivo. La tasa de calentamiento del océano en las últimas dos décadas, 2005-2024, es más del doble que en el período 1960-2005.

En el informe se recuerda que el calentamiento de los océanos provoca la degradación de los ecosistemas marinos, la pérdida de biodiversidad y la reducción de su capacidad como sumidero de carbono, al tiempo que alimenta las tormentas tropicales y contribuye al avance del nivel del mar.

Este calentamiento es irreversible en escalas de tiempo de cientos a milenios, según los expertos, que subrayan que las proyecciones climáticas muestran que el calentamiento de los océanos continuará al menos durante el resto del siglo XXI, incluso en escenarios de bajas emisiones de carbono.

Unida al calentamiento va la acidificación de la superficie oceánica que continúa y cuyos efectos se ven ya en los ecosistemas, así como en la producción de alimentos de la acuicultura y la pesca de marisco. Además, debilita los corales, grandes barreras naturales que protegen la costa de huracanes y tormentas.

La criosfera se derrite a un ritmo alarmante

En este contexto, las partes congeladas de la superficie terrestre, conocidas como criosfera, se están derritiendo a un ritmo alarmante, tanto en lo que respecta a glaciares como al hilo marino.

Así, el período 2022-2024 representa el balance de masa de los glaciares de tres años más negativo registrado. Además, siete de los diez años de balance de masa más negativos desde 1950 se han dado desde 2016. Entre las zonas más afectadas, figuran Noruega, Suecia, el archipielago de Svalbard y los Andes tropicales.

En 2024, se registró la extensiones mínimas de hielo marino del Ártico más bajas medidas por satélite por décimo octavo año consecutivo. El mínimo y el máximo anual de extensión del hielo marino antártico fueron los segundos más bajos desde 1979. La extensión diaria mínima fue de 4,28 millones de kilometros cuadrados, la séptima más baja en los 46 años de registro.

En la Antártida, la extensión diaria mínima se situó, por tercer año consecutivo, por debajo de los 2 millones de kilómetros cuadrados. El 20 de febrero, se situó en 1,99 millones de km², el segundo mínimo más bajo registrado en la era de los satélites.

Fenómenos meteorológicos más extremos y más graves

El aumento de las temperaturas globales contribuyó a fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes y graves en todo el mundo, como olas de frío y calor, ciclones tropicales, inundaciones, sequías, incendios forestales y tormentas.

El año pasado, estos eventos provocaron el mayor número de nuevos desplazamientos anuales desde 2008 y destruyeron viviendas, infraestructura crítica, bosques, tierras de cultivo y biodiversidad, subraya la OMM.

Además, el efecto combinado de la intensificación de los conflictos, la sequía y los altos precios internos de los alimentos, provocó el agravamiento de crisis alimentarias en 18 países de todo el mundo.

En este contexto, se hacen más necesarios que nunca fortalecer los sistemas de alerta temprana y los servicios climáticos a fin de ayudar a los responsables de la toma de decisiones y a la sociedad en general a ser más resilientes a los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos.

El informe se basa en contribuciones científicas de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales, los Centros Regionales sobre el Clima de la OMM, socios de las Naciones Unidas y decenas de expertos.




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