A pesar de las sorpresivas limitaciones de salud, una condición crónica y la pandemia, una joven ecuatoriana logra su meta de graduarse de la universidad. Ahora la salud de Emily Chávez Robalino (23) está estable y, con un diploma bajo el brazo, se lanza al mercado laboral guiada por Dios.
Tardó 6 años en graduarse, pero lo logró. Obtuvo un diploma el 20 de diciembre del 2023 en la carrera de Familia y Servicios Humanos de Towson University (TU), en el condado de Baltimore, Maryland. Esperanzada, se va restableciendo y haciendo camino al andar, llena de planes y con su meta de ayudar a la comunidad inmigrante.
“Si experimentas momentos difíciles, acércate a personas de confianza. Es de esperar que te sientas abatido, pero hay que continuar. Busca a Dios entre tus seres queridos, eso da alivio”, les aconsejó a otros jóvenes que atraviesan dificultades.
Emily nació en un hogar católico en Ecuador y es la menor de tres hermanos. Ella era una bebé cuando la familia se mudó a Estados Unidos.
Empezó sus estudios superiores en TU en 2018 en la carrera de administración de centros de salud. Pero sus planes se vieron afectados porque en el primer semestre le diagnosticaron una enfermedad crónica. A sus 18 años, tuvo que dejar la escuela para hacer un tratamiento experimental de 1 año. El tratamiento médico falló y la opción era un trasplante de médula ósea.
El complejo procedimiento fue en 2019 en el Hospital Johns Hopkins de Baltimore, el tratamiento se prolongó durante un año y la donante fue su hermana Maggie (26) quien es enfermera. La paciente perdió musculatura y peso, tuvo que realizar terapia física y tratamientos nutricionales.
"No me deprimí. Lo que Dios quisiera para mí, yo lo iba a aceptar. El Señor fue mi roca y mi familia me dio todo su apoyo. Experimenté a Dios a través del amor de mis seres queridos", expresó esta parroquiana de la iglesia San Gabriel de Baltimore.
A esas dificultades de salud se sumó la pandemia del COVID-19 que afectó a todos de una u otra manera. "Fue otro obstáculo más para reincorporarme a mi carrera universitaria, pero en el otoño del 2020 empecé a estudiar estudios generales en un colegio comunitario de manera virtual", contó quien obtuvo el grado asociado en 2021.
Entonces, era el momento de volver a Towson University, optando por la carrera de Familia y Servicios Humanos. "Tomé la decisión porque en este campo puedo impactar la vida de otras personas, mejorar sus vidas de una manera u otra. Al escoger tuve en mente a inmigrantes y refugiados, porque vengo de una familia de inmigrantes", dijo Emily.
Regresar a TU no fue tarea fácil para esta residente de Maryland, pero encontró su hogar y su comunidad en el ministerio católico de su universidad en el cual se desempeñó como secretaria.
Además, hizo una pasantía en la oficina de asuntos de los inmigrantes de la Alcaldía de la ciudad de Baltimore. Como inmigrante, se sintió contenta y satisfecha de poder ayudar a otros.
Ya graduada, tiene la esperanza de continuar esta labor como profesional, apoyando a inmigrantes y refugiados, ayudándolos a encontrar su voz y gozo en el trayecto en Estados Unidos.
Esta joven está entusiasmada buscando trabajo y confiesa que estará "feliz con lo que venga". En un año planea estudiar una maestría (probablemente en leyes o trabajo social).
Actualmente su condición de salud es normal, pero cada dos años debe someterse a una evaluación. Recién al cumplirse una década del trasplante, se puede decir que la persona ha superado la condición.
Emily asegura que su fe ha sido la luz que la ha guiado en la vida y, sin ella, no estaría donde está. Quien suele ir a misa cada domingo con la familia, asegura: "Lo que Dios quiera para mí es lo que yo quiero para mí".