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Retiro juvenil en parroquia St. Mary

Jóvenes de la parroquia St. Mary en Landover Hills (Maryland) se reúnen todos los viernes a las 7:00pm para compartir la Palabra de Dios. Foto/MV

En un mundo moderno y apresurado hacer un alto para orar y reflexionar siempre resulta difícil o complicado; por eso, el Ministerio de Educación Religiosa de la parroquia St. Mary en Landover Hills (Maryland) ha programado para septiembre un retiro juvenil para permitirles a los jóvenes hispanos tener un encuentro con Cristo que ilumine sus vidas.

Luis Saavedra, coordinador parroquial de educación religiosa, dijo que el retiro también busca que los jóvenes reflexionen sobre el don de la vida, la importancia de los sacramentos y que tomen conciencia de su papel como cristianos en este momento de su existencia.

“El retiro es coordinado por el párroco Mario Majano y contará con momentos de reflexión, oración, música, juegos de integración y dinámicas para compartir experiencias juveniles. Todos los jóvenes de las parroquias pertenecientes a la Arquidiócesis de Washington están invitados”, manifestó Saavedra.

Señaló que el retiro se realizará en los salones de la citada parroquia (7301 Annapolis Road, Hyattsville, MD 20784) el sábado 21 de septiembre, de 9:00am a 5:00pm. Todos los jóvenes de 13 a 17 años están invitados, se requiere previamente la autorización de sus padres y una donación de 20 dólares.

“Durante encuentro los jóvenes adolescentes también tendrán la oportunidad para experimentar un encuentro directo con las enseñanzas del Evangelio y con Cristo”, puntualizó Saavedra.

Katerin De la O (parroquia St. Mary en Landover Hills) y Kevin Arévalo (Misión San Andrés) también forman parte del equipo de coordinación del retiro juvenil.

El papa Francisco, un reciente mensaje dirigido a los participantes en el XXI Encuentro de Responsables Nacionales de Pastoral Juvenil de Latinoamérica y el Caribe, dijo que la juventud es esa etapa de la vida normalmente caracterizada por un natural optimismo, energía y esperanza, la cual si es compartida con los adultos se hace muy enriquecedora para bien de la humanidad.

“Es momento de dejar que Cristo transforme su natural optimismo en auténtico amor; un amor que sabe sacrificarse, que es sincero, real y genuino, así su juventud será un don para Jesús y para el mundo y así ustedes podrán desgastar su vida de manera digna y fecunda”, resaltó el Santo Padre.



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