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Resurrección de Jesús es fuente de esperanza, afirma cardenal McElroy en Domingo de Pascua

El cardenal Robert McElroy rocía agua bendita sobre la congregación durante la misa del Domingo de Pascua, celebrada el 20 de abril de 2025 en la Catedral de San Mateo Apóstol en Washington, DC, después de que los fieles renovaran sus promesas bautismales. Fotos/Mihoko Owada

Durante su primera misa de Domingo de Pascua como nuevo arzobispo de Washington, el cardenal Robert W. McElroy subrayó que la Resurrección de Cristo y su triunfo sobre la muerte son “el fundamento de nuestra esperanza y el sustento de nuestra vida en la Tierra”, así como el camino que orienta nuestra fe hacia la vida eterna.

La celebración, que tuvo lugar el 20 de abril de 2025 en la Catedral de San Mateo Apóstol en Washington, D.C., comenzó con el coro Schola Cantorum de la catedral entonando el alegre himno “Jesucristo ha resucitado hoy”, ante una iglesia completamente llena.

El cardenal McElroy —quien asumió su cargo como arzobispo de Washington el 11 de marzo tras una década como obispo de San Diego— saludó calurosamente a los presentes al inicio de la misa.

“¡Feliz Pascua para todos!”, dijo el cardenal, y recordó que ese día celebramos la Resurrección de Jesús de entre los muertos, “lo cual nos da la esperanza y la convicción de la vida eterna. Así que ya caminamos por esta tierra como ciudadanos del cielo, destinados a estar en el Reino de Dios y a vivir cada momento de nuestra vida en su gracia”.

Al dar la bienvenida a los asistentes esa mañana, el cardenal McElroy dijo:
“Quiero dar una cálida bienvenida a todos los feligreses de esta parroquia, a todos los que nos visitan, a quienes han regresado a casa para este maravilloso fin de semana de celebración. Quiero dar la bienvenida también a todos ustedes que han venido aquí en busca del Señor en sus vidas, sabiendo que la gracia de Dios está presente en este lugar, acogiéndolos con fervor y suplicándoles que entren y profundicen en su relación con el Señor…”

Una congregación que lleno por completo el templo asistió a la misa del Domingo de Pascua, celebrada el 20 de abril de 2025 en la Catedral de San Mateo Apóstol en Washington, DC.
Una congregación que lleno por completo el templo asistió a la misa del Domingo de Pascua, celebrada el 20 de abril de 2025 en la Catedral de San Mateo Apóstol en Washington, DC.

Momentos después, en una oración, el cardenal señaló cómo Jesús “venció a la muerte y nos abrió el camino hacia la eternidad”.

La primera lectura de la misa fue un pasaje de los Hechos de los Apóstoles, en el que Pedro afirma que él y los demás apóstoles fueron testigos de todo lo que Jesús hizo antes de ser crucificado, así como de su Resurrección. Pedro narra que Jesús los envió a anunciar la Buena Nueva al mundo. El Evangelio según San Juan, proclamado durante la misa, relata el momento en que María Magdalena descubre el sepulcro vacío de Jesús y corre a contar la noticia a Pedro y a Juan.

En su homilía, el cardenal McElroy compartió una experiencia personal de cuando era seminarista de la Arquidiócesis de San Francisco. Durante las vacaciones de primavera, un compañero que había sido piloto comercial lo invitó a volar en una avioneta, rumbo a Alaska. El vuelo se volvió peligroso cuando el avión se encontró con una repentina tormenta de nieve, y el piloto tuvo que realizar un ascenso pronunciado para evitar las montañas. Al utilizar los instrumentos para dirigirse al siguiente aeropuerto, que estaba a dos horas de distancia, se dieron cuenta de que solo les quedaba combustible para ese mismo tiempo de vuelo.

El futuro cardenal, que estaba sentado en la parte trasera del avión, recibió la tarea de vigilar que no se formara hielo en las alas. Mientras se preguntaba si llegarían con vida a su destino, rezó un Acto de Contrición, el rosario y muchas otras oraciones. “Dos horas es mucho tiempo y se me acabaron las oraciones”, dijo en tono de broma.

Finalmente, el avión aterrizó a salvo. El cardenal McElroy dijo que, con el paso de los años, al reflexionar sobre esa experiencia, recordaba que, “a pesar de la incertidumbre, no sentí una gran ansiedad. Sentí una especie de paz, y trataba de reflexionar: ‘¿Por qué sentí eso?’”

El cardenal explicó que tal vez esto se debió a que, en ese momento, tenía la certeza de que su vida estaba “en las manos de un Dios que nos ama profundamente, que nos ha amado desde el principio de nuestra vida y que nos sostendrá y amará por toda la eternidad. Y por eso sentí esa paz”.

Al vincular esa vivencia con el mensaje pascual, el cardenal McElroy afirmó: “Y esa es la paz de la Resurrección de Jesucristo. La paz que proviene de comprender que, en la gran victoria de la Resurrección de Cristo, vemos con claridad que somos sostenidos por las manos de un Dios que nos ha amado desde el vientre materno y que nos amará por toda la eternidad. Esta es la gran esperanza y convicción que nos ofrece este día de Pascua”.

Al recordar cómo, después de descubrir el sepulcro vacío, “la esperanza se profundizó en el corazón de María Magdalena y ella comprendió la realidad del gran amor, poder, gloria y compromiso de Dios hacia nosotros”, el cardenal señaló que, incluso en medio de las dificultades, “siempre sabemos que este mismo Dios, que venció a la muerte, estará a nuestro lado, nos sostendrá, nos amará y cuidará de nosotros”.

“Y por eso este es un día para decir ‘¡Aleluya!’ con el corazón, porque Jesucristo ha resucitado de entre los muertos y nos ama sin reservas”, afirmó el cardenal McElroy.

Después de la homilía, el cardenal dirigió a la congregación en la renovación de las promesas bautismales y luego caminó por el pasillo central de la catedral rociando agua bendita sobre los fieles.

Las oraciones de los fieles incluyeron una súplica para que Cristo Resucitado inspire el servicio de quienes participan en el ministerio ordenado, la vida consagrada y el ministerio laical; una oración para que la esperanza de Cristo consuele a los que están de luto, enfermos o necesitados; y otra petición para que la parroquia de San Mateo proclame la Buena Nueva de la Resurrección a través de sus ministerios y actividades pastorales.

Después de la Comunión, el Schola Cantorum interpretó una emotiva composición de “Aleluya”, que el coro también había cantado la noche anterior durante la Vigilia Pascual.

Antes de impartir la bendición final, el cardenal McElroy agradeció a Mons. W. Ronald Jameson, rector de la catedral, al coro y a todos los ministros litúrgicos. Luego, dirigiéndose a la congregación, dijo: “Y, sobre todo, quiero darles las gracias a ustedes por estar aquí para celebrar esta gran fiesta, en la que nos reunimos personas de distintas procedencias y de todos los rincones de esta nación y del mundo para conmemorar juntos la Resurrección de Cristo, que es la esperanza y el sustento de nuestra vida en la Tierra, y la que guía nuestro camino de fe”.

“Rezo por cada uno de ustedes, para que tengan un hermoso Domingo de Pascua y un tiempo pascual lleno de gracia en los meses venideros”, concluyó antes de impartir la bendición final.

La misa concluyó con el himno “Cristo el Señor resucitó hoy”.

La misa del cardenal McElroy fue transmitida en vivo desde la Catedral de San Mateo Apóstol y puede verse en: https://www.youtube.com/live/uy7-_Y8wXEI

Más tarde, ese mismo día, el cardenal McElroy celebró otra misa al mediodía en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, la cual también fue transmitida en vivo en el canal de YouTube del santuario y puede verse en: https://www.youtube.com/watch?v=7DNnKLJllzA




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