El presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) hizo un llamado a la oración y a la unidad, tras las elecciones generales de la nación que vieron al candidato republicano y ex presidente Donald Trump derrotar a la candidata demócrata y actual vicepresidenta Kamala Harris para ganar otro mandato como presidente.
En una declaración del 6 de noviembre, el presidente de la USCCB, el arzobispo Timothy P. Broglio, de la Arquidiócesis de los Servicios Militares de Estados Unidos, dijo: "Felicito al presidente electo Trump, así como a los funcionarios nacionales, estatales y locales que hicieron campaña para representar al pueblo. Ahora, pasamos de hacer campaña a gobernar".
El arzobispo dijo que los estadounidenses son "afortunados de vivir en una democracia", y que "nos alegramos de nuestra capacidad de transición pacífica de un gobierno a otro."
Subrayó que "la Iglesia católica no está alineada con ningún partido político, así como tampoco lo está la conferencia episcopal".
"No importa quién ocupe la Casa Blanca o tenga la mayoría en el Capitolio, las enseñanzas de la Iglesia permanecen inalterables, y los obispos esperamos trabajar con los representantes electos del pueblo para promover el bien común de todos", dijo el arzobispo Broglio. "Como cristianos, y como estadounidenses, tenemos el deber de tratarnos unos a otros con caridad, respeto y civismo, incluso si podemos estar en desacuerdo sobre cómo llevar a cabo asuntos de política pública".
El arzobispo añadió: "Como nación bendecida con muchos dones, también debemos preocuparnos por aquellos que están fuera de nuestras fronteras y estar deseosos de ofrecer ayuda a todos."
El arzobispo Broglio concluyó su declaración invitando a la gente a "orar por el presidente electo Trump, así como por todos los líderes de la vida pública, para que estén a la altura de las responsabilidades que se les han confiado al servir a nuestro país y a aquellos a quienes representan."
Dijo: "Pidamos la intercesión de nuestra Santísima Madre, la patrona de nuestra nación, para que nos guíe a defender el bien común de todos y promover la dignidad de la persona humana, especialmente los más vulnerables entre nosotros, incluidos los no nacidos, los pobres, los extranjeros, los ancianos y enfermos, y los migrantes".