El podar arboles es peligroso y existe un alto riesgo de muerte si no se adoptan las máximas medidas de seguridad. Un accidental contacto con la motosierra encendida, caer desde una altura considerable, recibir una descarga eléctrica o ser golpeado por un tronco son algunos de peligros de este oficio, pero para muchos hispanos este trabajo representa buenos ingresos económicos.
Es el caso de los centroamericanos José Balmore, Esther Ramos y Obdulio Gómez, quienes luego de cumplir con un curso de capacitación pagado por sus empleadores y usar los equipos de protección exigidos por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacionales (OSHA), todos los días cumplen con la misión de cuidar de los árboles y asegurar el bienestar de los transeúntes.
“Los árboles necesitan muchos cuidados. Dependiendo de su edad, las lluvias torrenciales, los fuertes vientos o el excesivo calor debido al cambio climático pueden acelerar su crecimiento, debilitar sus raíces o provocar accidentes. Mi abuelo en El Salvador me enseñó a quererlos y respetarlos porque son fuente de vida. Gracias a Dios nunca he sufrido un accidente”, dijo el salvadoreño José.
Para los guatemaltecos Esther y Obdulio el convertirse en “podadores” fue la primera opción laboral que se les presentó cuando llegaron a Estados Unidos en medio de la pandemia del Covid-19. “No había trabajo, no conocíamos a nadie y teníamos deudas en nuestro país. Un amigo nos propuso trabajar cortando árboles y sin pensarlo aceptamos el reto y desde hace tres años estamos trabajando sin descanso”.
Los tres inmigrantes reconocieron la importancia de la capacitación antes de empezar a podar árboles, pues un simple descuido puede tener fatales consecuencias. “Este trabajo exige mucha seriedad. Las compañías no permiten que ningún trabajador suba si está resfriado, trasnochado o sufre algún tipo de limitación física, pues sino estas al cien por ciento tus reflejos pueden fallar y sufrir un accidente mortal”.
En la actualidad los podadores de árboles certificados pueden ganar un promedio de 45 dólares la hora, más beneficios. La mayoría de las compañías prefieren las personas entre 23 a 45 años, con la posibilidad de integrar cuadrillas de trabajadores para ayudar a la recuperación en zonas de emergencia después del paso de huracanes.
Según un informe de la Universidad Estatal de Pensilvania el riesgo de muerte de los podadores de árboles es 30 veces más alto que el de los demás trabajadores del país.
Recomendaciones básicas
OSHA recomienda que antes de que un trabajador se trepe al árbol para realizar el primer corte se tenga en cuenta las siguientes medidas de seguridad:
Peso y densidad de los árboles: Ambos aspectos tienen un gran impacto en qué tan difícil será cortar el árbol. Se debe tener en cuenta el sistema de aparejos a utilizar, la fuerza necesaria para empujar el árbol hacia el suelo y si pueden funcionar los puntos de anclaje.
Rutas de escape: Dependiendo de dónde esté ubicado el árbol será necesario revisar que las rutas de escape estén libres de obstáculos y que no represente un peligro para otros trabajadores o transeúntes.
Ubicación de caída: La zona de caída debe ser al menos dos veces el tamaño del árbol a cortar y tiene que estar libre de obstáculos.
Guiar hacia zona de caída: Los trabajadores deben asegurarse de que el árbol se desplome de manera segura en la zona de caída y se pueden usar sogas para tirar un árbol en la dirección deseada después del corte. También se puede utilizar un sistema de aparejos o poleas, cuando se utilice en combinación con un punto de anclaje.
Trabajar en equipo: Talar un árbol requiere un trabajo coordinado y en equipo. Los compañeros tienen que ayudar como ojos y oídos adicionales para alertar al operador de las sierras sobre cualquier peligro. Ellos también ayudan a manipular las sogas del sistema de aparejos utilizado para guiar el árbol de manera segura hasta el suelo.
