“Vuestro servicio es como «oxígeno» para las iglesias y comunidades religiosas locales”. Así describe el Papa Francisco la labor llevada a cabo por la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, reunida del 24 al 28 de marzo en asamblea plenaria. En un mensaje, con fecha 20 de marzo y firmado desde el Policlínico Gemelli, el Papa asegura que «donde hay un niño o una persona vulnerable a salvo, allí Cristo es servido y honrado».
La prevención de los abusos no es una manta para extender sobre las emergencias, sino uno de los cimientos sobre los que construir comunidades fieles al Evangelio.
Mecanismos de protección
En el texto, Francisco subraya que el trabajo de la Comisión no consiste en aplicar protocolos, sino en promover mecanismos de protección, es decir, «una formación que educa, controles que previenen, una escucha que devuelve la dignidad».
Cuando se instauran prácticas de prevención, incluso en las comunidades más remotas, están escribiendo una promesa: que cada niño, cada persona vulnerable, encontrará en la comunidad eclesial un ambiente seguro. Este es el motor de lo que debería ser para nosotros una conversión integral.
Escuchar con el oído del corazón
La petición de Francisco es clara y se articula en tres puntos: trabajo común con los dicasterios de la Curia Romana; obrar en sinergia con las realidades extra eclesiales «para que la protección se convierta en un lenguaje universal», pero sobre todo ofrecer hospitalidad y atención a las heridas del alma al estilo del Buen Samaritano.
Escuchar con el oído del corazón, para que cada testimonio no encuentre registros que rellenar, sino entrañas de misericordia de las que renacer.
Centinelas del dolor
El Pontífice recuerda que la red de seguridad en la Iglesia ha crecido en diez años, por lo que invita finalmente a los miembros de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores a que sean «centinelas que vigilan mientras el mundo duerme», que vencen la tentación de archivar el dolor y se esfuerzan por sanarlo. Por último, el Papa exhorta a caminar con esperanza y entrega por el camino emprendido.