Cada uno de nosotros está llamado a contribuir al desarrollo, al progreso, de Estados Unidos. Nosotros (los inmigrantes hispanos) estamos haciendo más grande y más próspero este país, así que no quede ninguna duda”, expresó el obispo auxiliar de Washington Evelio Menjívar el 8 de noviembre en la parroquia Santa María, de Landover Hills, Maryland, durante la misa para conmemorar los 31 años del Centro de Capacitación Profesional (CCP) y la graduación de 187 estudiantes hispanos.
Este curso de formación laboral que con mucho esfuerzo han seguido, les está brindando la oportunidad, dijo, de reinventarse.
“Lo que significa pasar por un proceso de auto descubrimiento para cambiar la dirección de tu vida, tomar un nuevo conjunto de decisiones, buscar establecer nuevas relaciones que te ayudarán en el esfuerzo de forjar un nuevo camino que amplíe las oportunidades, las opciones y las posibilidades”.
Los inmigrantes somos precisamente personas que estamos listas y somos capaces de reinventarnos una y mil veces, dijo el prelado. “Es la base fundamental del sueño americano: dejando todo atrás, te lanzas con optimismo y con esperanza hacia el futuro, cueste lo que cueste. He ahí el aporte de los inmigrantes, de cada uno de nosotros”, recalcó el obispo Menjívar.
“Llegamos a esta santa asamblea cargando muchos problemas, dificultades, temores, ansiedad, pero también venimos con agradecimiento en esta noche”, dijo monseñor durante la misa que fue organizada por Los Amigos Vicentinos en la Periferia (AVP), en colaboración con CCP.
El obispo dijo sentirse contento de celebrar la graduación y los 31 años de servicio del CCP a la comunidad e instó a los presentes a unirse en un gran aplauso.
“Es una alegría poder compartir esta misa y celebrar este gran logro con todos ustedes”, dijo el padre Mario Majano, párroco de la Iglesia de Santa María al inicio del servicio.
“El Centro de Capacitación Profesional es la esperanza para muchos inmigrantes que llegan a este país con el deseo de superarse, pero sin saber por dónde comenzar. Nuestro objetivo es poder brindarle a nuestra comunidad formación técnica de alta calidad que les permita entrar al campo laboral de forma inmediata, mejorando su calidad de vida”, dijo la directora de CCP Ana Carolina Osuna.
“Los valores que traemos de nuestros países nos hacen fuertes, nos hacen héroes”, dijo a los graduados el profesor Palomo, quien es uno de los pioneros de CCP desde 1992.
“Si usted sueña con la verdad, se hace realidad. Si usted recae, levántese, sacúdase, pero vuélvase a levantar, agarre agallas y camine hacia el frente. Esos somos nosotros, hechos para triunfar”, dijo.
La inmigrante salvadoreña Maritza Hernández (50) fue parte del grupo de egresados del Centro de Capacitación Profesional. Reconoce que a su edad y ante las dificultades propias como inmigrante, no se le hizo fácil graduarse.
“Lo intenté tres veces y a la tercera va la vencida”, dijo quien tiene tres hijos y una nieta. En 2000 estudió introducción a la computación, en 2003 estudió aire acondicionado residencial y en su reciente intento estudió mecánica automotriz y finalmente pudo concluir sus estudios y graduarse en el centro de capacitación.
“Estoy muy satisfecha por mi graduación. Definitivamente mi vida laboral va a cambiar, ya que la mecánica es un campo de trabajo muy amplio y tan necesario porque todos tenemos auto”, dijo.
“Mi mecánico de confianza se enfermó”, dijo, y se vio en dificultad para encontrar un servicio honesto. “A las mujeres a veces nos quieren engañar en los talleres mecánicos. Todo eso me motivó a capacitarme”, dijo quien piensa aprovechar lo aprendido para arreglar su auto y los de su familia.
Esta parroquiana de Santa María es tapicera, costurera de muebles y de autos en un taller de tapicería en Gaithersburg, Maryland, pero quiere progresar.
“A futuro, se puede comenzar un negocio que ofrezca los servicios de tapicería y mecánica automotriz”, dijo quien desea iniciar su propia empresa con miras a que sus hijos se encarguen más adelante.
Una experiencia que siempre es bien celebrada por los vicentinos es la de José Saavedra, a quien le faltan sus dos piernas. Este inmigrante peruano ha sido muy tenaz y pudo graduarse en la especialidad de mecánica y aire acondicionado automotriz, lo cual le permite actualmente trabajar como asistente de instructor en CCP en el área de mecánica.
Jairo Andrés Ramírez (36) también se graduó este año y dice sentirse “satisfecho por haber terminado el curso de aire acondicionado y calefacción residencial. Tengo muchas expectativas sobre el futuro. Sé que esta graduación me va a traer muchas oportunidades en el ámbito laboral, lo que implica una mejor calidad de vida para mí y mi familia”, dijo quien es padre de tres niños.
Está agradecido con el centro de capacitación por la beca que le facilitaron y con los Amigos Vicentinos en la Periferia. “Gracias a ellos pude estudiar”, afirmó.
CCP permite que los inmigrantes se capaciten en su propio idioma en varias especialidades. “Me da alegría porque es posible formarse mejor en el idioma de uno”, según Jairo.
Este inmigrante hondureño llegó hace dos años a Estados Unidos, trabaja actualmente en polarizado de autos, pero le gustaría encontrar un empleo para poner en práctica lo aprendido en el área de aire acondicionado residencial.
El Centro de Capacitación Profesional está haciendo una diferencia y brindando oportunidades de superación a la comunidad inmigrante del área metropolitana. Ofrecen cursos de lectura de planos y códigos de construcción, plomeria, electricidad, mecánica automotriz, aire acondicionado/calefacción, automatización de viviendas, refrigeración de automóviles, entre otros. Inf: laescueladelacomunidad.com.
En la iglesia Santa María (7301 Annapolis Road, Landover Hills, Maryland) ofician misa en español los viernes a las 7PM, los sábados a las 6:30PM y los domingos a la 1PM y 5PM. Para más información y para ver la misa de graduación, visite: facebook.com/stmarysonechurch.