Las altas temperaturas que se registran este verano provocan fatiga, estrés, disminuye los reflejos y aumentan la desconcentración en muchos conductores, lo cual eleva significativa el riesgo de sufrir un accidente de tránsito. Manuel Montoya (51) e Irene Arcaya (43) se vieron envueltos en aparatosos choques debido a un cuadro de somnolencia provocado por el calor.
Manuel trabaja como cocinero en un conocido restaurante de Union Market en Washington, DC, pero Irene controla el ingreso de autos en el estacionamiento de un centro comercial de Virginia. El primero trabaja de 5:00AM a 5:00PM, mientras que la segunda inicia sus labores a las 6:00AM y concluye después de las 3:00PM.
Durante la jornada laboral ambos están expuestos al calor extremo, esfuerzo físico y atención al público. Hace unos días, después de ingresar a sus vehículos, los dos experimentaron una sensación de fatiga que la atribuyeron al trabajo realizado, sin sospechar que las altas temperaturas provocan que el conductor sufra una disminución del 15 por ciento en la percepción de las señales de tránsito. En muchos casos, el golpe de calor puede generar limitaciones equivalentes al haber consumido varias cervezas.
“Estaba cansado y sentí sueño, pero encendí el carro para ir a mi casa en Columbia (Maryland). Cuando estuve en la ruta 29 el sol me impidió ver con claridad en qué momento cambio la luz del semáforo y choque con una camioneta. Felizmente nadie resultó con heridas graves, pero los autos quedaron muy averiados y según los bomberos el calor afectó mis reflejos. Me dijeron que tuve suerte de no haber muerto”, manifestó el colombiano Manuel Montoya.
El caso de Irene Arcaya es muy similar. Antes de iniciar el retorno a casa, la inmigrante guatemalteca sintió nauseas, dolor de cabeza e irritabilidad. “Esa tarde me sentí algo aturdida, con náuseas, sin ánimos de ir a comprar algunas cosas en el supermercado. Mi carro tiene el aire acondicionado malogrado y decidí ir directo a mi casa, pero estando en la ruta 50 a la altura de la base Fort Myer no sé qué me pasó y choque contra otro auto. Sufrí heridas leves, tuve que estar un día en observación en el hospital y ahora entiendo todo lo que puede provocar un golpe de calor”.
Recomendaciones
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) un golpe de calor es una emergencia que requiere atención médica inmediata. Los síntomas incluyen temperatura corporal alta; piel caliente, enrojecida y seca o húmeda; pulso rápido y fuerte; dolor de cabeza o mareos; náuseas, confusión y desmayos.
Esta condición se presenta porque el exceso de temperatura que capta el cuerpo se transmite a un área del cerebro, directamente al hipotálamo. Esta glándula, además de regular la temperatura corporal, cumple otras funciones como el control de nuestros estados de ánimo, modula el sueño y permite la capacidad de reacción ante ciertas circunstancias inesperadas.
Los principales signos de advertencia que deben ser tomados en cuenta son: sudor intenso, palidez, calambres musculares, cansancio, debilidad, mareos, dolor de cabeza, náuseas o vómitos y breves desmayos.
En el caso de los niños, los padres de familia deben estar atentos al “sarpullido por calor”, que es una irritación de la piel ocasionada por la sudoración excesiva cuando hace mucho calor y hay mucha humedad. Puede ocurrir a cualquier edad, pero es más común en los niños pequeños.
El sarpullido por calor tiene la apariencia de un conjunto de granitos enrojecidos o de pequeñas ampollas. Es más probable que aparezca en el cuello, la parte superior del pecho, la ingle, debajo de los senos y el pliegue del codo.
