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Obispos de Puerto Rico: Solidaridad y comunión fraterna con los migrantes

El padre Carlos Francis Méndez, párroco de la iglesia del Inmaculado Corazón de María en Las Marías, Puerto Rico, bendice a un grupo de fieles hispanos residentes en la isla. Foto/CNS/Bob Roller/archivo

La Conferencia Episcopal Puertorriqueña ha publicado su mensaje para la Cuaresma 2025: “Tiempo para convertirnos en peregrinos y sembradores de esperanza”. Llamando la atención sobre el clima de violencia que se vive en el país, alientan a un trato solidario con los migrantes, y advierten sobre la baja tasa de natalidad en la isla.

Los prelados señalan que “en este mundo herido por guerras y violencias, por injusticias y egoísmos que rompen las relaciones humanas y dañan la paz entre los pueblos, somos llamados a vivir esta Cuaresma con verdaderos deseos de esperanza. No podemos conformarnos con la violencia en nuestras calles que arrebata la vida a tantas personas, muchas veces, niños, jóvenes, mujeres y ancianos”.

Los obispos boricuas recuerdan que durante este Año Santo, “es promesa de esperanza que nos requiere conversión de mente y corazón para transformarnos, y cambiar desde adentro, sanando heridas, restableciendo vínculos, liberándonos de prejuicios y experimentando el amor y el perdón misericordioso de Dios Padre, que nos ha creado y nos ha hecho a todos hermanos y hermanas”.

“La Cuaresma, nos llama con firmeza a vivir un tiempo fuerte de oración, ayuno y penitencia, que nos lleve a encontrarnos con Dios en nuestros corazones para convertirnos y darle nueva dirección a nuestras vidas”, dice el mensaje de Cuaresma de la Iglesia en Puerto Rico.

Se hace urgente la paz

Concretamente los obispos invitan a tener presente el ambiente de guerra y violencia en el mundo, y que también “se respira en muchas comunidades o que llega hasta nuestras calles y hogares. ¿Cuántas noticias de muertes violentas escuchamos cada día en los diferentes medios noticiosos del país? Se hace urgente la paz y se necesitan instrumentos y espacios de paz”.

“En nuestro suelo puertorriqueño -dicen los Obispos- hay mucho dolor ante las muertes violentas que arrebatan la vida y tronchan la esperanza de seres queridos, de familias y del país. ¡Cuántos jóvenes y personas de bien tienen que seguir derramando su sangre en nuestras calles! Esta violencia hay que detenerla”.

Otro tema abordado de reflexión en el mensaje cuaresmal es la migración: “hacemos también un llamado de solidaridad y comunión fraterna por las personas migrantes que han llegado hasta nuestra tierra borinqueña”.

Migrantes: compasión y ayuda

Y reiteran que “la solidaridad, la compasión y la ayuda que podamos brindar a estos hermanos migrantes en el ámbito personal y colectivo, como también a sus familias y comunidades, debe ser nuestra mejor respuesta para rechazar estas políticas migratorias que se convierten en deshumanizantes, opresivas, discriminatorias y que atentan contra la dignidad divina de cada persona”.

También invitan a tener presente en la oración y discernimiento cuaresmal, “la realidad actual por la que atraviesa la familia puertorriqueña, en un paı́s de baja tasa de natalidad y con una alta tasa de envejecimiento. Amenaza también la estabilidad familiar la sombra de posibles recortes en ayudas para el sostenimiento de los más pobres, la quiebra o insolvencia de sistemas de pensiones, el alto costo de la vida, y el empobrecimiento en general”.

Finalmente, expresan su deseo, “que en esta Cuaresma 2025 sembremos la esperanza en todos aquellos que sufren cualquier tipo de violencia a nuestro alrededor y hagamos nuestros mayores esfuerzos para llevarle la paz”.



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