“Venimos –a misa– a sacar el agua de Cristo para que podamos vivir”, con estas palabras –que describe el encuentro de Jesús con la mujer samaritana– el arzobispo de Westminster y presidente de la Conferencia de Obispos de Inglaterra y Gales, Vincent Nichols, recordó –a los feligreses– tener presente en los días de la Cuaresma, en su homilía celebrada en la catedral de San Mateo Apóstol.
De camino a Galilea Jesús pasa por Samaria y, fatigado, se para a descansar junto al pozo de Jacob. Entonces llega una mujer a sacar agua y Jesús le dice: “Dame de beber”. Como la mujer se extraña de que él le pida agua para beber a una mujer samaritana, Jesús le contesta: “Si conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le pedirías, y él te daría agua viva”. Con ‘agua viva’ Jesús se refería a un don espiritual muy superior al agua común y corriente, un agua capaz de satisfacernos desde lo profundo de nuestro ser, que nos sacia y que se convierte en una fuente inagotable en nuestro interior.
Ese pasaje de la Biblia –que narra el encuentro de Jesús con una mujer samaritana que trataba de sacar agua del pozo de Jacob– es un texto que –además de prepararnos para recibir el Bautismo del día de Pascua– nos representa a todos y cada uno de nosotros hoy en esta misa, al que venimos a sacar el agua de Cristo, para que podamos vivir, precisó el obispo Nichols, en el tercer domingo de Cuaresma.
También se refirió a las personas que se acercaron a recibir el bautismo de Pascua: “Hoy, estos catecúmenos nos recuerdan a todos nosotros que nuestro camino no ha terminado y que debemos caminar hacia el Señor para sacar su agua viva”.
La samaritana está representada como una mujer pecadora que había tenido cinco maridos. Ella llegó al pozo en pleno calor del día evitando ser vista y allí Jesús la llamó por su pecado. “En ese encuentro se resume toda la fragilidad de nuestras vidas”, señaló el arzobispo.
Al finalizar la homilía, el arzobispo Nichols exhortó a los fieles a permitir que esta agua se derrame sobre todos y cada uno de nosotros, y así poder ver claramente la misericordia y compasión del Señor. “Porque con esta agua viva nos purificaremos y podremos comenzar de nuevo”.
Durante la oración en silencio, el arzobispo les pidió a los feligreses que orasen por el pueblo ucranio, por sus familias, amigos y por toda la comunidad. Acto seguido, los devotos recibieron la comunión.
La misa se retransmitió en directo por el canal de Youtube y puede verse en el siguiente enlace https://www.youtube.com/watch?v=G7sXorYAt8g&t=181s