La dedicación de un nuevo oratorio, en honor a Nuestra Señora de Aparecida, patrona de Brasil, en la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción, fue una jornada de peregrinación, reflexión, oración y mucha alegría para los cerca de tres mil peregrinos que participaron en la misa especial celebrada -en portugués- por el cardenal Sean Patrick O'Malley, arzobispo de Boston, el 14 de septiembre de 2024.
“La devoción y el amor del pueblo brasileño por Nuestra Señora de Aparecida es un ejemplo de unidad para todos y bajo su manto toda familia debe orar, dialogar, luchar con coraje por la justicia social, pero sin olvidar que el encuentro con Cristo se da ayudando a los más vulnerables”, dijo el cardenal O'Malley al iniciar su homilía.
Señaló que la Virgen María siempre es una inspiración para vivir el Evangelio con fe y esperanza, sabiendo que por medio de la oración e intercepción todos fortaleceremos la familia y la paz.
El papa Francisco tiene un amor especial por Nuestra Señora de Aparecida, pues durante la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe ella iluminó el trabajo de los obispos en el tema del encuentro con Cristo, el discipulado y su misión por los más pobres -explicó-. Allí nació el Documento de Aparecida vigente hasta nuestros días.
El cardenal O'Malley tuvo como concelebrantes a los cardenales Wilton Gregory, arzobispo de Washington; Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en Estados Unidos; los obispos Cristiano Barbosa, Boston; Jacques Fabre-Jeune, Charleston; Bruce Lewandowski, Baltimore; Dom Adilson Pedro Busin, Tuarao, Brasil; Dom Luiz Fernando Lisboa, Cachioeiro de Itapemisrim; y monseñor Walter Rossi, rector de la Basílica.
Desde ahora la imagen de Nuestra Señora de Aparecida se encuentra en la entrada principal de la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción de Washington y servirá como punto de encuentro para las futuras peregrinaciones de los fieles brasileños.
Voces
La presencia de fieles de todas las edades, en su gran mayoría brasileños y portugueses, rebasó la capacidad de la basílica, al punto que muchos debieron escuchar la misa sentados en el suelo, parados en los pasadizos y en las escaleras. Todos llegaron a Washington, DC, a rendir devoción a su Santa Patrona, exhibiendo pañuelos blancos para expresar su alegría.
Patricia y Ronilson DePaul, llegaron desde Boston acompañados de sus hijos Pedro y Luis para participar de la jornada espiritual y misa en honor a Nuestra Señora de Aparecida: “Venimos de Boston para acompañar a la Virgen, para darle gracias por la vida, por las familias que viven aquí, por las que viven en Minas Gerais y pedir por la paz mundial”.
Celso Cruz, José Araujo y Joe Ribamar llegaron procedentes de Nueva Jersey en agradecimiento por los milagros concedidos: “Somos de Belo Horizonte y tenemos dos décadas viviendo en Estados Unidos. Hoy estamos acá porque Nuestra Madre siempre escucha nuestras plegarias, nunca se olvida de sus hijos y siempre protege a la comunidad inmigrante”.
Gaby Rodríguez, María y Marina Ribeiro, catequistas de la parroquia Cristo Salvador de Nueva Jersey, llegaron para cumplir una promesa de rezar el Santo Rosario ante la imagen de la patrona de Brasil y participar en la histórica misa: “Hoy hemos fortalecido nuestra fe y una vez más hemos honrado a la Virgen María”.
Los 168 integrantes del grupo juvenil “Jump” de la parroquia St. Anthony de Massachusetts necesitaron tres buses para llegar a DC para pedir a la Virgen que fortalezca su fe y proteja a las familias. “Venir en peregrinación a la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción es para dar gracias a Nuestra Señora de Aparecida, pero también es para orar por las vocaciones sacerdotales y religiosas”.
Breve historia
En octubre de 1717, el Conde de Assumar, entonces Gobernador de Brasil, visitó Guaratinguetá. Como aquellos eran días de abstinencia de carne, Felipe Pedroso, Domingos Martins García y João Alves se encargaron de buscar otro tipo de comida para el ilustre visitante y su séquito.
Después de algunos intentos decepcionantes, los pescadores encontraron en sus redes una imagen de terracota que representaba la figura de la Inmaculada Concepción. Fue atrapada dos veces: la primera vez encontraron el cuerpo y la segunda la cabeza. El hecho ocurrió en el Puerto de Itaguazú. Como en los relatos bíblicos, la pesca sucesiva fue extremadamente abundante.
Los piadosos pescadores y sus familias fueron a rezar todas las noches ante la imagen de la Virgen Inmaculada en la casa de Felipe Pedroso. Más tarde, construyó un pequeño oratorio donde colocó la imagen que apareció. Todos los sábados, los vecinos y la gente que lo sabía se reunían para rezar el Rosario. A partir de entonces, los milagros comenzaron a ocurrir y la gente comenzó a llamar a la imagen Nuestra Señora Aparecida.
En 1745 se inauguró la primera capilla; en 1842 se inició la construcción de un templo, que se inauguró el 8 de diciembre de 1888 y, en 1893, se elevó al Santuario de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida.
En 1904 tuvo lugar la solemne coronación de la imagen a petición del papa San Pío X; en 1930, Pío XI la declaró y la proclamó "Reina y Patrona de Brasil".
En 1967, Pablo VI ofreció la "Rosa de Oro" a la Basílica de Aparecida con motivo del 250 aniversario de la aparición de la imagen.
La actual Basílica Nacional fue inaugurada solemnemente en 1980 por el Papa Juan Pablo II.
En mayo de 2007 se desarrolló la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe realizado en el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida y que fuera inaugurado por el papa Benedicto XVI. Luego de intensas jornadas de reflexión y oración se produjo el documento que iluminará la acción pastoral de la Iglesia católica en este Continente.
Este documento presentado al Santo Padre, conocido ahora como Documento de Aparecida, destaca la importancia central de la promoción de la familia como prioridad misionera para el continente. En esa conferencia participó activamente el hoy papa Francisco.
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El cardenal Sean Patrick O'Malley, arzobispo de Boston (centro), fue el celebrante principal de la misa en honor a Nuestra Señora de Aparecida. Foto/Mihoko Owada
Fieles cargan la imagen Nuestra Señora de Aparecida a su ingreso de la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción de Washington. Foto/Mihoko Owada
Dos peregrinas de origen brasilero muestran réplicas de la imagen de Nuestra Señora de Aparecida. Foto/Mihoko Owada
Patricia y Ronilson DePaul, acompañados de sus hijos Pedro y Luis llegaron desde Boston para la misa en honor a Nuestra Señora de Aparecida. Foto/MV
Celso Cruz, José Araujo y Joe Ribamar viajaron de Nueva Jersey a Washington en agradecimiento por los milagros concedidos. Foto/MV
Gaby Rodríguez, María y Marina Ribeiro, catequistas de la parroquia Cristo Salvador de Nueva Jersey, dijeron presentes en Washington. Foto/MV
Integrantes del grupo juvenil “Jump” de la parroquia St. Anthony de Massachusetts posan antes de ingresar a la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción de Washington. Foto/MV
