Los inmigrantes hispanos en Estados Unidos nos merecemos un sitio en la mesa de toma de decisiones. Nos lo hemos ganado con nuestra dedicación, nuestras contribuciones y nuestra incansable búsqueda del éxito. Es hora de que reclamemos el espacio que por derecho merecemos, dice Jessica Rivera, la exitosa fundadora y propietaria de “JR Coaching & Consulting” cuyo trabajo es ayudar a otros a triunfar.
En el marco del Mes de la Hispanidad, confiesa que la parte más valiosa de su herencia hispana que se esfuerza por conservar es “el profundo sentido de familia, comunidad y el compromiso de elevarnos unos a otros”.
De este modo, dice, se fomenta un profundo sentido de pertenencia que se extiende más allá de nuestros círculos inmediatos. “Estoy increíblemente orgullosa de nuestras tradiciones, nuestra resistencia y nuestra capacidad para encontrar la alegría y la conexión incluso en los momentos más difíciles”, dijo esta experta.
Igualmente, considera que es importante “retarnos a nosotros mismos a pensar en grande, a ir más allá de nuestras circunstancias actuales”.
La falta de representación de los hispanoamericanos en el gobierno de Estados Unidos y en los puestos directivos es algo que le entristece porque está consciente de lo mucho que trabaja nuestra comunidad.
El éxito es un viaje
Para Jessica, el éxito es un viaje continúo tratando de marcar la diferencia. Es sin duda una sensación que consiste en crear un efecto dominó, donde la influencia de uno repercute positivamente en los que nos rodean y más allá -según explico.
“No se trata sólo de alcanzar un hito específico, sino del viaje continuo de marcar la diferencia, vivir en consonancia con mis valores y capacitar a otros para que hagan lo mismo”, explico.
Lo define como una profunda sensación de plenitud. “Saber que lo que hago es importante, tanto para mí como para aquellos con los que conecto- es lo que el éxito significa realmente para mí”, dijo.
“Se trata del legado que estoy construyendo y del impacto que tengo cada vez que me pongo en contacto con un líder. Es saber que ayudo a los demás a desarrollar sus superpoderes y a aprovechar todo su potencial”, dijo describiendo su trabajo.
Comento sobre las dificultades de navegar en el mundo corporativo como mujer hispana.
“A menudo significa lidiar con la presión de encajar en un molde que no siempre refleja lo que realmente somos”, dijo.
Cree que la parte más difícil es la lucha interna, “la presión que nos ponemos a nosotros mismos para integrarnos, para no destacar demasiado y para demostrar que pertenecemos a un entorno en el que a menudo no estamos lo suficientemente representados”.
Sin darnos cuenta, a veces nos inventamos historias en la cabeza sobre lo que los demás podrían pensar de nosotros, dice, y esto puede llevarnos a frenar todo nuestro potencial.
“Además, tendemos a no desafiar a los demás de manera que nos hagan reflexionar, por miedo a que nos consideren demasiado agresivos o conflictivos”.
Esta presión autoimpuesta puede ser asfixiante, dice, pero también es una oportunidad para redefinir la narrativa, para mostrarnos auténticamente y para impulsar conversaciones más profundas y significativas en el lugar de trabajo.
Ser autentico
Abrazar la autenticidad es crucial, según Jessica, porque nos libera del agotador ciclo de cambio de códigos que muchos de nosotros aprendemos desde pequeños.
Argumenta que, a menudo, nos enseñan a comportarnos de forma diferente en distintos entornos (ya sea en el aula, en casa o incluso dependiendo de si se trata de mamá o papá). “Este cambio constante requiere mucha energía, ya que implica pensar demasiado en todo, desde la forma en que hablamos hasta el tono que utilizamos y cómo caerán nuestras palabras”, agrego.
Ella insta a simplificar este proceso. “Cuando empecé a abrazar mi verdadero yo y a centrarme en mis intenciones (preguntarse cómo quiero que se sienta la otra persona y cómo quiero sentirme yo), descubrí que todo resultaba más fácil”.
Explica que la autenticidad no sólo te ayuda a conectar con la gente más rápidamente, sino que también te hace sentir más tranquilo y feliz por dentro.
Propone vivir y liderar desde un lugar de verdad, que es donde ocurren las conexiones reales y el impacto significativo.
Jessica nació en Nueva York y tiene herencia puertorriqueña. “Aunque no he tenido que afrontar personalmente los retos de la inmigración, he sido testigo de las dificultades a las que se enfrentan mis clientes y mi comunidad”.
Asegura que, para ella, una de las partes más difíciles de navegar por el mundo empresarial fue tratar de equilibrar sus diferentes culturas. Es decir, la cultura de su comunidad hispana, la cultura del lugar donde creció y la cultura empresarial. “Intentar compaginar las tres fue un gran reto, y muchas veces sentí que tenía que ocultar mi cultura hispana para encajar”, dijo.
Reconoce que fue contraproducente hacerlo ya que crea un tira y afloja constante en su interior. “En ese entonces, luchaba con la pregunta: ¿Soy de aquí o soy de allá?”, confiesa.
A menudo sentía que no era completamente de ninguna parte. Sin embargo, a medida que fue creciendo, se dio cuenta de que era tanto de aquí como de allá. “Esta dualidad me da una visión y una perspectiva únicas, lo que hace que mis contribuciones sean aún más valiosas porque puedo ver las cosas desde múltiples puntos de vista”, afirmo Jessica.
Tiene dos hijos adultos a los que considera sus mejores maestros. “Me han enseñado mucho sobre mí misma: mis miedos, mi resistencia, el amor y el liderazgo”, afirmo.
Cuenta que, a través de ellos, ha aprendido el poder de soltar el control. Entonces, dice, surgen cosas increíbles cuando dejas que la vida se desarrolle de forma natural.
“Me han enseñado que el verdadero liderazgo no consiste en aferrarse demasiado, sino en confiar en el proceso y permitir que los demás crezcan y prosperen a su manera”.
Su enfoque
Jessica Rivera es entrenadora ejecutiva internacional, consultora empresarial y conferencista.
Tuvo una distinguida carrera en el banco Santander. Dirigió un departamento de 4.000 millones de dólares e impulsó un importante crecimiento de los ingresos. Sus colaboraciones estratégicas con entidades corporativas subrayan aún más su experiencia, ya que ofrece coaching específico, formación y facilitación de talleres para mejorar las métricas de éxito.
El enfoque de Jessica se centra en perfeccionar los modelos mentales, mejorar la comunicación y diseñar estrategias prácticas para lograr un rendimiento y una rentabilidad óptimos. Aporta su experiencia personal única, como única mujer de color en su división, para apoyar tanto a hombres como a mujeres de todos los colores en la creación de equipos inclusivos y diversos. Es una defensora del liderazgo auténtico y aboga por entornos en los que la pertenencia y la inclusión sean primordiales.
Jessica es una mentora certificada en “los 7 Hábitos de la Gente Altamente Exitosa” de Franklin Covey y en las 6 Prácticas Críticas para Dirigir un Equipo. Su compromiso con la excelencia y su experiencia demostrada en la dirección de departamentos multimillonarios la convierten en una influencia transformadora que ayuda a las personas y a las organizaciones a lograr un éxito sostenible.
Asesora a corporaciones como Abbott, Linde Group y BNY Mellon. El impacto de Jessica en estas organizaciones pone de relieve su capacidad para impulsar un cambio positivo y fomentar una cultura de inclusión y alto rendimiento.
En un mercado laboral que no siempre es equitativo, receptivo y favorable para las mujeres, Jessica empodera a las latinas para que incrementen su confianza en sí mismas y puedan imponerse con confianza en el lugar de trabajo. Les enseña a reprogramar su forma de pensar y ubicarse ellas por delante para alcanzar sus metas.
Para más información o contactar a Jessica Rivera, visite: jrcoaching.net