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Mount Pleasant y Adams Morgan mantienen su sabor latino

Los Primos Market ha logrado crecer y desarrollar su línea de productos gracias a la llegada de nuevos inmigrantes hispanos. Fotos/MV

A pesar del tiempo y el avance del modernismo inmobiliario capitalino, los vecindarios de Adams Morgan, Mount Pleasant y Columbia Heights en el Distrito de Columbia mantienen aún su ‘sabor latino’ en sus restaurantes, calles y parques y en el idioma español que se escucha por doquier, así como su fe y tradiciones en el Santuario del Sagrado Corazón.

Desde hace más de tres décadas restaurantes como Haydee’s, Don Juan, Ercilas y El Tamarindo, mantienen como platos estrellas las deliciosas pupusas salvadoreñas, los tacos mexicanos, los antojitos guatemaltecos, los nacatamales nicaragüenses y las baleadas hondureñas. Eso no impide convivir amistosamente con la venta ambulatoria de frutas, jugos y helados durante los fines de semana.

La Casa Lebrato y las tiendas Los Primos e International Progreso fueron uno de los primeros establecimientos que empezaron a vender productos hispanos importados directamente de Centroamérica y Sudamérica. Para los amantes del vino o las bebidas burbujeantes estuvo Metro Wine&Spirits.

Puerta principal del conocido restaurante latino Haydee’s.
Puerta principal del conocido restaurante latino Haydee’s.
La Tienda Lebrato sigue atendiendo al publico hispano que vive y trabaja en la zona de Adams Morgan.
La Tienda Lebrato sigue atendiendo al publico hispano que vive y trabaja en la zona de Adams Morgan.

Las peluquerías, tiendas de ropa, farmacias, dentistas, contadores, abogados, venta de modernos celulares y lavanderías complementan el ambiente típico de un barrio latino, donde los alegres gritos de los niños, la música callejera que ignora los límites de decibeles y los diálogos interminables de los ancianos nos recuerdan que el barrio sigue vivo.

La llegada de nuevos inmigrantes, sedientos de trabajo y progreso han revivido las viejas calles 11, 14 y 16, que ahora son el punto de encuentro de emprendedores hispanos. Allí, escoltados por los reflectores del Teatro Hispano Gala y los anuncios del Instituto Cultural Mexicano, la venta ambulatoria ordenada, colorida e inspiradora se ha convertido no solo en un punto de encuentro de cientos, sino en lugar de convivencia cultural.

No hay duda de que la presencia de los hispanos le han devuelto la vida a los viejos edificios que agonizaban silenciosamente con el paso del tiempo. Hoy muchos inmigrantes son sus nuevos inquilinos, que al caer la tarde desempolvan los viejos ventanales y balcones para observar cómo pasa la vida o esperar que llegue la suerte.

Los jardines, fuentes y estatuas del Meridian Hill Park, diseñado con exquisito estilo europeo, ‘reviven’ su viejo esplendor con la presencia de numerosos niños que corretean por sus veredas.

La cita dominical en la parroquia Sagrado Corazón es impostergable para los hispanos, quienes a quienes escuchar las misas en español les alegra el corazón y reafirma su fe en Dios.

El legado migratorio y empresarial iniciado por cubanos y puertorriqueños/ en la década de los 60, fue tomado e impulsado a principios de los 80 por la comunidad salvadoreña quienes llegaron a Washington, DC, escapando de la guerra, el hambre y la injusticia social. En ese proceso de adaptación social la Arquidiócesis de Washington cumplió una labor ejemplar, por no decir, crucial.



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