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¿Matrimonio, vida religiosa o sacerdocio?

Estudiantes de la Escuela St. Theresa se ponen de pie durante la manifestación vocacional Focus 11 en el Seminario St. John Vianney en Miami. Foto/OSV/Cristina Cabrera Jarro, Florida Catholic

Michael Pérez y Damian Glover miraban el mural sobre el santuario de la capilla de St. Raphael, en el seminario universitario St. John Vianney, de Miami.

Los dos alumnos del sexto grado de la escuela Our Lady of the Holy Rosary-St. Richard, en Cutler Bay, identificaban algunos de los momentos bíblicos del mural y contemplaban los que no les eran familiares, mientras esperaban el comienzo de la Misa que iniciaría Focus 11, una reunión sobre vocaciones para estudiantes de sexto grado.

Al observar a sus intrigados alumnos, Ianne López, quien estaba sentada en el banco detrás de ellos, se unió a su asombro.

"Sólo quiero aprender", dijo Michael.

Curiosidad es exactamente lo que el padre Matthew Gómez, director de la Oficina de Vocaciones de la Arquidiócesis de Miami, esperaba que los alumnos de sexto grado de las escuelas católicas trajeran a Focus 11 este año. Focus 11 se originó en la Arquidiócesis de Detroit a finales de la década de 1980, para motivar a los niños de 11 años a discernir cuál es la voluntad de Dios para ellos, y considerar las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa.

Este año, más de 1.900 alumnos de colegios en los condados de Miami-Dade y Broward participaron en tres jornadas distintas de la concentración anual por las vocaciones: dos fueron celebradas los días 21 y 22 de mayo en St. John Vianney, y una el 23 de mayo en la iglesia de St. Gregory the Great, en Plantation. Luego, todos los estudiantes se reunieron para reflexionar sobre su futuro y también para considerar la posibilidad de responder al llamado al sacerdocio o a la vida religiosa.

"El objetivo de hoy es cambiar la pregunta de '¿qué quiero ser cuando sea mayor?' a 'Señor, ¿qué quieres que sea cuando sea mayor?'", informó el padre Gómez.

Como explicó posteriormente el arzobispo Thomas Wenski de Miami en su discurso de apertura: "Para saber lo que Dios quiere que seas, lo que Dios quiere que hagas con tu vida, tienes que preguntárselo. Eso es lo que llamamos oración".

Aunque hablar con Dios a través de la oración es un punto importante para descifrar la voluntad de Dios, el arzobispo recordó a los estudiantes que escuchar también es esencial.

"No será como si sonara un teléfono, respondiéramos y dijéramos: 'Hola, Dios'. Dios nos habla a través de nuestro corazón, y también a veces a través de algunas de las personas que nos rodean. Pero tenemos que orar y escuchar", sostuvo el arzobispo Wenski.

Tanto si el llamado es a la vida matrimonial, a la vida religiosa o al sacerdocio, "no tengan miedo ni se avergüencen de decir 'sí' a Dios", añadió el arzobispo.

A lo largo del día en Focus 11, los estudiantes tuvieron la oportunidad de seguir los consejos del arzobispo durante las sesiones de trabajo que permitieron pasar tanto momentos de oración como de interacción inquisitiva con quienes llevan una vida religiosa.

En la exposición religiosa, los participantes aprendieron de las Hermanas Carmelitas del Sacratísimo Corazón de Jesús, de Los Ángeles, California; de los Hermanos y Hermanas de los Siervos de los Corazones Traspasados de Jesús y María; de un sacerdote trinitario; de sacerdotes diocesanos, y de seminaristas que estudian para ser sacerdotes.

"Esta fue la primera vez que conocí a hermanos (religiosos)", aseguró Maya Rodríguez, estudiante de la escuela de Our Lady of the Lakes, en Miami Lakes.

En la capilla, el diácono transitorio Jorge Reyes, asistido por seminaristas, dirigió la adoración eucarística. Rodeados de silencio, animó a los estudiantes a meditar sobre el llamado de Dios para cada uno de ellos.

"Qué mejor lugar para hacerlo que aquí mismo, delante del mismo Cristo", expresó el diácono Reyes.

También habló del beato Carlo Acutis, el joven que pronto será canonizado, cuya devoción por la Eucaristía, combinada con su talento para el diseño de páginas web, le inspiró para crear una página web con crónicas sobre los milagros eucarísticos y las apariciones marianas.

"Amaba la Eucaristía más que a nada", dijo el diácono Reyes. "Decía: 'Estar siempre unido a Jesús, ese es mi plan de vida'".

En otra estación de oración dirigida por seminaristas y Siervas de los Corazones Traspasados, se entregaron rosarios a los estudiantes y se les invitó a rezar una decena al día por su vocación. Juntos rezaron el Misterio Gozoso de la Anunciación, reflexionando sobre el "sí" de María a su propio llamado.

"Vemos cómo María respondió al llamado de la vocación de Dios, y cómo nosotros debemos responder al llamado de la vocación de Dios. Ya sea a la vida matrimonial, a la vida religiosa, o al sacerdocio, Dios nos llama allí porque nos ama y porque quiere que seamos fecundos", afirmó el seminarista Lucas Jiménez.

El padre Gómez les recordó después que los rosarios no deben usarse como una prenda de moda.

"No es un collarcito bonito; no es un objeto bonito que guardamos en la mochila. Utilícenlo. Récenlo. Que sea un recordatorio constante de que María camina con nosotros", exhortó el padre Gómez.

Rodrigo Bustamante, maestro en las escuelas arquidiocesanas de St. Hugh, en Coconut Grove, y St. Agnes, en Key Biscayne durante 35 años, nunca había asistido a un Focus 11, hasta el 21 de mayo de 2024.

"Es la primera vez, y ha sido bueno", expresó.

Bustamente, quien enseña estudios sociales para estudiantes de la escuela intermedia, experimentó un momento de serendipia cuando se encontró con dos antiguos alumnos: la hermana Anamargarita Certain y el hermano Íñigo Johnpaul Isla, ambos de los Siervos y Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, quienes ayudaban en las actividades del día. La hermana Andrea Isla, hermana del hermano Íñigo, aunque no asistió, también fue alumna de Bustamante.

"Fui a todas sus profesiones de votos. Lloré como un bebé. Me siento orgulloso", aseguró.

Cuando se le preguntó si alguna vez vio en sus alumnos un llamado a la vida religiosa, recordó algo del hermano Íñigo, en particular.

"Si les preguntas a la mayoría de estos muchachos de hoy, en el mejor de los casos, dudan. Pero en Juan Pablo Isla, había algo. No discutía el punto; lo acogía, lo vivía. Decía: 'Quiero servir. No quiero seguir el camino tradicional'. Todo esto era perfectamente normal para él", recordó Bustamante.

Al reencontrarse con ambos estudiantes, les preguntó si eran felices.

"Es algo sencillo porque lo único que deseas para cualquiera de ellos es que lleven una vida plena", manifestó Bustamante. "No lo dudaron. Son felices. Y si quieres dudarlo, no puedes, no de la forma en que lo dicen".



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