Tras más de veinte años sin novedades terapéuticas contra el alzhéimer, un nuevo fármaco ha sido recomendado en Europa para su uso en un determinado grupo de pacientes en fases iniciales de esta enfermedad neurodegenerativa. ¿Cómo actúa el medicamento? ¿Cómo seleccionar a los candidatos? ¿Qué efectos secundarios puede ocasionar? Retos y claves del principio activo lecanemab.
El alzhéimer es la forma más frecuente de demencia y se estima que en España hay más de 800.000 casos, aunque un 30-40 % podrían estar sin diagnosticar, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), por lo que el lecanemab puede abrir una puerta a la esperanza a una enfermedad todavía sin cura.
Esta enfermedad neurodegenerativa afecta al 10 % de los mayores de 65 años y al 30 % de los de más de 85 años, aunque puede debutar mucho antes.
“El acumulo de proteína amiloide en el cerebro se considera el fenómeno inicial y fundamental en la enfermedad de Alzheimer, aunque no es el único”, explica a EFE la neuróloga Raquel Sánchez del Valle, coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Esa concentración de proteína provoca una especie de placas en el cerebro y este fármaco “moviliza al sistema inmunológico para disolverlas y eliminarlas”, precisa la neuróloga.
¿Qué es el lecanemab?
- El principio activo lecanemab es un anticuerpo monoclonal dirigido contra la proteína amiloide que se acumula en el cerebro, es una terapia anti-amiloide que reduce las placas que se forman.
- El nombre comercial es Leqembi y ha sido desarrollado por las biofarmacéticas Eisai (japonesa) y Biogen (estadounidense).
- El objetivo del lecanemab es ralentizar la progresión del alzhéimer desde sus fases iniciales.
- Efectividad: en los ensayos clínicos a 18 meses se ha demostrado que el grupo tratado con lecanemab redujo en un 27 % la progresión de la enfermedad.
- Su administración es intravenosa, en un centro hospitalario, cada dos semanas y todavía está por determinar durante cuánto tiempo se puede prolongar, por ahora son 18 meses, lo que ha demostrado el estudio.
- Los efectos secundarios de esta terapia dirigida pueden ser: inflamación del cerebro y sangrado, lo que técnicamente se denomina “aria”.
¿Qué pacientes con alzhéimer son candidatos a lecanemab?
- Dirigido a pacientes recién diagnosticados en fase precoz, con fallos de memoria o demencia leve pero con funcionalidad prácticamente normal o que precisen alguna pequeña ayuda pero independientes para poder salir, comprar, vestirse o comer… Aproximadamente, un tercio de los diagnósticos son en fase inicial, explica la doctora, quien alerta del riesgo de infradiagnóstico en estas etapas tempranas.
- Además de estar en fase precoz, los afectados deben tener una o ninguna copia del gen ApoE4 (gen asociado a un mayor riesgo de desarrollar alzhéimer). Se trata del 85 % de los pacientes.
- Se excluye a los pacientes con dos copias del gen ApoE4 por mayor riesgo de efectos secundarios graves. El 15 % de los enfermos de alzhéimer tienen esas dos copias del ApoE4.
- Para la selección de los pacientes hay que confirmar que tienen patología amiloide en el cerebro y se puede hacer a través de una punción lumbar del líquido encefalorraquídeo o de un PET y pruebas genéticas para conocer el número de copias del gen ApoE4. La resonancia magnética es necesaria antes y durante el tratamiento para vigilar el riesgo de efectos secundarios.
- Retos
- Tras la recomendación de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por su siglas en inglés), la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios tiene que autorizar el fármaco para su uso en España.
- El siguiente paso es si será financiado por el Sistema Nacional de Salud, como piden las distintas asociaciones de pacientes, ya que se trata de un medicamento caro. En Estados Unidos se ha fijado un precio de unos 26.000 dólares por paciente al año (dos viales al mes), apunta la neuróloga.
- Implantar programas para selección y tratamiento de pacientes teniendo en cuenta la importancia de la detección en estadios precoces del alzhéimer, “uno de los retos de estos fármacos”, concluye la neuróloga de la SEN Raquel Sánchez del Valle.