La respuesta católica al aborto es la misericordia. No se debe aprobar el pecado, pero tampoco debemos condenar, sino responder misericordiosamente con compasión, instando a la conversión y confiando en el poder enorme que Dios tiene de perdonar.
De este modo encaró el tema el padre James Glasgow en su homilía durante la Misa Juvenil de Celebración y Acción de Gracias por la Vida que se celebró, el 24 de enero de 2025, en la Catedral de San Mateo Apóstol en Washington, DC.
En el tradicional servicio religioso, previo a la Marcha por la Vida, el homilista habló de las cuatro “c”: condonar, condenar, compasión y conversión.
Compartió una experiencia que ocurrió en otro país: una mujer compartió con él que su madre había abortado a su hermana menor. Eran tres, una en camino y sin el apoyo del esposo. La madre decidió abortar. El sacerdote tomó esa historia como punto de partida para mostrar como Jesús responde al pecador sufriente.
“Jesús no condona, no condena, tiene compasión y nos insta a la conversión”, dijo el padre basándose en las escrituras.
Explicó que en el caso de la mujer que abortó a su cuarto hijo “debemos ser misericordiosos” y lo que Jesús nos enseñó es que “la misericordia es la única solución para este problema”.
“Cuanto mayor es el pecado, mayor es la necesidad de distinguir entre el pecado y el pecador”, dijo el sacerdote instando a los presentes a no condenar por un pecado, sino confiar en el infinito poder de la misericordia de Dios.
Durante la misa, el rector de la catedral, monseñor Ronald Jameson, le dio una cálida bienvenida al nuevo arzobispo designado de Washington, Roy McElroy. Los obispos auxiliares de Washington Evelio Menjívar, Juan Espósito y Roy Campbell, le acompañaban y aplaudieron al unísono con los presentes.
El nuncio apostólico Christophe Pierre fue concelebrante en la misa y leyó un mensaje del cardenal Pietro Parolin, secretario de estado del Vaticano, a nombre del Sumo Pontífice. “Su Santidad el papa Francisco envía cordiales saludos a quienes participan en la Marcha por la Vida 2025 y aprecia de manera especial este testimonio público (que se viene realizando por largo tiempo) de la santidad de la vida humana”. El Papa se suma a este encuentro anual para que “siempre pueda ser un signo visible de la inmensa bondad presente en el mundo”.
El cardenal Wilton Gregory, administrador apostólico de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington, fue el principal celebrante de esta misa por la vida 2025. Igualmente tuvo la oportunidad de intercambiar ideas con los jóvenes durante una sesión de preguntas y respuestas previa en la cual participaron estudiantes de escuelas parroquiales locales, miembros de ministerios juveniles y otros jóvenes.
“¿Cuál es el impacto que ocasionan los miles de jóvenes al manifestarse a favor de la vida?”, le preguntó un joven estudiante de una escuela arquidiocesana. “Algunos lo ignoran diciendo que estos jóvenes realmente no entienden”, dijo el cardenal, pero otras veces “el testimonio que brindan los jóvenes transforma los corazones en el mundo de los adultos”.
El cardenal elogio la persistencia de los jóvenes, en el contexto de la defensa de la vida. “Su persistencia nos ayuda a nosotros, los adultos, a responder a los retos”.
Los jovencitos oraron, cantaron, celebraron la vida, dieron gracias a Dios por vivir, se confesaron y comulgaron.
La música fue proporcionada por una banda compuesta en su totalidad por sacerdotes de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington.
La Arquidiócesis Católica Romana de Washington realiza esta misa previa a la Marcha por la Vida cada enero -al recordarse la aprobación de la ley Roe vs. Wade que legalizó el aborto en EEUU y que fue derogada hace tres años por la Corte Suprema- y puede verse en Youtube.com/watch?v=BpMRM1Ps3mI.
