La advertencia del Servicio de Rentas Internas (IRS) sobre los preparadores de impuestos “fantasmas” no es nueva. En un inicio los falsos “contadores” alquilaban oficinas en los barrios hispanos, repartían volantes ofreciendo grandes reembolsos del gobierno federal. Los facinerosos cobran por sus servicios, pero en realidad jamás enviaban los formularios y los ingenuos clientes en vez de recibir el reintegro económico esperado, recibían una carta del IRS advirtiéndole el incumplimiento de su obligación tributaria.
Hoy con el uso de la tecnología, donde la declaración de impuestos se hace de forma electrónica e inmediata, la modalidad ha cambiado. Ahora se necesita un número de cuenta para que los reembolsos sean entregados en un plazo máximo de tres semanas. La estafa radica en que el ingenuo cliente entrega correctamente su información bancaria, pero el preparador “fantasma” consigna un número de cuenta distinto y el reembolso lo recibe una tercera persona.
Pero esta nueva modalidad tiene una característica muy particular: el preparador “fantasma” no tiene ninguna oficina, sino que recibe a sus clientes en locales de comida rápida o conocidos restaurantes del área. Por lo general los estafadores se presentan con nombres falso y también muestran un número ficticio de registro de IRS que supuestamente los “habilita” para preparar impuestos de acuerdo con la ley.
Diógenes Ayala (59), residente del barrio de Mount Pleasant en Washington, es una de las víctimas de los preparadores de impuestos “fantasmas”. El inmigrante guatemalteco escuchó a un joven ofreciendo los servicios por solo 30 dólares y al ingresar al establecimiento de comida rápida, observó a un hombre de traje llenando unos formularios del IRS.
“El señor se presentó como Carlos Falconis y me explicó que estaban refaccionando sus oficinas en la Calle 18 y que por eso atendía de forma ambulatoria. Me dio confianza, fui a mi casa para recoger mis papeles y regresé. El hizo todo sin apuro, le proporcioné todo lo que me pidió y le di el número de mi cuenta del banco. Me dijo que en una semana recibiría el dinero, pero ahora que lo llamo no me contesta, no he recibido nada de plata y el señor del banco donde tengo mi cuenta me ha dicho que es una estafa por que los números de cuenta no son los correctos”, narró Ayala.
Algo similar le paso al nicaragüense Nicanor Peralta (61), quien desde hace una década sufre de lupus crónico que le afecta las articulaciones e impide que pueda movilizarse con normalidad. “Yo vivo solo aquí en Mount Pleasant y al escuchar que estaban haciendo lo ‘taxes’ por 25 dólares y que la devolución era directa a la cuenta bancaria en una semana, pensé que era una buena oferta. La preparadora atendía en el lobby de un edificio de la Columbia Road. La ‘contadora’ me dijo su oficina esta sin luz, pero que ella con su computadora portátil podía hacerme todo”.
Peralta confiado en la palabra de la mujer le entregó sus formularios W2 de sus dos empleos y su número de cuenta bancaria sin sospechar que se trataba de una preparadora de impuestos “fantasma”. “No sospeche nada malo. Ella me dijo que el IRS me devolvería 3.700 dólares, lo cual me pareció lógico porque el año pasado me regresaron 3.150. Hoy que reviso los formularios me doy cuenta de que los datos personales y deducciones están correctos, pero el número de cuenta no es el mío”.
Ante el incremento de este tipo de casos, el IRS advierte a los contribuyentes que eviten los preparadores de declaraciones de impuestos sin ética, conocidos como preparadores “fantasmas”, que aparecen durante la temporada de impuestos y luego desaparecen sin dejar rastros.
Advertencia
“Un preparador ‘fantasma’ es alguien que no firma con su verdadero nombre las declaraciones de impuestos que prepara. No firma una declaración es una señal de alerta de que el preparador pagado puede estar buscando obtener una ganancia rápida prometiendo un gran reembolso o cobrando tarifas basadas en el tamaño del reembolso”, dice el comunicado reciente del IRS.
El Servicio de Rentas Internas también advierte que los preparadores pagados deben firmar e incluir su PTIN en la declaración. También, los preparadores de impuestos ‘fantasmas’ por lo general suelen pedir el pago en efectivo únicamente y no proporcionar un recibo.
Asimismo, tienden a aumentar los ingresos para que sus clientes califiquen para créditos tributarios; reclamar deducciones falsas para aumentar el monto del reembolso y dirigir los reembolsos a sus cuentas bancarias y no a la cuenta del contribuyente.
De igual modo, los contribuyentes deben verificar tanto su número de ruta del banco, como que su número de cuenta bancaria sea la correcta en la declaración de impuestos para recibir cualquier reembolso de depósito directo.
Los contribuyentes pueden reportar la mala conducta de un preparador al IRS mediante el uso del Formulario 14157 del IRS, Queja: Preparador de declaraciones de impuestos (en inglés). Si un contribuyente sospecha que un preparador de impuestos presentó o cambió su declaración de impuestos sin su consentimiento, debe presentar el Formulario 14157-A, Fraude del preparador de declaraciones de impuestos o Declaración jurada de mala conducta (en inglés).