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Honran a ‘proveedores del poder curativo del amor’ en Misa Rosada

El amor, el sentirse valorado por Dios, es la medicina más poderosa para cuerpos, mentes y corazones rotos, dijo monseñor Anthony Frontiero, vicario general y moderador de la curia de la Arquidiócesis de los Servicios Militares, durante la Misa Rosada oficiada por el cardenal Wilton Gregory en la Iglesia de la Pequeña Flor de Bethesda, Maryland, el 10 de marzo de 2024.

El homilista profundizó en el Evangelio dominical en el cual el apóstol Juan recalca que Dios "nos libera de todo lo que amenaza con encerrarnos en las tinieblas del pecado, la enfermedad y la muerte".

Juan menciona cinco veces la luz de Cristo, la luz de la vida, la luz de nuestra esperanza pascual. “Y vaya si necesitamos esa luz, porque hay muchos que están luchando por encontrar el camino en un mundo de confusión y caos, de distracciones y perturbaciones, de miedo, tentación y pecado, enfermedad. Es un mundo que tan a menudo sólo nos ofrece oscuridad”, dijo el sacerdote. 

Dirigió su homilía especialmente a quienes ofrecen sus talentos en el campo de la salud, con un sentido de profundo compromiso, ética y en muchos casos de modo voluntario a través de la Red de Cuidado de Salud de Caridades Católicas (CCHCN).

“Ustedes que son enfermeros, médicos, educadores, capellanes -y todos los que se dedican a la profesión de servicios de salud- conocen demasiado bien este panorama”, subrayó. “Su experiencia en este campo, les insta constantemente a ser agentes de la Luz de Cristo, de la curación y de la integridad. Cada día se enfrentan a la cruda realidad de cuerpos, mentes y corazones rotos, pero también buscan remedios, antídotos, tratamientos, procedimientos y formas de asistir a los pacientes, los cuales necesitan saber que, a pesar de sus enfermedades, importan y son dignos”, les dijo a quienes calificó de “proveedores del poder redentor y curativo del amor”.

Monseñor les dijo que, por medio del compromiso que mantienen de mejorar la vida de las personas, de hacer el bien, ayudan a los demás a experimentar la posibilidad de superar el dolor y de hacerse más fuertes. Igualmente, argumentó, que “ayudan a la gente a experimentar la posibilidad de cumplir las promesas que Dios les ha hecho, concretamente, de que son valiosos. Y esa es la medicina más poderosa de todas”.

La Misa Rosada busca invocar las bendiciones de Dios a médicos, enfermeras, dentistas y otros trabajadores del gremio de la salud, así como instituciones de cuidado médico en la Arquidiócesis Católica Romana de Washington.

El servicio religioso se realiza cada año en el cuarto domingo de Cuaresma, conocido como domingo de gozo (Laetare Sunday). 

“En este punto medio del tiempo de Cuaresma la Iglesia disfruta, anticipándose a la gran victoria que nos ha sido ganada en Cristo, en su misterio pascual que es su pasión, muerte y resurrección”, dijo.

Considera que no es casualidad que la palabra de Dios en esa misa de gozo ofrezca una poderosa afirmación de esta victoria, esta curación, esta plenitud que le sucede al pueblo de Dios “al que tantos de ustedes, hoy presentes, dedican el trabajo de sus vidas”.

Monseñor dijo que cada uno de los pasajes de las escrituras del día ofrecen una historia encapsulada de la salvación humana. “Nos cuentan la historia de seres humanos afectados por la enfermedad y por la muerte, pero sin embargo en última instancia son sanados en cuerpo, mente y espíritu. Son literalmente liberados de todo lo que amenaza con corromper y matarnos”.

En medio de todas las heridas auto infligidas y los males que impregnan nuestros cuerpos y mentes, argumentó, la palabra de Dios es clara: "No se permitirá que la enfermedad, la dolencia y la muerte nos definan. Seguramente nos afectarán, marcarán los contornos de nuestra vida, pero no tendrán la última palabra".

Explicó que Dios ha demostrado esto una y otra vez, y que las Sagradas Escrituras están llenas de milagros de curación que llenan a la gente de fe y de acción de gracias. Son "historias de cómo habiendo sido tocados por la gracia divina, la gente vuelve al Dios vivo".

Explicó que igualmente el Evangelio de Juan recalca que Dios "nos libera de todo lo que amenaza con encerrarnos en las tinieblas del pecado, la enfermedad y la muerte".

La Misa Rosada brinda una oportunidad para reconocer la labor de los empleados y voluntarios de Caridades Católicas, en especial, de CCHCN. La red está conformada por enfermeras, médicos, dentistas, hospitales del área y profesionales de diversas religiones con un espíritu ecuménico de ayudar al prójimo. Provee millones de dólares en servicios médicos gratuitos de especialistas, incluyendo cirugías, a miles de personas pobres. 

Con la celebración de la Misa Rosada, John Carroll Society continua una tradición que empezó en 1992 -explicó el párroco Peter Vaghi.

Luego del servicio, se ofreció un almuerzo y entrega de reconocimientos. Fueron distinguidos, por sus aportes al ministerio de la salud, los doctores Fredrick Barr, Stephany McGann y Jonathan Ross (premio "2024 Pro Bono Health Care"), Rev. Jean Marie Vincent de la capellanía del Hospital Adventista Shady Grove (premio "Mons. Harry Echle 2024" por sobresaliente servicio en el ministerio de cuidado de la salud) y el doctor Peter Hamm (premio cardenal James Hickey 2024 por una vida entregada al servicio).

Para detalles, visite: //catholiccharitiesdc.org/healthcarenetwork. Para más información o desea ser voluntario llame al (202)481-1429.

Infórmese sobre los servicios de salud gratis o a bajo costo: //catholiccharitiesdc.org/healthcare.

 

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