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Hispanas tienen las puertas abiertas para ser monjas

La religiosa María Belén habla sobre la importancia de las vocaciones religiosas en la Arquidiócesis de Washington. Foto/MV

La llamada para abrazar la vida religiosa sigue sorprendiendo a muchas jóvenes hispanas, mientras unas optan por ignorarla y sienten temor de dar los primeros pasos para discernir su vocación, otras inician una profunda reflexión espiritual que les permita tener una experiencia clarificadora con Dios. Esta realidad es muy conocida para la hermana María Belén, de la orden de las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, quien semanalmente escucha, conversa y ofrece orientación religiosa a un grupo de jovencitas católicas en la parroquia St. Martin de Tours en Gaithersburg (Maryland).

“El llamado del Señor siempre es personal, único e inesperado. Yo estaba estudiando enfermería cuando me sorprendió la fuerza espiritual y alegría de unas religiosas en Puerto Rico, al punto que recordé que desde los catorce años sentía una voz interior que me pedía que me ponga al servicio de Iglesia. Luego de varios meses de reflexión, en el 2008 ingrese a la orden de las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, decisión que ha sido lo más maravilloso que me ha podido suceder en la vida”, dijo la hermana María Belén.

Señaló que la comunidad hispana de la Arquidiócesis de Washington es muy activa, creyente y servicial, al punto que se les puede ver trabajando o reunidos en grupos juveniles, servicio, oración, catequesis e impulsando las donaciones para el banco de alimentos: “Es allí, en el servicio a los demás, donde el llamado del Señor se hace evidente”.

La hermana María Belén, al referirse a las vocaciones hispanas, reveló que en la actualidad dos jóvenes ya se encuentran de religiosas en el convento, dos son consideradas postulantes y dos están en la etapa de discernimiento: “En el grupo varias chicas son de origen centroamericano y de Maryland. Eso es una bendición para nuestra arquidiócesis”.

Pasos sencillos

La hermana María Belén explicó que lo maravilloso del trabajo parroquial es que incluye la evangelización, el apoyo social, el fortalecimiento en la fe de las familias y la promoción humana, lo cual permite a las jóvenes adultas hablar sobre lo que significa un llamado del Señor, las etapas que existen durante el periodo de discernimiento y, muchas veces, participar de retiros para meditar sobre la belleza de la vida religiosa.

“El primer paso es discernir a través del diálogo, la oración e interpretación de la voz interior que viene de Dios, luego, vendría la etapa del aspirante y por último se inicia la transición de la vida secular a la del noviciado. Eso podría durar doce meses, completándose la formación en actividades apostólicas, bajo la dirección de hermanas profesas”, manifestó.

La religiosa puntualizó recién en la etapa del noviciado, que dura dos años y comienza la vida en la Congregación, seguido de los votos temporales y al final recién se realizan los votos perpetuos.

“La formación permanente es una exigencia constante de fidelidad a nuestra vocación de religiosas dedicadas al apostolado en la Iglesia. Esta formación exige un esfuerzo continuo para ir profundizando siempre más y más en los fundamentos de nuestra vida religiosa y apostólica”, concluyó la hermana María Belén.

La parroquia St. Martin de Tours (201 S. Frederick Ave, Gaithersburg, MD 20877) cuenta con una considerable población migrante, especialmente hispanos, y semanalmente se ofrecen misas en inglés, español y francés. El párroco David Wells es un sacerdote joven y dinámico que habla español.

Mensaje del papa Francisco

Recientemente, el papa Francisco desde el Policlínico Gemelli de Roma envió su mensaje para LXII Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 2025, que dice lo siguiente:

“La vocación es un don precioso que Dios siembra en el corazón, una llamada a salir de nosotros mismos para emprender un camino de amor y servicio. Y cada vocación en la Iglesia —sea laical, al ministerio ordenado o a la vida consagrada— es un signo de la esperanza que Dios pone en el mundo y en cada uno de sus hijos”.

También el Pontífice explica que, ante cada circunstancia adversa de la vida, especialmente en los jóvenes, el Señor “quiere despertar en cada uno la convicción de ser amado, amado y enviado como peregrino de esperanza”.

Asimismo, señala que “la invitación para consideras las vocaciones deben estar llena de alegría y servir de aliento para ser peregrinos de esperanza, entregando la vida con generosidad”.

DICERNIMIENTO

Parroquia St. Martin de Tours (201 S. Frederick Ave, Gaithersburg, MD 20877). Para mayor información llamar a sor María Belén al (301)990-3203, anexo 213,

Ministerio de Familia y vocaciones.



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