Caridades Católicas ofreció una cena de Acción de Gracias a más de 350 personas que carecen de recursos y de hogar el martes 26 de noviembre en el noroeste de Washington. La iniciativa se realizó mancomunadamente con Pepco y se llevó a cabo en la galería Edison Place, propiedad de la compañía eléctrica.
La fila de personas necesitadas, que se empezó a formar a primeras horas de la tarde, daba la vuelta a la cuadra y superó la cifra de más de 300 personas que se había establecido inicialmente. Los invitados especiales estaban alegres, hambrientos, conversadores y algunos hasta bailaban.
Aunque es sabido que la inseguridad alimenticia no discrimina por edad, raza o nivel educativo, la gran mayoría de los que acudieron eran afroamericanas. Entre ellos destacaba un joven hispano muy sereno que empujaba todas sus pertenencias en un carrito de supermercado: el puertorriqueño Félix Asencio de 33 años. Su historia refleja cómo viven las personas que no tienen nada y cómo las pequeñas cosas de la vida pueden afectarles enormemente a quienes viven solos a la deriva.
Félix vive en las calles del Distrito de Columbia desde hace un mes. Viste una bata de baño de invierno y carga todas sus pertenencias (ropa, carpa y colchoneta) en un carrito de supermercado. Confesó que pasa hambre y frío y que cada noche busca una esquina distinta para protegerse.
“He visto mucha gente sufriendo en las calles de Washington: viejitos, solos, consumidos por las drogas y el alcohol, enfermos. Aunque estoy solo puedo valerme por mí mismo y sobrevivir, pero hay muchos otros que están peor que yo”, dice humildemente agradeciendo lo poco que tiene.
“Cuando veo todo eso, pienso que Dios es cruel. Creo en Dios, pero creo que es cruel conmigo”, dijo.
Nació en una familia pobre católica y fue bautizado. Hace más de un año que no ingresa a una iglesia, pero admite que -a pesar de todo- no ha perdido las esperanzas. Fue abandonado por sus padres y cuidado por su abuela que aún vive en Puerto Rico. Contó que pudo terminar la escuela secundaria, pero piensa que eso no es suficiente para salir adelante en este país.
Félix tiene problemas de nervios e inflamación de las coyunturas desde hace años. Hace seis años, se mudó a Nueva York y allí trabajaba en construcción (drywall). Con la pandemia se quedó sin trabajo y el gobierno le empezó a pagar casi mil dólares por discapacidad, gran parte de la renta y le daba cupones.
Hace un mes decidió visitar Washington, buscando oportunidades, y al llegar perdió su cartera y su celular. Estaba tan cansado que cree que le robaron mientras dormía en la calle o lo olvidó en un baño. No tiene acceso a su dinero, identificación, tarjeta del seguro social ni siquiera “GPS” para ubicarse y se quedó desamparado y a la deriva.
Además, perdió su apartamento rentado en NY. Esta situación le generó un ataque de nervios y reconoce que “por la desesperación, a veces se desajusta mi mente”. Por eso, la policía lo internó en un hospital psiquiátrico por una semana.
Explicó que tenía tanta hambre que cuando le dieron la comida en el hospital se abalanzó desesperado y se rompió dos dientes. Planea quedarse en la capital, donde recibiría 1.500 dólares del seguro social y otras ayudas del Gobierno.
Aunque Félix tiene algo de dinero en el banco, se convirtió en “homeless” hace un mes. Con todos los problemas que tiene, el día de acción de gracias será muy triste, pero la cena que organizó Caridades Católicas le dio pan, alivio, compañía, esperanza y un poco de alegría a su corazón.
En gratitud
La comida comunitaria, ofrecida a través del programa “St. Maria's Meals” de Caridades Católicas, busca fomentar un sentido de comunidad entre los invitados y los voluntarios en el verdadero espíritu de Acción de Gracias.
Voluntarios y representantes de Caridades Católicas y de Pepco dieron la bienvenida a los invitados en un ambiente festivo. El padre John Enzler, anterior presidente de Caridades Católicas, fue invitado para ofrecer la oración inicial y bendición de la comida.
Ochenta voluntarios de Caridades Católicas y de Pepco atendieron a los comensales. En mesas pulcras y elegantemente decoradas, les sirvieron pavo, puré de patatas, judías verdes, salsa de arándanos, panecillo, chocolate caliente y pastel de batata, hechos por el programa “KitchenWork” de Caridades Católicas.
“La tradicional comida de Acción de Gracias une a la gente, lo cual es importante para todas las personas, independientemente de sus circunstancias”, según Jim Malloy, presidente y director general de Caridades Católicas. “Por eso, en Caridades Católicas celebramos la festividad con los más necesitados de ayuda y esperanza”.
Malloy considera que los empleados y voluntarios que participaron expresaron gratitud por sus propias bendiciones por medio de la entrega y acción de servir a los necesitados. Entre los voluntarios había inmigrantes hispanos como Carmen, de Caridades Católicas, y Richard, de Pepco.
“Es una actividad muy bonita, de buena fe para la gente necesitada. Como católico, me hace sentir bien apoyar al prójimo”, dijo Richard Cavero, ingeniero civil peruano y parroquiano de San Patricio.
Pepco ha apoyado este evento anual desde la primera cena de Acción de Gracias de St. Maria's Meals hace más de 10 años. “Esta maravillosa tradición fomenta un sentido de esperanza y conexión al tiempo que proporciona a más de 300 invitados artículos de primera necesidad, un abrigo de invierno y abundante comida”, dijo Tyler Anthony, presidente y director general de Pepco Holdings.
Anthony, quien llegó con su hijo Blake de 8 años, dice, quiere sembrar en su hijo la importancia de ser voluntario. Desea que aprenda de esta actividad, que se forme, sea un ciudadano productivo y no olvide devolver a su comunidad lo que ha recibido, donando su tiempo y sirviendo a los necesitados.
Caridades Católicas de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington, el mayor proveedor privado de servicios sociales en el área metropolitana, distribuyó el año pasado más de 4 millones de comidas gratuitas, con más de 21.000 comidas calientes servidas a través del programa semanal “St. Maria's Meals”. Además, cada noche se proporcionaron más de 1.000 camas a personas sin hogar.
Cada miércoles entregan comida en una cajita a aproximadamente 150 personas en necesidad que se presentan afuera de la sede de Caridades Católicas en 924 de la calle G, en el noroeste de Washington.
Con este evento anual, la organización inició “la temporada de dar”, un tiempo especial que incluye distribución de alimentos, abrigos, regalos navideños para los niños, comidas para los necesitados y cenas de agradecimiento y navidad.
Caridades Católicas invierte en las comunidades proveyendo servicios claves -como inmigración, banco de alimentos y de trabajo, servicios médicos y dentales, entrenamiento laboral- a cientos de miles de personas necesitadas en todo el Distrito de Columbia y en los condados de Montgomery, Prince George, Charles, Calvert y St. Mary de Maryland.
La organización trabaja incansablemente para ofrecer ayuda que empodere y que brinde esperanza perdurable a quienes sirve, independientemente de su origen, religión o circunstancias. Para más información, visite catholiccharitiesdc.org.
El Día de Acción de Gracias es una de las festividades más importantes en EEUU. A lo largo de los años, la festividad se ha vuelto una tradición para reflexionar sobre las bendiciones recibidas, expresar gratitud y estar en compañía de los seres queridos.
En noviembre es cuando más se moviliza la fuerza del voluntariado a nivel nacional para que las personas pobres puedan tener una decente comida de acción de gracias que incluya un pavo. En este tiempo del año tradicionalmente se dona tiempo, enseres y dinero a los más pobres y el gesto se extiende hasta fin de año, coincidiendo con las últimas semanas en que los contribuyentes pueden donar para recibir deducciones de los impuestos.