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En el 40º aniversario de "Lo que hemos visto y oído”, cardenal Gregory afirma que documento recuerda a católicos negros que "tenemos mucho que aportar a la Iglesia"

El cardenal Wilton Gregory predica durante una misa celebrada el 12 de septiembre en la parroquia de San José, en Upper Marlboro, Maryland, en la conmemoración del 40º aniversario de la publicación de "Lo que hemos visto y oído", una carta pastoral que exhorta a los católicos negros a compartir sus dones con la Iglesia católica. La carta fue emitida en 1984 por los 10 obispos negros que entonces servían en diversas diócesis de Estados Unidos. Foto/Mihoko Owada

El arzobispo de Washington, cardenal Wilton Gregory, celebró el 40º aniversario de la publicación de "Lo que hemos visto y oído", una carta pastoral sobre la evangelización, escrita por los obispos negros del país en 1984. El cardenal calificó el documento como "un ambicioso esfuerzo" que animaba a los católicos negros a asumir la tarea vital de la evangelización y a fortalecer el orgullo cultural por los dones recibidos de Dios.

Al conmemorar el aniversario, el cardenal Gregory, uno de los diez obispos que participaron en la redacción del documento hace cuatro décadas, declaró: "Reconocimos que había llegado el momento para que las personas de color asumiéramos el liderazgo en la construcción de nuestro futuro dentro de la Iglesia, apreciáramos el tesoro de nuestra cultura y herencia, y entregáramos esos dones con todo el corazón a la Iglesia que amábamos".

El cardenal Gregory se refirió a esta innovadora carta pastoral en una misa celebrada el 12 de septiembre, a la que asistieron unos 40 sacerdotes y 20 diáconos de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington. La misa tuvo lugar en la iglesia de San José, en Upper Marlboro, Maryland y fue concelebrada por los obispos auxiliares de Washington, Roy E. Campbell Jr., Juan R. Espósito-García y Evelio Menjívar-Ayala.

El 9 de septiembre de 1984 se publicó “Lo que hemos visto y oído: una carta pastoral de los obispos negros de los Estados Unidos sobre la evangelización. En la pastoral, los obispos enfatizaron que “como afroamericanos y católicos, ha llegado el momento de reivindicar nuestras raíces y asumir las responsabilidades de ser tanto negros como católicos”.

Al haber “escuchado con oídos negros, visto con ojos negros y comprendido con un corazón africano”, los obispos subrayaron que los católicos negros deben compartir su cultura con la Iglesia y “dar testimonio a sus hermanos y hermanas en la comunidad negra de que la Iglesia católica es una y también es un hogar para ellos”.

En la misa conmemorativa, el cardenal Gregory comentó que él y sus hermanos obispos “escribieron como hombres negros, primero que todo para las hermanas y hermanos negros, pero también para toda la Iglesia”. Dijo: “fue un momento importante, era algo que debía hacerse y me alegra haber podido participar en ello”.

En ese entonces, el futuro cardenal Gregory tenía 36 años y era el más joven de los diez obispos que contribuyeron a la redacción de “Lo que hemos visto y oído”. Servía como obispo auxiliar en Chicago. Posteriormente, fue obispo de Belleville, Illinois y más tarde arzobispo de Atlanta, antes de ser nombrado arzobispo de Washington en 2019 y recibir el título de cardenal por el papa Francisco al año siguiente.

Además del cardenal Gregory, los otros coautores de “Lo que hemos visto y oído” fueron: el obispo Joseph L. Howze, en ese entonces obispo de Biloxi, Mississippi; el obispo Harold R. Perry, entonces obispo auxiliar de Nueva Orleans; el obispo Eugene A. Marino, en ese entonces obispo auxiliar de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington; el obispo Joseph A. Francis, entonces obispo auxiliar de Newark, Nueva Jersey; el obispo James P. Lyke, entonces obispo auxiliar de Cleveland, Ohio; el obispo Emerson J. Moore, que servía como obispo auxiliar de Nueva York; el obispo Moses B. Anderson, entonces obispo auxiliar de Detroit; el obispo J. Terry Steib, entonces obispo auxiliar de San Luis; y el obispo John Ricard, en ese momento obispo auxiliar de Baltimore.

El cardenal comentó que, si bien los obispos que participaron en la redacción del documento provenían de diversos contextos, compartían la experiencia común de ser personas de color en una nación donde el catolicismo tenía poca familiaridad con las realidades de los negros.

El título de la carta pastoral fue tomado de 1 Juan 1:3: “Lo que hemos visto y oído se lo anunciamos también a ustedes, para que vivan en comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo”. Su publicación se realizó en la fiesta de San Pedro Claver, quien dedicó su ministerio a los africanos esclavizados y se refería a sí mismo como “el esclavo de los esclavos”.

“Escribimos para ustedes, hermanos y hermanas negros, porque cada uno de nosotros ha sido llamado a una misión especial. El Espíritu Santo nos convoca ahora a participar en la obra de la evangelización. Hay una riqueza en nuestra experiencia como negros que debemos compartir con todo el Pueblo de Dios”, decían los obispos en la carta pastoral.

En su homilía, el cardenal Gregory dijo que reconocer y celebrar los dones que los católicos negros aportan a la Iglesia “no es una razón para la vanidad, sino más bien para agradecer a Dios”.

Al exhortar a los católicos negros a evangelizar, la carta pastoral subrayó: "Tenemos numerosos dones de nuestra herencia africana que debemos compartir. Nuestra identidad negra es un don, así como nuestra fe católica. Al compartir estos dones, beneficiamos a nuestra comunidad, a nuestra Iglesia y a nosotros mismos”.

“La presencia negra en la Iglesia católica estadounidense es un testimonio valioso del carácter universal del catolicismo. La Iglesia católica debe preservar su identidad multicultural. En este país, debe reflejar la riqueza de la historia y herencia afroamericana. Este es nuestro regalo para la Iglesia en Estados Unidos”, dice la carta.

Un estudio reciente del Centro de Investigaciones Pew reveló que en Estados Unidos hay aproximadamente 3 millones de católicos negros, lo que equivale a cerca del 4 por ciento de la población católica en el país.

“Tenemos mucho que ganar al abrir las puertas de esta familia de fe a nuestros hermanos y hermanas. La evangelización es el esfuerzo entusiasta de atraer al mayor número posible de personas al abrazo de la Iglesia de Cristo, no mediante presión, fuerza o coerción, sino mediante el ejemplo del servicio amoroso a los demás", dijo el cardenal.

Aunque la carta se centra en la evangelización, los obispos destacaron que dar testimonio de la fe también implica "denunciar el racismo como un pecado, y luchar por la justicia y la renovación interior”. En la carta afirmaron que las causas de justicia y preocupación social son fundamentales para la evangelización y que predicar a los poderosos sin denunciar la opresión es trivializar el Evangelio. Y añadieron: "Como personas negras, debemos preocuparnos por aquellos que anhelan justicia en todo el mundo. No podemos ignorar a quienes tienden a ser olvidados. Esta es la esencia misma de la evangelización".

En su homilía, el cardenal Gregory dijo que cada uno de los obispos autores de "Lo que hemos visto y oído" se sintió "inspirado por el amoroso ejemplo de aquellos sacerdotes, diáconos, hermanas y laicos pioneros en servir a la comunidad negra. Queríamos asumir el liderazgo junto con el clero, los religiosos y los laicos que compartían con nosotros la responsabilidad de hacer crecer a la Iglesia entre las personas de color en todo el país", expresó.

Durante la misa, se ofrecieron oraciones por quienes tienen "el deber, la alegría y el privilegio" de compartir su fe con los demás, por los autores vivos y fallecidos de "Lo que hemos visto y oído" y por el progreso de las causas de canonización de seis católicos afroamericanos, cuyos procesos de santidad ya han sido iniciados.

Estos seis son: la venerable madre María Isabel Lange, fundadora de las Hermanas Oblatas de la Providencia en Baltimore, la primera orden católica de mujeres religiosas afroamericanas; el venerable padre Augustus Tolton, primer sacerdote católico estadounidense conocido públicamente como negro y quien sirvió como párroco en Chicago; la venerable madre Henriette Delille de Nueva Orleans, quien fundó las Hermanas de la Sagrada Familia; el venerable Pierre Toussaint, filántropo y fundador de muchas obras de caridad católicas en Nueva York; la sierva de Dios Julia Greeley, quien nació en la esclavitud y, tras su emancipación, se trasladó a Denver, donde se convirtió al catolicismo y fue conocida por su profunda fe, y la sierva de Dios hermana Thea Bowman, originaria de Misisipi, quien se convirtió al catolicismo y más tarde se unió a las Hermanas Franciscanas de la Adoración Perpetua, siendo reconocida a nivel nacional como una dinámica evangelista, antes de morir de cáncer en 1990.

Además del cardenal Gregory, hay dos obispos católicos afroamericanos vivos que coescribieron "Lo que hemos visto y oído": el obispo Steib, antiguo obispo de Memphis, Tennessee y ahora jubilado, y el obispo Ricard, antiguo obispo de la Diócesis de Pensacola-Tallahassee, Florida, ahora jubilado y quien, en años recientes, ha servido como superior general de la orden de los Josefinos.

Después de la misa, el cardenal Gregory compartió un almuerzo con sacerdotes y diáconos, durante el cual reflexionó sobre la publicación de "Lo que hemos visto y oído".

Mencionó que dos de sus autores – el fallecido obispo Lyke y el fallecido obispo Francis – "fueron probablemente quienes impulsaron la redacción del texto. Eran como dos motores que nos empujaban hacia adelante".

Añadió que los 10 obispos publicaron la carta pastoral de manera independiente a través de una editorial franciscana y no por medio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. “El texto era nuestro, no lo gestionamos a través de la USCCB. La USCCB fue generosa en apoyarlo, pero el documento era nuestro, de los obispos afroamericanos. Queríamos que esto no fuera un documento en respuesta a una crisis, sino un documento enfocado en las posibilidades”, dijo el cardenal Gregory.

Al referirse a la resistencia y oposición de algunos que no desean que la Iglesia reconozca su pasado racista, el cardenal Gregory subrayó que los fieles deben aceptar esa parte de la historia de la Iglesia estadounidense. “No busco que se sientan culpables, sino que conozcan la verdad porque, como saben, ‘la verdad los hará libres,’” dijo.

Reflexionando sobre la carta pastoral cuatro décadas después, el cardenal comentó: “Hay muchas cosas en el documento que no se han implementado, no por falta de esfuerzo sino porque este es un proceso que avanza y retrocede. La evangelización no es algo que se hace una sola vez, es una actividad continua, como respirar”.

Dijo que las escuelas católicas son un vehículo clave para la evangelización y que “debemos encontrar formas de involucrar a nuestros jóvenes a través de nuestras escuelas, de nuestros programas de educación religiosa y de nuestras parroquias”.

“Debemos ser creativos para involucrar no solo a los niños, sino también a sus padres. No se trata de hacer proselitismo, sino de invitar a las personas a que consideren unirse a la Iglesia”, dijo el cardenal Gregory. “Tenemos que abrir nuestros brazos de tal manera que todos encuentren su lugar”.



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