Las parejas llegaron a la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción el 8 de febrero de 2025, algunos de la mano, otros acompañados por hijos y nietos, todos reunidos para celebrar el sagrado vínculo del matrimonio. Risas y silenciosos intercambios de afecto llenaron el aire mientras tomaban asiento para celebrar la vocación del matrimonio como un viaje de fe para toda la vida en la Misa anual de Aniversario de Bodas patrocinada por la Oficina de Vida Familiar de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington.
Parejas casadas de toda la arquidiócesis se reunieron para la liturgia especial, que reconoce las alegrías y los desafíos del matrimonio al tiempo que ofrece renovación espiritual y aliento.
El obispo auxiliar de Washington, Evelio Menjívar, celebrante principal de la liturgia bilingüe, reflexionó en su homilía calificando el matrimonio como una peregrinación de esperanza, un viaje sagrado en el que dos corazones se unen en el amor, confiando en la guía divina de Dios.
La misa de aniversario de bodas de este año tuvo un significado especial al celebrarse durante el Año Jubilar 2025, un tiempo de renovación espiritual en la Iglesia. El año santo tiene como lema “Peregrinos de esperanza”. Monseñor Menjívar recordó a los matrimonios que al asistir a la misa en el santuario nacional -sitio jubilar oficialmente designado- tenían la oportunidad de recibir la indulgencia plenaria cumpliendo las condiciones habituales de confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre.
![Parejas se toman de la mano y renuevan sus votos durante la Misa Anual de Bodas para celebrar la vocación del matrimonio el 8 de febrero de 2025, en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción.](https://cathstan-1f209.kxcdn.com/boda-3.jpg?width=1600&height=1600&fit=contain&crop=smart)
“Venir al Santuario es como ir a Costco”, dijo el obispo Menjívar. “Vas por una sola cosa y acabas llenando el coche. Hoy, volverán a casa llenos de bendiciones espirituales”.
Destacó que, como cualquier peregrinación, el matrimonio es un viaje lleno de incertidumbres, desafíos y momentos de gracia.
“El matrimonio mismo es también una peregrinación -un viaje sagrado hacia Dios que emprenden dos corazones unidos en el amor, confiando en que Dios guía el camino”, dijo.
Continuó explicando la profunda distinción entre un matrimonio civil y uno sacramental, subrayando que un matrimonio religioso no depende únicamente de la fuerza humana, sino que está sostenido por la gracia divina.
“El matrimonio es mucho más que un simple contrato legal o un simple compromiso humano; es una peregrinación hacia Dios, es un camino que conduce a la santidad, es una alianza divina, una llamada a compartir el misterio del amor de Dios no sólo como individuos, sino sobre todo como pareja y como familia”, dijo monseñor Menjívar. “Es un viaje hacia lo desconocido, donde cada paso, cada giro es bendecido por la presencia fiel de nuestro Señor”.
“Esta es la diferencia entre el matrimonio sacramental y el matrimonio civil”, añadió. “En el matrimonio civil, todo depende de tus propias fuerzas. En el matrimonio religioso, recibes la fuerza de arriba, de Dios. Sólo te dejas guiar por la gracia de Dios”.
La misa reconoció a las parejas en todas las etapas de su matrimonio, desde los recién casados hasta los que celebran aniversarios importantes. Durante la liturgia, monseñor Menjívar invitó a todos los matrimonios con más de 40 años de casados a ponerse de pie, entonces instó a los presentes a aplaudirles por su fidelidad demostrada. A continuación, les pidió a los casados desde hace cinco años o menos que se pongan en pie, animándolos a aprender de quienes han recorrido el camino antes que ellos.
“Parejas recién casadas, pueden adquirir mucha sabiduría de quienes han recorrido el camino antes que ustedes”, dijo Menjívar. “Los matrimonios mayores, también pueden aprender de los más jóvenes”.
Dirigiéndose a los que llevaban muchos años casados, añadió: “Quizá los que llevan mucho tiempo casados sienten como si la jarra de vino se estuviera vaciando o como si la relación estuviera perdiendo frescura y sabor. Ver a parejas jóvenes enamoradas y que siguen creyendo en el matrimonio a pesar de las muchas promesas rotas de las que han sido testigos -quizá incluso en sus propias familias- (eso) debería inspirar a las parejas mayores a renovar su fe y reavivar la confianza en sí mismas y en Dios”.
![(Arriba) Las parejas renuevan sus votos durante la Misa Anual de Aniversarios de Bodas para celebrar la vocación del matrimonio en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción el 8 de febrero de 2025. (Derecha) Las familias rezan juntas durante la Misa Anual de Aniversarios de Bodas para celebrar la vocación del matrimonio en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción el 8 de febrero de 2025.](https://cathstan-1f209.kxcdn.com/BODA-1.jpg?width=1600&height=1600&fit=contain&crop=smart)
Reflexionando sobre el pasaje evangélico de Mateo 5:13-16, el obispo Menjívar les recordó a los matrimonios su llamado a ser la sal de la tierra y la luz del mundo, preservando la santidad del matrimonio y dando testimonio del amor perdurable de Dios.
“Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se sazona? Entonces no sirve más que para ser tirada y pisoteada. Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no puede esconderse”, dijo citando las Escrituras.
“Nuestras vidas como cristianos -y particularmente la vida matrimonial- simboliza el llamado a preservar la alegría original de la creación de Dios, ya que, sin la generosidad de las parejas y su amor sacrificado por sus hijos, la generación de vida humana por parte de Dios simplemente no sería posible”, explicó monseñor Menjívar.
Animó a las parejas a mantener vivo su amor, comparando el matrimonio con un buen vino que mejora su sabor y se hace más rico con el tiempo.
“Sepan que la vida matrimonial no siempre es perfecta. Los conflictos y desacuerdos son naturales, pero el amor debe prevalecer siempre. El perdón es una práctica diaria en el matrimonio y la oración fortalece la unión: Una pareja que reza unida permanece unida”, dijo.
La Arquidiócesis Católica Romana de Washington ofrece recursos para parejas comprometidas y casadas, incluyendo retiros, dirección espiritual y programas de formación. Para más información, visite la página virtual de la Oficina de Vida Familiar en https://adw.org/archdiocesan-offices/office-family-life.
Al concluir la misa, en la cual las parejas renovaron sus votos ante su comunidad de fe, el obispo Menjívar les dirigió unas últimas palabras de aliento: “Regocijémonos en esta sagrada aventura. Recordemos que, aunque el futuro esté cubierto de misterio, nuestros corazones pueden permanecer en paz sabiendo que hemos depositado nuestra confianza en Dios. Con cada paso que damos juntos, contamos con el apoyo de una presencia divina que transforma lo desconocido en un reino de posibilidades y de gracia”.