Diane Biggs, empleada de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington, donde trabajó en la oficina del diaconado permanente, por más de 25 años, falleció el 18 de septiembre a la edad de 72 años.
En la misa conmemorativa celebrada, en la capilla de Santa Úrsula en el centro pastoral arquidiocesano en Hyattsville, Maryland, el 5 de noviembre, el cardenal Wilton Gregory dijo: "Nos reunimos hoy para recordar en oración y profunda gratitud a nuestra colega Diane. Muchos tienen recuerdos maravillosos de trabajar con ella y ser parte de su servicio a esta Iglesia local".
La misa fue concelebrada por los obispos auxiliares Roy Campbell Jr., Juan Esposito y Evelio Menjívar, junto con nueve sacerdotes. Además de amigos y colegas, asistieron a la Misa los diáconos Don Longano y Charles Huber.
Le sobreviven a Diane su esposo de 35 años, William Biggs, director financiero de la Arquidiócesis para los Servicios Militares de EEUU.
En su homilía, el cardenal Gregory señaló que noviembre, mes en el que se celebra el Día de los Fieles Difuntos, la gente reza por "nuestros fieles difuntos y amigos que nos han precedido en el reino de Dios. Es muy apropiado que esta familia arquidiocesana se reúna para recordar y alabar a Dios por el regalo que Diane fue para nosotros".
Agregó que la misa también ofreció un tiempo "para agradecer a Dios que ella estuvo con nosotros de tantas maneras durante más de un cuarto de siglo. Es mucho tiempo para trabajar para la Iglesia Católica. Lo hizo con mucha alegría y con mucha generosidad".
En la misa, donde se ofrecieron oraciones por Diane y su familia, el cardenal también ofreció una oración especial: "En este día recemos también por nuestra nación. En este día de elecciones, oramos para que las personas ejerzan su derecho (a votar) y elijan sabiamente, y nuestra nación sea sanada de sus divisiones".
El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU y arzobispo de la Arquidiócesis para los Servicios Militares de EEUU, Timothy Broglio, celebró la misa de entierro para Diane Biggs en la Iglesia St. Catherine Laboure en Wheaton, Maryland, el 26 de septiembre.
El Diácono Don Longano señaló que Diane Biggs estaba "fielmente dedicada a la arquidiócesis, al clero y a sus colaboradores... En particular, Diane tenía un compromiso sincero y un profundo cariño por los diáconos".
Dirigiéndose a los cerca de 40 diáconos permanentes que asistieron a la misa, Longano dijo: "Hermanos diáconos, esto no era solo un trabajo para Diane, ella se preocupaba por nosotros como familia".
Recordó cómo Biggs trabajó con más de 225 diáconos, formando amistades con ellos y con sus esposas, a veces trabajando hasta tarde para ayudar a un diácono o trabajando los fines de semana en eventos diaconales.
"Tras la muerte de un diácono o esposa, Diane era una voz comprensiva para las familias en duelo. Ella tenía una personalidad muy amigable y extrovertida, una risa fácil y contagiosa y una ética de trabajo sobresaliente. No es de extrañar que en muchos eventos diaconales a lo largo de los años presentara afectuosamente a Diane como ¡mi jefa!", dijo el diácono Longano.
Diane Biggs nació en Washington y creció como miembro de la parroquia de San Juan Evangelista en Silver Spring. Más tarde trabajó en recursos humanos en los grandes almacenes Woodward and Lothrop, donde conoció a su futuro marido, que entonces también trabajaba allí.
El diácono Longano señaló que la herramienta de comunicación más efectiva de Diane era el 'Diane-grama', mensajes de correo electrónico frecuentes que exhortaban a sus diáconos a una acción particular, o proporcionaban información esencial.
Al final de sus comentarios, el diácono Longano dijo que el Evangelio de Mateo (25:21) ofrecía palabras adecuadas para su servicio a Cristo y a la Iglesia Católica: "Bien hecho, mi buen y fiel siervo... Ven a compartir la alegría de tu Maestro". "Que Diane descanse en paz", dijo.
(Esta nota es una compilación de un artículo escrito por Mar Zimmerman, editor del Catholic Standard)