Catholic Relief Services, el brazo caritativo en el extranjero de la Iglesia Católica en EEUU, instó a la administración Trump a emitir pagos por el trabajo de ayuda exterior que salva vidas después de que el Secretario de Estado, Marco Rubio, dijera a principios de este mes que sólo una fracción de los programas de la ahora clausurada Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) permanecerían intactos.
El CEO de Tesla, Elon Musk, quien trabaja como asesor especial del presidente Donald Trump, apuntó a USAID para su cierre con su Departamento de Eficiencia Gubernamental, un grupo de trabajo no oficial que tiene la intención declarada de frenar el gasto federal. Los recortes a la agencia gubernamental de ayuda humanitaria, que operaba en países de todo el mundo, incluían la financiación de los esfuerzos de grupos humanitarios católicos y de otras confesiones.
En una declaración del 17 de marzo, CRS afirmó que, como parte de la Iglesia Católica, el grupo "cree que la vida humana es un don precioso de Dios que debe ser protegido y cuidado".
Decía: "En las últimas seis semanas, CRS se ha visto obligado a detener gran parte de su labor financiada por el gobierno de EE.UU. debido a la falta de pagos. Como resultado, los alimentos almacenados no pudieron ser distribuidos a quienes enfrentan hambre, y miles de mujeres y niños quedaron sin acceso a servicios esenciales de salud y nutrición".
CRS dijo que la cancelación de docenas de proyectos de CRS, incluyendo 11 que operaban bajo exenciones humanitarias, "dejará sin ayuda crítica a más de 20 millones de personas en todo el mundo".
"Estos programas no solo salvan vidas", aseguró CRS. "También impulsan el desarrollo de comunidades y países, brindando oportunidades para salir de la pobreza. Además, apoyan a socios locales, incluidos grupos de fe y la Iglesia, que desempeñan un papel clave en la estabilidad y el bienestar de sus comunidades".
Como parte del "tiempo santo de Cuaresma y en este especial Año Jubilar", continuó el grupo, "el Papa Francisco nos llama a ser artesanos de la esperanza, construyendo comunidades basadas en la solidaridad. Los programas de CRS responden a las necesidades de las poblaciones más vulnerables".
"Como la nación más poderosa y rica del mundo, Estados Unidos tiene la responsabilidad moral de asistir a quienes más lo necesitan", añadió el comunicado de CRS, citando la encíclica de San Pablo VI "Populorum Progressio".
"Al eliminar estos programas esenciales, nuestro gobierno no solo incumple su deber moral, sino que también socava los pilares fundamentales de la paz, la estabilidad y la prosperidad", dijo CRS. "Instamos a la administración a revertir estas decisiones y a emitir de inmediato los pagos necesarios para reanudar esta ayuda vital".
La ayuda exterior representa una parte relativamente pequeña del gasto anual del gobierno estadounidense. Según datos del Pew Research Center, para el año fiscal 2023, la ayuda exterior representó el 1,2% de los desembolsos federales totales de ese año, que ascendieron a 6,1 billones de dólares.