La decisión "despiadada" e "insensible" de la administración Trump de congelar la ayuda humanitaria y al desarrollo de Estados Unidos "amenaza la vida y la dignidad de millones" de personas en todo el mundo, ha afirmado Caritas Internationalis.
Detener los programas financiados por la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional y retirar al personal extranjero "pondrá en peligro los servicios esenciales para cientos de millones de personas, socavará décadas de progreso en la ayuda humanitaria y al desarrollo, desestabilizará las regiones que dependen de este apoyo fundamental y condenará a millones de personas a una pobreza deshumanizadora o incluso a la muerte", afirmó Caritas en una declaración el 10 de febrero.
Caritas Internationalis es la confederación de 162 agencias católicas nacionales de ayuda, desarrollo y servicios sociales, que operan en más de 200 países y territorios de todo el mundo. Catholic Relief Services y Catholic Charities USA de los obispos estadounidenses son miembros de esta confederación con sede en el Vaticano.
El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, anunció el 20 de enero una congelación de 90 días de la ayuda exterior.
La declaración de Cáritas dijo que reconoce "el derecho de cualquier nueva administración a revisar su estrategia de ayuda exterior", pero "la forma despiadada y caótica en que se está implementando esta insensible decisión amenaza la vida y la dignidad de millones".
Una declaración de las Naciones Unidas del 27 de enero dijo: "El gobierno de EE.UU. es el mayor donante individual de ayuda en el mundo, desembolsando alrededor de 72 mil millones de dólares en asistencia durante 2023. También habría proporcionado más del 40% de toda la ayuda humanitaria contabilizada por la ONU durante 2024".
Alistair Dutton, secretario general de Caritas Internationalis, afirmó que los programas de ayuda en todo el mundo se verán obligados a cerrar o reducir personal y servicios, y "el perjuicio resultante para la población, en particular los más pobres de todo el mundo, será catastrófico, amenazando la vida y la dignidad de millones de personas".
USAID, que comenzó en 1961, "ha sido un colaborador vital de Caritas y la iglesia en todo el mundo, apoyando a las comunidades vulnerables en todo el mundo, prestando asistencia vital a las personas afectadas por las crisis, aliviando el hambre, prestando asistencia médica básica y educación, mejorando el acceso al agua limpia, el saneamiento, el refugio y la protección, y abordando las causas profundas de la pobreza", dijo Caritas.
"Se trata de una afrenta inhumana a la dignidad humana dada por Dios a las personas, que causará un inmenso sufrimiento", afirmó Dutton.
Caritas Internationalis está trabajando con sus colaboradores para encontrar formas de "reducir el impacto de la congelación y garantizar el apoyo continuado al mayor número posible de personas vulnerables", afirmó. "La vida y la dignidad de millones de personas penden de un hilo".
Caritas pidió a la administración Trump "reafirmar su compromiso con la compasión y la paz mediante el apoyo a las personas más vulnerables en todo el mundo".
El cardenal canadiense Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del
Desarrollo Humano Integral, dijo a The Associated Press el 9 de febrero que, si bien cualquier gobierno tenía derecho a revisar sus gastos, también tenía la obligación de cumplir las promesas ya hechas.
"Hay programas en marcha, y las expectativas y hasta podríamos decir compromisos y el romper compromisos es algo serio", dijo el cardenal.
