La práctica del cross-country, que contribuye a la sana formación física y mental de los estudiantes de la Escuela San Miguel, es una actividad deportiva que disciplina a los jóvenes y los motiva a prepararse para la vida con mayor integridad y determinación.
Así lo expresaron los entrenadores de carreras a campo traviesa (cross-country) de esa comunidad lasallista, Grace Babcock y Gustavo Sánchez, a propósito de la participación de sus estudiantes en la actual temporada deportiva de la Organización Católica Juvenil (CYO) de la Arquidiócesis de Washington.
“Las carreras a campo traviesa ayudan mucho a nuestros estudiantes atletas porque les facilita mantener sus cuerpos y mentes saludables, mejorar su resistencia física, ser más disciplinados, sentirse seguros y capaces de cumplir sus metas”, dijo Babcock, quien entrena a estos atletas desde que se formó el equipo en el 2023.
“Nuestros estudiantes deciden las metas específicas que quieren lograr con sus cuerpos, ser más rápidos o fortalecer sus músculos, y nuestro trabajo se basa en que ellos aprendan la técnica y desarrollen sus habilidades para que aprendan bien esta especialidad y puedan continuar corriendo en el futuro”, agregó Babcock, quien sigue practicando el atletismo desde que empezó a hacerlo en la escuela secundaria.
La actividad deportiva es fundamental para la formación integral de los niños y jóvenes y el cross-country y los otros deportes que la escuela San Miguel ofrece se consideran clave para el sano crecimiento y desarrollo.
Los estudiantes -afirma Backock- aprovechan esta actividad para compartir con sus compañeros, además de que aprenden hábitos saludables y fortalezas para sí mismos, aspectos que en un futuro les servirán como herramientas para lograr sus metas académicas y deportivas y para vivir una vida más longeva y saludable.
Por casi 70 años, CYO ha buscado fomentar el crecimiento personal y espiritual de los jóvenes en la arquidiócesis, de tal manera que puedan enfrentar los verdaderos desafíos de la vida humana y desarrollar sus talentos al servicio de su familia, su parroquia y el vecindario.
“Nuestro equipo de jóvenes entrena dos veces por semana y ellos generalmente practican otros deportes y participan en otras actividades extracurriculares de la escuela”, subrayó.
La entrenadora Babcock destacó que “un día típico de entrenamiento comienza con calentamiento y estiramiento del cuerpo” y, después de correr algunas millas, “realizan ejercicios abdominales, levantan pesas o hacen carreras cortas a un ritmo rápido para ganar velocidad”.
También les cronometran sus tiempos en entrenamiento, se ejercitan en subidas y escaleras para fortalecerse y corren varios kilómetros a la semana en ruta para desarrollar la fortaleza corporal.
“Todos nuestros estudiantes participan en la categoría Sub-14 y cuidamos que ellos mejoren sus tiempos de carrera personales y no los tiempos estimados por categorías en la competencia final”, continuó Babcock.
La educadora destacó las ventajas de esta estrategia que motivó a sus fondistas a “correr por un récord personal y buscar mejorar sus tiempos”, tal como sucedió el año pasado cuando todos sus corredores se clasificaron para la prueba final de la división.
Subrayó que, si no fuera por “el apoyo de los padres y familias de la escuela San Miguel, los jóvenes no podrían lograr sus metas por equipo” porque el apoyo y la dedicación de padres y representantes influye en el éxito de los estudiantes.
Ellos los llevan a tiempo a las competencias, se aseguran de que sigan un régimen alimenticio saludable y apoyan durante las carreras tanto a los estudiantes como a los entrenadores.
“Cada semana veo con admiración a las familias de los corredores de San Miguel animándolos con cariño y determinación para que ellos den lo mejor en las competencias”, concluyó Babcock.
Por su parte Sánchez, quien también corre desde niño, agradeció a Babcock “por la oportunidad de ayudarla a entrenar a estos jóvenes” en este segundo año de actividades.
“Siempre digo a mis corredores que la mente controla el cuerpo, que todos tenemos importantes retos al correr y que la perseverancia y la disciplina pueden ayudar a vencer los obstáculos en el deporte y la vida”, expresó Sánchez, quien entrena 50 millas a la semana, una rutina que no logró de la noche a la mañana.
“No fue fácil lograr esta condición, al principio corría una milla y me cansaba, pero la disciplina y la automotivación con el tiempo me han permitido fortalecer mi rendimiento”, admitió Sánchez, quien también es director de finanzas y operaciones en la escuela San Miguel.
Los jóvenes en la actualidad enfrentan diferentes situaciones en su vida diaria y los padres y educadores velan por que ellos estudien, hagan deportes y encuentren formas de sano esparcimiento tanto en la escuela como en sus comunidades,
“La práctica de cualquier deporte es muy saludable porque mantiene a los jóvenes desconectados de los celulares, las redes sociales, y de los peligros que amenazan constantemente a la juventud”, dijo.
Sánchez, de origen guatemalteco, afirma que la práctica del atletismo u otro de los deportes que ofrece la escuela San Miguel “nos permite enseñarles habilidades valiosas para la vida como la autodisciplina, el trabajo en equipo y la resiliencia”, valores que les sirven para sus vidas escolares y en un futuro cuando vayan a la universidad.
Por ello -continuó- es importante motivarlos a practicar un deporte para desarrollar estas habilidades, hábitos saludables y canalizar su energía por un buen camino.
“Les recuerdo siempre a mis atletas que los buenos hábitos desarrollados ahora los ayudarán en el futuro a superar o evitar los malos hábitos”, subrayó.
Actualmente, el equipo de San Miguel participa en la temporada de cross-country de CYO, que consiste en encuentros atléticos en los que compiten los domingos con otras escuelas y parroquias.
“Entrenamos dos veces por semana y durante los entrenamientos hacemos actividades divertidas para mantener a los estudiantes motivados durante las carreras de práctica de una o dos millas”, agregó.
El objetivo es aumentar la resistencia y la capacidad de correr en un ambiente divertido, donde “cada estudiante pueda mejorar individualmente” y alcance su objetivo.
“La competencia es rigurosa, pero nuestro propósito es que cada corredor alcance su propio objetivo personal y trabaje en equipo en un ambiente de cordialidad y de amistad con sus compañeros”, concluyó Sánchez.
La Escuela San Miguel ofrece educación católica para niños de sexto, séptimo y octavo grado, y los prepara para las secundarias católicas, independientes o parroquiales. Informes por el teléfono (202) 232-8345 o en la página www.sanmigueldc.org. La escuela está ubicada en el 7705 en la Avenida Georgia en el Noroeste de Washington, DC.